Luis Javier Garrido
La derecha empresarial mexicana está dando evidencias de un nerviosismo extremo, no nada más por la fuerza del movimiento social que está respaldando a López Obrador, o por el fracaso de Calderón en el gobierno de facto, sino porque el asunto de Zhenli Ye Gon le está quitando toda viabilidad política al gobierno panista.
1. El fraude electoral de 2006 fue recordado de manera muy distinta, pues mientras Andrés Manuel López Obrador, mostrando una vez más su poder de convocatoria encabezó el domingo 1º de julio en la Plaza de la Constitución, una entusiasta asamblea de más de 100 mil integrantes de la convención nacional democrática comprometidos a defender la legalidad frente al gobierno de facto, el gobernante espurio Felipe Calderón, reunido a puertas cerradas el lunes 2 con unos cuantos incondicionales suyos en la sede del PAN, se mostró derrotado por su fracaso de estos seis meses aunado al nuevo escándalo desatado por las acusaciones que le hiciera ese día el ciudadano nacionalizado mexicano, Zhenli Ye Gon.
2. Las imputaciones de Ye Gon a Calderón y a Javier Lozano Alarcón (secretario del Trabajo y Previsión Social), sobre el origen de la fortuna que se decomisara en su residencia, al margen de lo que haya sido la realidad de los hechos confirman, en todo caso, la vinculación del grupo calderonista con el bajo mundo, y han suscitado, por lo mismo, indignación en amplios sectores, agravada por la respuesta insatisfactoria del gobierno ante los señalamientos del oriental, la negativa de los legisladores panistas a que se investigue el caso y la rápida campaña de exoneración de la prensa oficialista, todo lo que evidencia, una vez más, lo que ya se sabía: la relación de componendas y chantajes que guarda Calderón con el crimen organizado y que afloró en la mascarada de la supuesta "lucha" contra el narco.
3. La campaña propagandística de Calderón, como tantas veces señalaron muchas voces, buscaba no sólo encubrir los gravísimos problemas nacionales, poner a las fuerzas armadas de su lado y darse una pretendida aureola como defensor del bien contra el mal, sino reorganizar el mercado del narcotráfico y recomponer las alianzas de su gobierno con los capos: sacar raja para sí.
4. El asunto es de extrema gravedad, no nada más porque lo confiscado de la residencia del empresario de origen chino (que ya se ha ido perdiendo) representa la mayor suma jamás decomisada por un gobierno y porque la forma en que la PGR ha manejado el asunto ha sido del todo turbia, sino porque quien está directamente señalado -y acusado, aunque él no lo quiera- es el presidente de facto Felipe Calderón, de ahí que se esté manifestando un reclamo nacional para que se haga una investigación del asunto y se deslinden las responsabilidades de quien se asume como el titular del Ejecutivo federal.
5. Los señalamientos de Zhenli confirman de paso lo que fue del conocimiento público desde hace un año: que la multimillonaria campaña electoral de Calderón en 2006 estuvo financiada de manera ilegal por grupos privados nacionales y extranjeros, varios de ellos probablemente vinculados al narcopoder, y que por lo mismo tuvo que contar con un mecanismo de doble contabilidad, como hizo seis años atrás Vicente Fox a fin de ocultar esos gastos descomunales, utilizados en lo esencial en la campaña negra y en la compra del voto.
6. La actual desesperación del gobierno calderonista por obtener recursos y su empecinamiento de no tocar en la reforma fiscal los grandes intereses lo ha llevado paradójicamente al mismo tiempo a suplicarle a Washington le brinde un financiamiento especial para su supuesta lucha contra los cárteles, algunos de los cuales se hallan protegidos por su gobierno, que a obtener beneficios de aquellos cárteles vinculados desde los años 80 a los intereses del poder y en particular del salinismo.
7. El gobierno de facto de Calderón ha pretendido infructuosamente sustentarse en principios morales, pero los hechos lo contradicen: se encumbró por la vía de un descomunal fraude violando los derechos del pueblo mexicano y lo hizo mediante prácticas delictivas y en alianza con grupos criminales para fungir como garante de una serie de intereses mafiosos que se han antepuesto a los derechos del pueblo mexicano, aceptando fungir como pelele del salinismo con el fin de seguir garantizando el enriquecimiento ilícito de unos cuantos traficantes de influencias, entre ellos los de sus amigos y parientes. Germán Martínez, titular de la Contraloría, afirmaba casi a gritos el miércoles que el país está inmerso en la corrupción. Se equivoca; el que está hundido en el fango de la corrupción, de la venalidad y de la mentira es el gobierno de facinerosos de los cuales él forma parte.
8. Es muy significativo, por lo mismo, que en este contexto varios portales de Internet estén informando desde hace días que el empresario mexicano Carlos Slim, vinculado con Carlos Salinas de Gortari, y que para muchos analistas es sólo su prestanombres, haya rebasado en fortuna a Bill Gates y sea ya el hombre más rico del planeta: un individuo que a finales de los 80 carecía de toda fortuna.
9. El asunto puede dar origen a un Chinogate, como ya lo llaman algunos periodistas, si el Congreso o la Suprema Corte se abocan al asunto, como es su obligación y tienen facultades para hacerlo, porque la PGR y la Contraloría van a proteger a toda costa en este asunto a Calderón y a su régimen, ya que de este gobierno dependen los intereses del grupo mafioso que se ha adueñado del país, pero de no ser así se confirmará una vez más que México sigue teniendo un régimen premoderno, no de leyes, sino de arreglos e impunidad, con la consecuencia de que el poder público seguirá hundiéndose en la descomposición, ahondando la crisis nacional.
10. El gobierno panista de facto, que al igual que los priístas apuesta a que la pasividad popular ante la corrupción de los gobernantes siga siendo en este caso el factor que propicie su impunidad, esta vez corre, sin embargo, el riesgo de equivocarse.
viernes, julio 06, 2007
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