lunes, mayo 05, 2008

5 de mayo de 1862

Armando González Rosado

La batalla que sentó un prestigio

Son pocos los hombres como el general Ignacio Zaragoza que conservan la serenidad y estrategia militar necesaria para enfrentarse a las fuerzas militares de Francia, mil veces superiores en armamento y experiencia bélica para imponerse con facilidad al improvisado Ejército mexicano, producto de las circunstancias que vivía el país y prontitud con que había sido preparado para defender a México.El general Lorencez sale de Orizaba hacia el Oeste. Había llegado envuelto en laureles de victoria, colgando de sus blasones los nombres de sus triunfos obtenidos en Solferino, Magenta, Argelia y Sebastopol, reflejaba esta actitud la insolencia y la subestimación de Lorencez, al enviar al mariscal de Francia Lannes, el siguiente mensaje: “Somos tan superiores a los mexicanos en organización, disciplina, raza, moral y refinamiento de sensibilidades, que le ruego anunciarle a su Majestad imperial Napoleón III, que a partir de este momento y al mando de seis mil valientes soldados ya soy dueño de México”.Lorencez creía fácil vencer al Ejército mexicano, por lo que sin previa declaración de guerra y sin tomar las precauciones necesarias, ordenó el asalto a los cerros de Guadalupe y Loreto, que defendían la ciudad de Puebla.El general Ignacio Zaragoza al mando del Ejército mexicano, compuesto de 4 mil ochocientos hombres, se fortificó en la ciudad de Puebla para detener el avance del ejército invasor, que fue rechazado con grandes pérdidas al intentar repetidas veces tomar las fortificaciones, las tropas nacionales mal armadas, pero con gran determinación, se batieron con heroísmo. Destacaron los indios de Zacapoaxtla, diestros en el uso de los machetes, teniendo los franceses que abandonar el campo y retirarse vencidos y perseguidos por la caballería mexicana.Después de la batalla Zaragoza envió un comunicado telegráfico a Juárez: “Las armas nacionales se han cubierto de gloria. Las tropas francesas se portaron con valor y su jefe con torpeza”.La noticia del triunfo de las armas republicanas en Puebla llenó de entusiasmo a todo el país, sin embargo, si militarmente la batalla del 5 de mayo de 1862 no detuvo el avance del ejército francés, moralmente levantó a la República del concepto de desánimo y cobardía en que sus enemigos la consideraban hundida.En la intervención francesa, México recibió simpatías por su causa en toda América y en los sectores liberales europeos la prensa española, inglesa y francesa censuraba a Napoleón y abogaba por el retiro de las tropas invasoras.Hay dos grandes importantes razones en el gran significado que tuvo la batalla de Puebla por México; por un lado, el frente unido de la población mexicana reforzó la identidad nacional. Por otra parte, la experiencia de la invasión francesa contribuyó a definir algunos de los principios fundamentales de la política exterior de México, vigente en las relaciones internacionales: - El respeto a la soberanía y la integración territorial.- La no agresión.- La no interferencia en los asuntos internos de otros estados. La conciliación de diferencias a través de la negociación y no a través de la fuerza. armandogonza1@yahoo.com.mx

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