Por Fausto Fernández Ponte
05 junio 2009
"Habrá que afinar la vista para hallar la real opción de cambio y votar por ella para iniciar la ruta de escape".
Luis Linares Zapata.
I
Una mirada --que no un vistazo, que es distinto-- a las escenas registradas y difundidas por la televisión y los periódicos impresos de actos de gobierno en las que el Presidente de Facto Felipe Calderón es protagonista central, así como las palabras dichas por él en las mismas, nos ofrece elementos para un retrato psicológico.
Y ese retrato, dígase sin tapujos ni reticencias, describe a un individuo que presenta patologías preocupantes no sólo para él, en lo particular, sino para los afectados por dichas peculiaridades patològicas, el pueblo de México. Es un retrato dimensional de alguien siniestro.
Más el hecho que un individuo parezca amenazador no lo hace tal, pues la correlación entre las fuerzas psíquicas del parecer y el ser --o el deber ser y el deber hacer-- no se nutre de subjetividades. Pero en el caso son las palabras del individuo, así como el contexto dentro del cual son dichas.
Y don Felipe usa palabras de siniestra connotación, pues sus móviles y propósitos son los de amenazar. Es allì donde se traspone el a veces sutil y, ergo, invisible umbral entre el parecer siniestro y ser, actualmente, siniestro. Bajo esa definición, don Felipe podría ser un hombre de vena patibularia.
Caso en punto: en la sesiòn vigésimo-primera del Consejo Nacional de Seguirdad pública, realizada en Palacio Nacional el martes pasado (2/VI/09), el titular espurio del Poder Ejecutivo del Estado mexicano mostró en su rostro su ánimo de ira incontrolada. "Era un rostro endiablado", describió la cara leyente Ruth Piñera.
Pero si bien los rostros son fieles a las circunvoluciones del ánimo --las emociones--, su interpretación no deja de ser subjetiva. La mirada de don Felipe era, ciertamente, de ira, diríase que de honda, incontenible ira, de ese tipo de emoción que no tiene altibajos ni cimas ni simas, sin accidentes, sin contrastes.
II
Ira sin desahogo, sin una liberación fisional catártica de energía. Ira que no se remontaba al momento --lo que le decían en esa reunión algunos gobernadores de los 31 Estados Unidos Mexicanos y el Distrito Federal--, sino incubada y alimentada sospecharíase que con devoción, desde hacía meses, sino es que años.
Esa percepción generalizada, creciente, en la ciudadanía acerca de nuestro personaje --el jefe del Espuriato-- pudiere ser devenimiento de la interacción concatenante de los prejuicios y subjetividades societales, pero tiene soporte cientìfico, el que aporta la psiquiatgría social.
Rogerio Bulnes Azamar, piquiatra social especializado en la interpretación de expresiones conductuales de políticos, con libros incluso acerca de los comportamientos públicos y privados conocidos de Richard M. Nixon y los dos Bush (George H. W. y George W. padre e hijo, nos ilustra:
"El Presidente (Calderón) es un hombre irritable porque es un individuo infeliz consigo mismo. Su infelicidad tiene varios componentes, pero uno de los principales es su frustración, la cual puede ser muy antigua, desde su infancia incluso. Esa frustración se ha acumulado peligrosamente: lo está destruyendo".
Añade el doctor Bulnes Azamar: "La peligrosidad de la frustración reside en que ésta domina al individuo, preside su conducta privada y pública y lo induce a cometer errores de juicio, a la violencia verbal y de acción y sin sentir remordimiento ni tener cargos de conciencia. Con poder, un individuo así es un monstruo".
"Un individuo así ve enemigos doquiera, hasta debajo de su cama. Sus reacciones de iracundia nos muestran un desarrollo infantiloide de su andamiaje psicológico. Es el típico niño berrinchudo, rencoroso y vengativo, que no se siente ni querido ni amado ni deseado ni estimado como cree que merece".
III
¿Encajaría don Felipe en esa descripciòn del psiquiatra Bulnes Azamar? La respuesta la da el propio mandatario de facto: en esa reunión aquí aludida dijo palabras amenazadoras a los gobernadores y alcaldes y, por inferencia que antojaríase dialécticamente válida, al pueblo de México.
Amenazó con continuar realizando los "operativos" del Ejército y la Armada, la policía federal --con el triple de atribuciones legales desde hace algunos días por obra de la nueva ley en la materia-- y la Procuraduría General de la Repúbica en los 31 Estados Unidos Mexicanos y el DF.
"Lo que está en juego", dijo el Presidente de Facto a los gobernadores y al Jefe de Gobierno del DF, "es el futuro de la democracia, de las instituciones representativas y de la capacidad como país para alcanzar el desarrollo por la vía de la legalidad". Absurda defensa de "operativos" federales ilegales en los Estados.
La premisa es falsa. No se puede hablar del "futuro de la democracia" cuando ésta, objetivamente, no existe en México, como lo confirma precisamente la ocupación militar de más de la mitad de los 31 Estados Unidos Mexicanos, usurpando las funciones civiles de procurar e impartir justicia y aterrorizar a la poblaciçon.
Y hay más. "En ésta lucha --añadió don Felipe-- no hay lugar para titubeos, divisiones ni deslealtades (...) Quien traicione desde el servicio público... tiene que saber que no habrá fuero partidista o consideración política alguna que los libre de la acción de la justicia".
¿Son los asertos del señor Calderón congruentes con la moral y la ética políticas? Son sin duda palabras dichas para ocultar acciones equivalentes a las de pender una espada damocliana sobre las cabezas de los gobernantes de los Estados que no son miembros del PAN. Blandir garrotes revela otra cosa.
Revela que el iracundo e infantil señor Calderón reniega de la política --la verdadera política-- en la liza electoral y privilegia, en cambio, el trogloditismo como práctica de convivencia entre las vertientes panista, priísta, perredista y otras del poder político del Estado. El garrote sustituye a la política.
Y el garrote se convierte en el método y el enser y, a la vez, el símbolo más importante para gobernar mediante la fuerza coactiva/coercitiva. Es el lenguaje de los garrotazos. Y a garrotazos se ejerce el poder político del Estado. Como en una dictadura.
ffponte@gmail.com
www.faustofernandezponte.com
Glosario:
Blandir: esgrimir.
Catártica: de catarsis.
Cima: cumbre.
Enser: herramienta, instrumento.
Fisional: de fisión.
Pender: que cuelga.
Sima: depresión, abismo, cavidad. Lo opuesto a cima.
Trogloditismo: relativo o referente a troglodita.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario