lunes, febrero 02, 2009

Columna Asimetrías. Elecciones y Electores






02 febrero 2009




Los mexicanos no vivimos en un entorno de paz, sino de agitación social; en paz no hemos vivido jamás".

Domingo Pérez Alonso.

I

Dicho en un sentido epiceno, México --es decir, el Estado mexicano, entendido éste como país-- hállase en condición coyuntural agitada. Pero esa agitación ocurre en varios planos de realidad.

El pueblo --elemento constitutivo central de un Estado-- padece agitación. El poder político, que es otro elemento constitutivo del Estado, también acusa agitación.

Pero la agitación societal es de laya distinta a la del poder político, advirtiéndose origen, conducta y efecto antipodales. En México, pueblo y poder político no se corresponden; son antagónicos.

Ello antójase verismo: por un lado, el pueblo y las vertientes de éste que suelen identificarse como sociedad civil sufren estrujos evidentes; por otro, el poder político en crisis de funcionalidad.

Ello muéstrase con nitidez en ésta fase ritual d e renovación por la vía electoral de personeros de una de las vertientes institucionales del poder político. El rito es crucial para el poder político.

En contraste acusadísimo, ese rito no adviértese tan crucial para el otro elemento constitutivo --el más importante-- del Estado, que es el pueblo. Para éste, el frenesí de los políticos es ajeno.

Así parece. Ese frenesí es un espectáculo divertido que movería incluso a irrisión fuere no por el dramatismo pesadísimo de la cotidianez de una existencia social opresiva. Muy opresiva.

II

¿Opresiva? ¿Cuál opresión? Esas preguntas le son formuladas a éste escribidor por algunos amigos panistas, priístas y hasta perredistas --la pseudoizquierda mexicana-- y uno que otro chalado.

Por supuesto, es la respuesta. Lo único cierto hoy es la opresión, la cual existe y se reproduce en un espectro amplio de modalidades que van desde las más grotescas y burdas hasta las más sutiles.

El mexicano o la mexicana que nace hoy hereda tal endeudamiento que lo convierte en el individuo más endeudado del planeta, cortesía de las aberraciones de un poder político desnaturalizado moralmente.

Más no sólo eso: el poder político del Estado mexicano --un Estado considerado socialmente fallido-- propone aumentar el endeudamiento de los mexicanos actuales y los que vendrán.

El Fobaproa, por ejemplo, representa a precios actuales casi tres billones de pesos, suma que los mexicanos están pagando y seguirán pagando sin opción ni atenuantes durante 30 años más.

Y aun más: sólo 4 de cada 100 pesos para rescatar a ahorradores fueron a dar a éstos. Los otros 96 de cada 100 pesos fueron para banqueros, jerarcas de Hacienda y Banco de México y empresarios.

De 1994 a 1996, el total de pobres aumentó en 20 millones. Hoy, esa cifra se ha más que triplicado. En México hay de 60 a 70 millones de pobres; de esos, 20 millones viven en pobreza extrema.

III

A esa monstruosidad del poder político se sumó otra: saneados los bancos con dinero público, el Estado vendiólos a particulares de España, Estados Unidos, ingleses, canadienses y a un mexicano.

Esos dineros por venta de bancos saneados no fueron devueltos ni ingresados al erario público. Hoy, los intereses le cuestan adicionalmente a los mexicanos 30 mil millones de pesos cada año.

La desnaturalización del poder político no es reciente --no es de éste sexenio--, sino que su devenir en la etapa posrevolucionaria se remonta a los gobiernos del priísmo desde 1946.

El priísmo, no huelga incurrir en precisoria histórica, es la cosmovisión de una generación de personeros del poder político del Estado mexicano moral y éticamente corrupta emblematizada en el PRI.

Y el Partiro Revolucionario Institucional fue fundado bajo premisas de simulación revolucionarias por el entonces Presidente Miguel Alemán Valdés. Desconoció la matriz callista y cardenista.

El PRI, pues, nació con una vocación contrarrevolucionaria, la cual disfrazó con habilidad retórica y discursiva y mediática que todavía esgrimen hoy sus personeros emblemáticos.

Por ello, la agitación social es ajena a la agitación paraelectoral. La ciudadanía tiene prioridades de subsistencia mayores que las de avalar a personeros del poder político del Estado.

ffponte@gmail.com

Glosario:

Callista: referido a Plutarco Elías Calles, fundador del Partido Nacional Revolucionario, al que en el discurso oficial priísta se le atribuye falsamente origen.

Cardenista: referido a Lázaro Cárdenas, fundador del Partido de la Revolución Mexicana, al que el PRI también incluye espuriamente en su árbol genealógico.

Fobaproa: Fondo Bancario de Protección al Ahorro, hoy Instituto de Protección al Ahorro Bancario. Se calcula que sus beneficiaros fueron unas dos mil personas.

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