La última voz audible antes de la explosión del mundo será la de un experto que diga: es técnicamente imposible.
-Peter Alexander Ustinov-
OTRA VEZ, AYER, el Distrito Federal se volvió escenario de un petardazo al seno de una sucursal bancaria. En Guadalajara, mientras tanto, se dio aviso de un explosivo frente a las oficinas de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos con una advertencia a los laboratorios Novartis –poseedores de la fórmula de la vacuna anti-influenza—, mientras que el clima de exasperación social llega a niveles también cada vez más altos.¿El estallido social anunciado? No, señala el cofundador del Centro de Documentación de los Movimientos Armados, Jorge Lofredo, quien más bien advierte “un fenómeno cuya comprensión demanda romper con una mirada exclusivamente mexicana, que no cuenta con antecedentes inmediatos y que expresa razones distintas de las organizaciones clandestinas marxistas.”
Encuentra el investigador analogías con otras acciones que “se vienen desarrollando desde hace tiempo ya en otros países, con particular asiduidad en Chile. Reunidos en torno a colectivos, se activan en pequeñas células. Su organización interna es una red interconectada con algún nivel de autonomía, lo que no vuelve necesaria una vinculación profunda entre uno y otros grupos, aunque entre ellos existen similitudes evidentes que en parte ponen en entredicho sus pronunciamientos referidos a esa autonomía. La utilización de un mismo modus operandi, los elementos usados en los sabotajes, la proximidad de una y otra acción y los blancos elegidos no pueden ser explicados exclusivamente por la casualidad, lo que hace referencia a la actividad de un único mismo grupo o bien se trata de grupos distintos, pero con un nivel de conexión muy pronunciado. En este sentido, es altamente probable que provengan de un mismo espacio o espacios político-sociales, organizaciones, colectivos, etc.; y, básicamente, en sus textos también existe un mismo lenguaje.”Lofredo dirige la atención hacia la página de internet liberaciontotal.entodaspartes.net y apunta que “sus sabotajes hablan por sí mismos como expresiones de ira y rabia. No van más allá, sino que en la acción está alojado su contenido: es la propaganda por los hechos. Pero sus acciones también demuestran otra cuestión, que refiere a romper el marco de la invisibilidad, produciendo el salto desde internet –espacio vital para estos grupos– hacia la actividad real. Estos son los tiempos donde, sin abandonar esa presencia virtual con la denuncia y la protesta, han decidido comenzar a poblar el espacio del hecho político concreto. La propaganda (el sabotaje) es entonces el punto culminante de estos cambios, el paso de lo virtual a lo real, de la denuncia a la acción, del anonimato a la identidad.”En su Posdata, publicada en la página de www.cedema.org, Lofredo también indica que “quizá sea posible encontrar alguna instancia anterior de actividad política en aquellos sectores que se desprendían de las manifestaciones masivas en las cuales participaron (10 de junio, 2 de octubre, etc.) para realizar pintas, arrojar piedras contra cristales de comercios y producir pequeños enfrentamientos con las corporaciones de seguridad. Si así fuere, las manifestaciones de protesta en Guadalajara, mayo-junio de 2004, y el desenlace represivo que tuvo resultaría el parteaguas para los anarquistas mexicanos. “A renglón seguido, las acciones contra la tienda Max Mara, coordinada internacionalmente, como así también Renault y Bancomer demuestra la invalidez de condicionar el análisis a la coyuntura local y el papel fundamental que juega la red para el desarrollo de las actividades de estos grupos. Hasta las propias denominaciones adoptadas por los grupos (liberación global, liberación animal, revolución inmediata, etc.) están lo suficientemente alejadas de cualquier ámbito con referencia nacional; ésta es, antes, territorial y sin fronteras…”Buenas noticias, pues. No. Aún no inicia el “estallido”.
Índice Flamígero: Los polos se unen. Muchas coincidencias pueden encontrarse en los discursos de Andrés Manuel López Obrador y los de cerveceros, académicos del Centro de Estudios del Sector Privado e, incluso del sindicato patronal, la Coparmex, en contra del “paquetón” fiscal para tapar el “boquetón” de medio billón de pesos que la fallida Administración tendrá en 2010. La crítica internacional que más debe pesar es la expuesta ayer por el Nobel de Economía 2003, Robert Engle, quien calificó cual equívoca a la absurda pretensión de incrementar impuestos cuando el país está anclado en una de las peores recesiones de su historia reciente. Paquetón, boquetón, ¿vaquetones?
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