Sique
Un Juanito es Rafael Acosta. El otro, Enrique Peña Nieto. Uno sale del pueblo, el otro de la burguesía y de la mafia política mexicana. Ambos son actualmente las estrellas de Televisa pero el tratamiento que les dan muestra su filosofía. A Rafael le han ofrecido todo tipo de prebendas y cuantiosas sumas para que no cumpla su palabra. Como lo de las despensas, pues. Aprovechándose de su confusión, los entrevistadores más o menos subrepticiamente se burlan de Rafael Acosta exhibiéndolo como ignorante y delincuente. Es una clara manifestación racista y de falta de respeto al pueblo, al estilo Televisa. A Peña Nieto lo exhiben como el modelo "aspiracional" de comerciales y telenovelas, es el candidato que Televisa y el PRI quieren imponer en la silla presidencial siguiendo exactamente las mismas reglas que utilizan en su basura televisiva: vacío de contenido, falsedad en todos sentidos y hasta una novia de telenovelas le pusieron. Lo venden como detergente. Lo curioso es que Peña Nieto igual que Juanito, tampoco se da cuenta de que será utilizado como Calderón para que la oligarquía pueda dictarle lo que debe hacer y luego si no resulta le darán una patada en el culo como ya se la están dando a Fecal.
Tanto Rafael como Enrique son peleles. Uno será utilizado para desprestigiar al pueblo y a la izquierda y el otro para que desde la presidencia actúe a favor de las oligarquías. ¿Habrá oportunidad de que Juanito, el del pueblo, pueda trascender a la corrupción y a la alienación que Televisa ha inoculado en todas las clases de la sociedad mexicana? ¿O será que Televisa ha logrado contagiar a todo México del virus mediático de la inmoralidad?
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