Vista su ineficacia en el gobierno, donde lo único que atina a decidir es la abundancia de propaganda mentirosa, la ultraderecha del PAN recurre de nuevo al miedo para lograr que la gente vuelva a concederle "el beneficio de la duda" y con ello entregarle la capacidad de seguir arruinando al país, como ha hecho hasta hoy.
El tema de estas elecciones es el narco y su liga con los partidos políticos. Aunque sólo con el PRI, según la visión interesada del PAN.
Desde luego, el PRI inició la ruina del país, no sólo por imponer una política empobrecedora y concentradora de riqueza en unas pocas manos, sino por permitir que el narcotráfico llegara hasta áreas antes vedadas e inalcanzables, como la misma casa presidencial de Los Pinos, como sucedió en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, cuando se documentaron las ligas de su secretario privado, Justo Ceja, con narcos. Pero como sucede en las mafias mexicanas, la corrupción da impunidad y ésta aumenta la primera.
Al persistir en su política económica empobrecedora que arruinaba a la mayoría, el PRI exasperó a la gente y ocasionó el hartazgo que hizo creer las mentiras de Vicente Fox, de que con el PRI seguirían adueñadas del poder las "víboras prietas y tepocatas" de la corrupción, inseguridad y delitos impunes. El temor llevó a mucha gente a votar por Fox y el PAN, que había hecho del combate a la corrupción su bandera electoral durante años.
Pero no solamente todo siguió igual, sino que empeoró. Las víboras prietas y tepocadas no sólo permanecieron en Los Pinos, sino que llamaron a sus parientes, como la hipocresía y el cinismo.
Fox llegó por el miedo a seguir en lo mismo, y lo primero que hizo fue consolidar y empeorar todo lo que había prometido cambiar. Apenas llegado al poder, "se escapó" del penal de máxima seguridad (?) de Puente Grande, Jalisco, el jefe del Cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, que en 8 años de gobiernos PANistas no ha logrado ser recapturado, aunque sus competidores sí han sido fuertemente combatidos y diezmados con el "valeroso combate al narcotráfico".
Pese a los abundantes indicios del contubernio (sin investigar) de "consentidos presidenciales" y otros relevantes PANistas con cárteles y mafias del crimen organizado, el gerente del PAN (el bravucón Germán Martínez Cázares) ondea como bandera electoral las ligas del PRI con el narcotráfico y, en vez de presentar denuncia formal ante la autoridad respectiva, sólo lanza la bola de lodo a ver a quién le cae.
Tan ligado al narco está el PRI --que lo tomó como aliado-- como el PAN --que lo llevó hasta Los Pinos y lo adoptó como patrocinador, dándole mayor impunidad--. Alega el PAN que su presidente Calderón combate al narco con Ejército y mucho dinero, pero no dice que sólo actúa contra los competidores de su favorito El Chapo Guzmán, quien sigue intocado en su feudo y por los sitios del país donde se pasea, aunque le han recomendado discreción y bajo perfil, para no alborotar a los gringos.
Para evitar su inminente debacle electoral, lo único que se le ocurrió al PAN fue infundir temor en la gente para que no vote por el PRI, del que ya le han avisado que tiene posibilidades de derrotarlo en las próximas elecciones para diputados federales, donde Martínez Cázares tiene la orden de lograr una "mayoría" legislativa (haiga sido como haiga sido, divisa institucional del blanquiazul que le impuso su mandatario Calderón) que dé "luz verde" a los inconfesados compromisos de la cleptocracia nativa con la oligarquía trasnacional.
En este caso del narco que se expande por la tolerancia oficial y el empobrecimiento general, caben dos dichos muy certeros: "El comal le dijo a la olla..." y "Tan malo el pinto (de azul) como el colorado".
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