Por: Benjamín Castro
Sin duda, la consulta popular sobre la reforma energética que se dio ayer en 10 estados de la República y el Distrito Federal arrojará un resultado abrumadoramente en contra del proyecto de Felipe Calderón y sus aliados en el PRI encabezados por el senador Beltrones. El porcentaje de las encuestas de salida que presento la firma Mitofsky debe ser considerado como valido por el hecho simple de que esa empresa no simpatiza con la causa de los opositores a Calderón ni mucho menos con Andrés Manuel López Obrador. Por lo tanto, si sus resultados fueron de un 84.7% en contra de la reforma calderonista es porque no le quedo mas remedio que reconocerlo.
Pero más allá de eso, la participación en la consulta representa en realidad un movimiento político, un movimiento de masas. Hoy se expresa como una votación en defensa del petróleo y mañana será de otra forma. Ese movimiento es de resistencia, es decir, no esta en el poder, no esta ala ofensiva pero si esta concentrado en detener a Calderón y la maquinaria de saqueo que representa. Ese tipo de movimiento no existe en los Estados Unidos. En ese país, cuya economía se desploma en este momento y cuyo sistema bancario se va a la bancarrota y cuya moneda se devalúa aceleradamente, su población no se ha manifestado, no se moviliza. En lugar de eso se arremolina alrededor de un candidato como es Barak Obama, que ni siquiera menciona la crisis económica y que ha dado un viraje radical hacia la derecha partidaria de la guerra y de la política imperial. El pueblo norteamericano perdió la oportunidad -por lo pronto, de formar un movimiento de resistencia cuando Hillary Clinton se retiro de la contienda electoral-.
Pero en otras partes del mundo las cosas no son así. En Sudamérica, por ejemplo, los acuerdos de integración económica y las alianzas de países como Venezuela, Colombia, Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Chile etc.; acuerdos sobre ferrocarriles, energía, energía nuclear, cooperación financiera, cooperación tecnológica etc. etc. que se dan virtualmente todos los días, representan también una forma de movimiento de masas. Son gobiernos que representan a naciones y pueblos que se resisten al desplome de sus economías, al desempleo, a la miseria y que quieren también recuperar sus recursos naturales abyectamente entregados y saqueados por los gobiernos del FMI de las últimas décadas. Ocurren cosas parecidas en otros países de Asia y de Euroasia y en la propia Europa. Los gobiernos de Rusia, de China, de Irán, de Vietnam, de Corea del Sur y del Norte etc. también están llevando a cabo acuerdos y proyectos que representan una forma de resistir el derrumbe de la economía globalizada y manejada desde Nueva York y Londres.
En nuestro país, una franja importante de la población, ubicada principalmente en la Ciudad de México ha decidido movilizarse de forma permanente y ya no se detendrá. Es un movimiento de masas que nació para quedarse hasta que este país deje de ser una colonia saqueada y avasallada por los gobiernos del FMI y los carteles globales. Eso es lo que vimos ayer en la consulta popular en 10 estados y el DF.
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