martes, abril 17, 2007

Las armas matan, no protegen

La matanza de 32 alumnos en la universidad de Virginia es una tragedia. Sin embargo nos debe llevar a una reflexión: el acceso casi libre a las armas, como en el caso de Estados Unidos, conduce siempre a hechos terribles. Las matanzas de Columbine, en 1999, y del pasado octubre en la escuela amish de Pensilvania, son ejemplos de que las armas no deben estar en manos de cualquiera.

Susana Subirats
Madrid


Parece como si América estuviera enferma. Desde hace tiempo. Las imágenes que llegaban ayer desde Virginia se suman al horror que viven miles de familias de soldados desplazados en Irak sabedores de que pueden perder la vida en cualquier momento, a la errática política de un presidente muy criticado y a las desigualdades cada vez más evidentes entre las clases sociales y etnias. Los policías del condado donde se halla la Universidad Politécnica de Virginia evidenciaban el enfermizo sobrepeso de una sociedad alejada de un estándar social saludable. Y las armas... A los europeos nos cuesta entender la segunda enmienda de la Constitución de EE UU. Se permite tener armas para la autodefensa. La medida, adoptada en 1789, tenía sentido. Hoy la segunda enmienda no respeta el derecho del norteamericano medio, le encañona hacia la sinrazón.

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