Indice Político
“Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia”.
- Mahatma Gandhi -
La danza de las cifras de muerte por los ajustes de cuentas entre los diferentes cárteles del narcotráfico es el pan de cada día en los meses recientes. Los noticieros de radio y televisión llenan sus espacios con las noticias más escalofriantes, los diarios no alcanzan a dar cabida a tan abundante material que se amontona, y caduca casi al instante por las nuevas noticias que fluyen generosas desde todos los confines del país.La versión oficial es la cada vez menos creíble: se trata de una guerra entre el Estado mexicano contra el crimen organizado, el cual estaría desafiando, como nunca, a las instituciones democráticas. Sin embargo, la realidad es completamente diferente.
Lejos de ser una actividad marginal, la red empresarial multimillonaria del narcotráfico que engloba desde hace ya mucho tiempo también otro tipo de actividades lucrativas —como el tráfico de armas, la prostitución, la pederastia, la pornografía informática, el juego, la venta de protección, entre las más visibles—, está perfectamente integrada a “El Sistema”, sobre todo si tenemos en cuenta que, según algunas estimaciones de organismos internacionales, este negocio genera anualmente cifras cercanas al billón de dólares. Un área de oportunidad ésta cada vez más omnipresente en los negocios del gran capital, a nivel global, con un funcionamiento que encadena diversas funciones empresariales en cada país y, todavía más, entre ellos a nivel internacional. La inclusión de Joaquín El Chapo Guzmán Loera entre los multimillonarios de Forbes, es un ejemplo.Y todo ello es producto de la descomposición social generalizada, a partir de la fractura política de las clases política y económicamente privilegiadas.Tratar de explicar estos acontecimientos inicia con ligarlos a la vida interna de estas élites y saber ver, en la multiplicación de las pistas sangrientas de los ajustes de cuentas, en los escándalos cada vez más frecuentes, en los “suicidios” de dos tiros en la cabeza, no las acciones de una minoría corrupta sino el funcionamiento en pleno y real de “El Sistema”.Y es que estas rivalidades no son más que la punta del iceberg, de esa guerra más extensa, sin cuartel, de las diferentes fracciones del gran capital por asumir la hegemonía del aparato estatal, sinónimo siempre de acceso a privilegios y canonjías económicas y políticas de gran calado. Tal es el único método que permite entender lo que está sucediendo actualmente no sólo en México sino en toda la región de América Latina, donde esta situación se repite cotidianamente, al tiempo que los gobiernos y las administraciones de los países del área hacen todo por ocultarlo tras la cortina de humo de la sacrosanta democracia, donde la cruzada consiste en limpiar al Estado de sus “manzanas más podridas”, el cuento interminable de los campeones de la perfectibilidad de “El Sistema”.Y hoy, en el marco la agudización de la crisis económica y con ello de la competencia, las fisuras aparecidas en la estructura política se han acentuado y se aceleran con motivo, por ejemplo, de la elección presidencial en el 2006, una situación que muestra en realidad una ruptura de la disciplina a “El Sistema”.Aunque se presenta como una bipolarización (PAN-PRI Vs. PRD-AMLO), es una fragmentación mayor en la que cada uno de los sectores busca su propio provecho y donde las relaciones entre cada una de las partes se presenta con dificultad, creando alianzas endebles, no duraderas, en las que los intereses se mezclan, y los personajes y grupos se mueven de un bando a otro. Al imponer a Calderón en Los Pinos, la agudización de la pugna, no sólo presagia su propia continuación sino su agudización, dada la extensión de la pelea en todos los dominios: partidos, Ejército, clero, grupos del tráfico de drogas.Así, al no conseguirse la cohesión de todos esos grupos en su conjunto y el haber logrado apenas aglutinar en torno a la fracción gobernante actual a un núcleo que está unido con lazos endebles, se hace cada vez más evidente que, al no poder establecer cada uno de esos grupos un dominio total del escenario, se conforma con no dejar avanzar a su enemigo, imponiendo, mediante la fuerza, continuos obstáculos.Así, la llamada “guerra contra el narcotráfico” no es sino la fábula de “policías y ladrones”, de “los malos contra los buenos”; es un falso enfoque, pues no se trata de una relación de corrupción ya que el narcotráfico no es un fenómeno marginal, sino forma parte de “El Sistema”.Índice Flamígero: Once mil efectivos del Ejército. Más de una docena de militares de alto rango -en posición de retiro—. Todo ello para Ciudad Juárez. Y junto a ello, la advertencia de los “expertos” de EU: “La violencia en México empeorará, en la medida en que el presidente Felipe Calderón continúe su lucha anticrimen en contra de los cárteles del narcotráfico”. ¿Qué recomiendan? ¿Un pacto de paz?
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