En Miami buscar espías cubanos puede convertirse en un hobby, pero a nadie se le ocurre ir detrás de quienes por cincuenta años promueven libremente el terrorismo contra la Isla.
por Roberto del Valle Menéndez
Si cazaban niños en Vietnam y ahora lo hacen en Irak y Afganistán, que puede tener de extraordinario, o de particular, que oficiales, exoficiales o exsoldados norteamericanos se dediquen a la captura de espías cubanos en Miami. El pasado día 8 en el sitio digital del Miami Herald aparecía una información donde se afirmaba que un teniente coronel y oficial de
contrainteligencia de la reserva del Ejército y ex analista de la Agencia de Inteligencia de Defensa, llamado Chris Simmons era un veterano cazador de espías que estaba detrás de cubanos al servicio de Castro. Esto puede ser otro lucrativo negocio como cualquier otro en esa gigantesca nación.
En el reporte Acusaciones de espionaje crean polémica en Miami, de Alfonso Chardy, solo hay especulaciones sobre posible espías cubanos en Miami, y no se dice nada sobre si en esta ciudad se promueven cazadores, veteranos o no, para localizar, detener y enjuiciar severamente a quienes públicamente, por espacio de cincuenta años, han desarrollado actividades terroristas contra Cuba y su jefe de Estado. De eso, ni una palabra.
Recordemos que el 20 de septiembre de 2001, en su primer discurso después del criminal atentado en Las Torres Gemelas en Nueva York, el Presidente Bush afirmó: Nuestra guerra contra el terror comienza con al-Qaida, pero no concluye allí. No concluirá hasta que todos los grupos terroristas de alcance global hayan sido encontrados, detenidos, y vencidos. Y más adelante subrayaba: Privaremos a los terroristas de financiamiento, pondremos a los unos contra los otros, los haremos ir de un lugar a otro, hasta que no haya refugio o descanso. Y perseguiremos a las naciones que ayuden o den refugio al terrorismo. Toda nación, en toda región del mundo, ahora tiene que tomar una decisión. Están de nuestro lado, o están del lado de los terroristas. A partir de hoy, cualquier nación que continúe albergando o apoyando al
terrorismo será considerada un régimen hostil por los Estados Unidos. (tomado de:
http://www.whitehouse.gov/
Cuba es un caso muy particular, pues para el gobierno de los Estados Unidos cualquier acción terrorista contra la Isla no se considera como tal, y los terroristas confesos son llamados luchadores anticastristas. Es decir, que para el señor Presidente de los Estados Unidos reconocidos terroristas como Posada Carriles, comparado con toda razón con Osama Bin Laden, el pediatra asesino Orlando Bosch, el poeta de atentados Armando Valladares, Ernesto
Díaz, Pedro Crispín Remón Rodríguez, José Basulto, Gaspar Jiménez Escobedo, Guillermo Novo Sampoll y la dinastía familiar de los Mas Canosas, entre tantos, resultan líderes en la lucha por la democracia en Cuba, mientras que organizaciones bien conocidas como la Fundación Nacional Cubano Americana, Hermanos al Rescate, Alpha 66, Omega 7, Partido Unión Nacional Democrático, La Asociación de Veteranos de Bahía de Cochinos, y Comandos L y F 4, por solo citar algunos ejemplos, no clasifican como terroristas cuando han provocado más de 3 000 muertos y de 2 000 heridos en la Isla y cuantiosos daños económicos. Sumemos a todas ellas las acciones promovidas y desarrolladas por la CIA.
Es toda una guerra terrorista contra la Revolución cubana, por su firmeza de principios, su sentido de la dignidad, de la solidaridad, y del humanismo. Y nada de esto han perdonado en 50 años los Gobiernos de esa nación, cuyos Presidentes han buscado en esos luchadores anticastristas y organizaciones mafiosas y terroristas a sus aliados naturales para destruir el paradigma que representa Cuba. Pongamos un solo ejemplo de criminal acción, que muy bien pudiera llevar a sus autores ante un tribunal internacional. En 1981 se introduce en la Isla el dengue hemorrágico que provocó la hospitalización de 116 143 personas, de los que alrededor de 24 mil tuvieron hemorragias, mientras otros 10 224 sufrieron shocks por dengue en algún grado, cuyas secuelas aún hoy les persisten. Pero lo peor de todo fue el fallecimiento de 150 cubanos, de ellos 101 niños.
Para nadie en este mundo debe haber duda sobre la hipocresía de la cruzada antiterrorista del actual presidente Bush. Hoy en Miami se siguen cocinando acciones criminales no solo contra Cuba, sino también contra Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, y contra todas las naciones latinoamericanas que enfilan su futuro libre del neoliberalismo salvaje y hacía el bienestar
de sus pueblos.
Gracias al valor de no pocos cubanos, mujeres y hombres, que han penetrado las entrañas de ese Norte revuelto y brutal, como calificara el héroe José Martí al imperio yanqui, es que también la Revolución cubana ha podido sobrevivir. Este 12 de septiembre, hace 10 años, un grupo de patriotas fueron capturados en Miami por realizar actividades de inteligencia al
servicio del gobierno cubano y aunque no se demostró que pusieran en peligro la seguridad de los Estados Unidos, fueron condenados a severas sentencias.
Al infiltrarse en organizaciones terroristas radicadas libremente en Miami, Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, René González y Fernando González, conocidos como los Cinco Héroes Cubanos, evitaron más de 170 acciones contra Cuba. Solo una intensa solidaridad internacional, y en particular la comprensión por la mayoría del pueblo norteamericano de su justa lucha, los puede sacar de la cárcel y volver a la Patria junto a sus
familiares.
En Miami puede haber más de un Chris Simmons detrás de espías cubanos. Lo que no puede quedar en la duda es que Cuba tiene todo el derecho a defenderse.
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