Por Lydia Cacho
Pinky y Cerebro son dos pequeños ratones, uno delgadito e ingenuo y otro cabezón y estratega. Viven en un laboratorio, y cada noche, cuando sus captores apagan la luz, Pinky, con voz aguda le pregunta a su compañero: “¿Qué vamos a hacer esta noche, Cerebro?”. El otro responde en tono de barítono, saliendo de la jaula: “Lo mismo que hacemos todas las noches Pinky… ¡tratar de conquistar al mundo!”.
Germán Martínez ha sido calificado por Murillo Karam y Emilio Gamboa como un loco de caricatura. Beatriz Paredes ha decidido no responder a las provocaciones del dirigente de la derecha. Desde hace un par de meses el líder del Acción Nacional ha declarado consistentemente que el PRI está vinculado con el narcotráfico, y son los priístas los responsables de que el país esté en peligro.
Mientras Beatriz Paredes borda sus huipiles para retomar Los Pinos y canta victoria por doquier, le quitan votos. Las encuestas de intención de voto mostraban, hace unas semanas, que el PRI tenía 40% de preferencia contra 25% del PAN. Las de ahora revelan al tricolor con 30% y al blanquiazul con 27%. Germán ha obtenido el primer triunfo: sembrar la duda en quienes pensaban que era mejor volver al control priísta que seguir con la débil incertidumbre de Acción Nacional.
Los alegatos diarios de Germán Martínez no han logrado llevar a esos votantes potenciales a decidir que el PAN es la opción ideal, pero sí consiguieron fomentar una duda razonable.
Todo parece indicar que es en el laboratorio político de Los Pinos donde se planea la batalla real. Calderón declara que el PRI ha ganado espacios, mientras Martínez nos pide que no olvidemos que el PRI destruyó el tejido ético de México, arrebatándonos el derecho a defender la dignidad. Que el PRI nos enseñó que somos un pueblo cautivo de los políticos abusivos y que no tendemos salida; que de eso viven y allí abrevan los más corruptos y perversos personajes que se preparan para volver a gobernarnos.
Paredes celebra ser la líder de los autores de la doctrina del primero roba y después diles que robar es privilegio de poder. Líder de quienes defienden a Mario Villanueva, su insigne narcogobernador. Del partido que protege a defensores de pederastas y de asesinos. Celebran ser un PRI que goza la sangrienta guerra en la que mueren miles, porque demuestra que ellos sí sabían negociar con el narco y tenerlo a raya (a cambio de una raya para sus gobernadores, alcaldes y policías).
Está claro que el PAN no ha demostrado ser mejor que el PRI, pero el PRI ha demostrado ser lo peor para México. Mientras el PRD se desmorona con su corrupción interna, Martínez tiene como tarea escupir a la cara del tricolor para quitarle votos. A Calderón le toca lograr que los indecisos elijan a su partido que, según ellos, es lo menos peor del mercado electoral.
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