El Estado carece de poder y el Ejecutivo de liderazgo, señala
Víctor Ballinas y Andrea Becerril
En la sesión inaugural de la 61 Legislatura, el diputado del PT Porfirio Muñoz Ledo demandó la dimisión formal del presidente Felipe Calderón y, como establece la Constitución, formar un gobierno de mayoría, con capacidad suficiente de convocatoria.
Ello permitirá sortear la catástrofe, enderezar el rumbo y garantizar, mediante elecciones libres y pacíficas, la devolución del poder a su legítimo titular: el pueblo de México, afirmó.
Al fijar la postura del PT, resaltó que se debe cancelar la esquizofrenia política, ya que el Estado carece de poder, el Ejecutivo de liderazgo, el Congreso de competencias y el ciudadano de representación eficaz. Vivimos un parlamentarismo de hecho que no acabamos de plantear en la ley. Para reparar los entuertos, comencemos por la dimisión formal de quien ostenta la investidura presidencial, insistió.
Muñoz Ledo recalcó asimismo que ello permitirá conjurar la explosión social y abrir un tiempo nuevo en la historia, por el entierro de la simulación y el rescate del orgullo, la identidad y la grandeza nacionales.
En otra parte de su discurso ante el pleno advirtió que el grupo parlamentario del PT responde al mandato de un vasto movimiento social, al que no defraudará, y en ese sentido adelantó una propuesta alternativa en materia financiera y presupuestal, ya que la caída de la economía es vertiginosa e irrefrenable.
No se trata, advirtió, de un agujero fiscal, sino de un hoyo negro en la producción y la moral pública. Insistió en que el reto es la clausura del ciclo neoliberal y la instauración de un nuevo modelo de desarrollo.
Naufragó el orden jurídico: Porfirio Muñoz LedoFoto Francisco Olvera
Añadió que el dinero hay que tomarlo de donde abunda, no arrebatarlo a los desposeídos y negarlo a los braceros, sino a las grandes empresas que eluden los impuestos, a la banca nacionalizada, a la alta burocracia que ofende a la sociedad y a los fondos ociosos de las arcas públicas.
Muñoz Ledo demandó a los legisladores empezar por su propia casa: reduzcamos sus concupiscencias y votemos con transparencia nuestras prerrogativas.
Para el PT, recalcó, la reforma hacendaria debe ser integral, vía el reparto equitativo de fuentes tributarias entre los componentes de la Federación.
Detalló que el salvamento económico comprende la reordenación del sistema bancario y financiero, la reinversión de la infraestructura, el impulso a la agricultura y la industria, el combate a los monopolios y la defensa de los hidrocarburos y recursos primarios.
Demandó: perdamos el miedo al lobo feroz; establezcamos en la Constitución una entidad autónoma que democratice las concesiones de radio y televisión y regule sus contenidos conforme a los valores e intereses del país.
En su discurso, aludió asimismo al naufragio del orden jurídico, y sostuvo que Acteal somos todos, y los niños calcinados son nuestros, y que el gobierno reproduce la delincuencia para compensar vacios de legitimidad y se empeña en una guerra perdida, corrompe la función del Ejército y condona los delitos cometidos desde las altas esferas del poder.
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