La "Semana Santa" es la memoria viva –y como viva, presente y actuante cada vez- de un acontecimiento heroico, sagrado y liberador: El Sacrificio del Amor...
Al hablar del "Sacrificio del Amor", lo primero es no malentender o malinterpretar la palabra "Sacrificio"... Sacrificio viene de dos palabras latinas: "sacer" o "sacri" que quiere decir "santo" o "sagrado", y "facere" o "ficio" que quiere decir "hacer". Entonces, "sacrificio" quiere decir: "hacer cosas santas o sagradas". No es entonces meramente "algo que cuesta", sino "un poder para bendecir, para espiritualizar, para servir". El que "se sacrifica" en bien de otro, bendice a ese otro, lo hace santo, le da gratuitamente algo grande y espiritual, ¡pero también el que "se sacrifica" en bien de otro, se bendice a sí mismo, se santifica y se da a sí mismo algo grande y espiritual!... Cuando se comprende esta doble vía de bienes y bendiciones se está más libremente y más alegremente dispuesto al sacrificio...
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