Los grupos de poder mexicanos sólo juegan un papel secundario, coinciden en foro
Elizabeth Velasco C.
Mientras los países productores de petróleo recuperan el control de sus recursos estratégicos –Rusia, Venezuela, Irán, Argentina y otros– y promueven el desarrollo de una política de Estado en materia energética, el gobierno de facto de Felipe Calderón tiene prisa por concretar la apertura de Petróleos Mexicanos (Pemex) en favor de trasnacionales “voraces” de Estados Unidos y la Unión Europea, movido por intereses oligopólicos, pese a que los grupos de poder mexicanos sólo juegan un papel “secundario”.
A la anterior conclusión llegaron el secretario de Relaciones Exteriores del “gobierno legítimo”, Gustavo Iruegas; el jurista y ex consejero del Instituto Federal Electoral Jaime Cárdenas; el presidente del Centro de Estudios Geopolíticos en Energía y Medio Ambiente, Miguel García Reyes, y Celeste Sáenz de Miera y José Manuel Orozco durante un foro sobre la reforma energética.
Los especialistas en el tema advirtieron que en estos momentos, en los que continúa en disputa la nación, la “oligarquía, conformada por los muy muy ricos y su gerencia administrativa” encarnada en el gobierno de Calderón, en lugar de defender y promover los intereses de México desarrolla una “política integracionista con fuerzas conservadoras de Estados Unidos y Europa”.
En ese proyecto “entreguista”, manifestó Orozco Garibay, no está el pueblo mexicano, la Constitución es pisoteada por la elite, se “pervierten” las relaciones con el narco, se “trafica con influencias” y la inequidad social es creciente.
“El crecimiento económico en el primer año de Calderón fue de 1.8 por ciento, mientras Venezuela crece 9 por ciento, Argentina siete, Brasil 12 y China 15. ¿Algo pasa? Y es que seguimos como colonia, pero con una dualidad de reyes –Estados Unidos y España–, con virreyes y una aristocracia que está entregando el país.”
De hecho, señaló Iruegas, el gobierno de facto de Calderón tiene prisa por entregar el patrimonio de la nación (los recursos energéticos) y el territorio nacional al convertirlo en área de defensa de Estados Unidos mediante la Iniciativa Mérida –recién aprobada por la Cámara de Representantes estadunidense– y la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte, suscrita durante el gobierno de Vicente Fox.
“Como el gobierno de George W. Bush no admitió la integración que Fox buscaba mediante el acuerdo migratorio, sino que, por el contrario, levantó muros en la frontera, ahora Calderón trata de elevar la oferta con el patrimonio de la nación”, subrayó Iruegas.
“Todo ello por intereses económicos, en los cuales los grupos de poder mexicanos juegan un papel secundario. Ellos entregan para que les den limosna”, destacó, y señaló que sólo la fuerza del pueblo representa una alternativa.
Jaime Cárdenas advirtió que además de que el gobierno panista viola la Ley de Seguridad Nacional aprobada en 2005, “porque no protege a la nación frente a amenazas y riesgos del extranjero, ni preserva la soberanía nacional, sino por el contrario quiere entregar la mitad de la renta petrolera al extranjero”, evita una discusión democrática al tratar por todos los medios que no se lleve a cabo la consulta ciudadana sobre su reforma energética.
Orozco advirtió: “no quieren la consulta, porque saben que la opinión pública es contraria a sus intereses de grupo”. Por ello, “Calderón tiene miedo a que hable el pueblo”.
Por su parte, Miguel García Reyes precisó, con cifras, la trascendencia económico-social de Pemex en el desarrollo del país –de cada peso, 40 centavos son de impuestos que el gobierno federal extrae de la paraestatal– y su aportación a la salud, educación, programas sociales, pago de deuda externa, combate a la pobreza y otros, no obstante que “a la fecha no sabemos dónde quedaron más de 30 mil millones de dólares de excedentes petroleros”.
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