26 octubre 2009
A Grisel Yared González Vázquez. Por vivir la aventura más emocionante, la de la transformarción al tomar conciencia del por qué de la realidad de México.
I
José Narro Robles, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México –“parte de la conciencia nacional”-- , dijo el viernes 23/X/09 en Oviedo, capital asturiana, al recibir el premio “Príncipe de Asturias” de Comunicación y Humanidades, lo siguiente:
“Para el ser hunano, el conocimiento siempre ha sido importante, pero ahora es fundamental…
“No hay campo de la vida en el que no influya el saber; por esto preocupa tanto el desinterés de algunos en la materia como que en muchos sitios no sea una prioridad que se le escamoteen los recursos para su generación y trasmisión”.
Describía así el rector a México, mediante un diagnóstico fiel –por acertado— lo que no pocos identifican como una patología perversa que depreda al país, oprime a los mexicanos y saquea sin pudor el tesauro patrimonial de todos.
El foro para difundir ese muy informado diagnóstico –bajo la autoridad moral, insoslayable e indiscutible, de la UNAM— trascendía el ámbito asturiano, hispano, ibèrico, europeo, y accedía con ímpetu al estadio mexicano.
El enunciado del doctor Robles estaba dirigido a los mexicanos y, por inferencia válida, con dedicatoria al poder político panista, priísta, “verde ecologista” y gordillista del Estado. Mensaje inequívocamente político, a nuestro ver.
¿Político? Sí. Más allá de los recipiendarios –los mexicanos y el poder político del Estado mexicano-- el mensaje posee un atributo pedagógico que define su vera naturaleza y, fedatariamente, dicho con un didactismo nítido.
Mensaje para entenderse sin distorsiones, dicho con lenguaje llano para la comprensión por los personeros más cerriles del poder político del Estado situados en Los Pinos y despachos de Hacienda y Educación Pública y en el Congreso.
II
Podríase decir sin hipérbole que el sentido político del mensaje del rector de la UNAM es consustancial al momento, el foro, el contexto, la coyuntura y, bajo una perspectiva filosófica, se torna vector de concientización social.
Sin embargo, los destinatarios finales de ese mensaje son los personeros del poder político del Estado insertos en la vertiente legislativa. Los diputados primero y, luego, los senadores, tendrían que revisar las propuestas de asignaciones presupuestales.
En esas propuestas –representadas en las iniciativas de ley del presupuesto de egresos de la Federación de los Estados Unidos Mexicanos-- se cercena y reduce considerablemente el total de recursos financieros asignados a la educación pública.
Entresáquense, a mayor abundamiento, otros asertos de don José, dichos en esa misma ceremonia:
1) “Sin ciencia propia, sin un sistema de educación superior vigoroso y de calidad, una sociedad se condena a sí misma a la maquila o a la medianía en el desarrollo”.
2) “Por ello, resulta indispensable reivindicar el derecho a la educación. Por ello es necesario insistir y volverlo a hacer muchas veces. La educación es vía de superación humana, de la individual y la colectiva”.
3) “Concebirla como un derecho fundamental, (la educación) es uno de los mayores avances éticos de la historia…
4) “Como bien público y social, la educación superior debe ser accesible a todos bajo criterios de calidad y equidad; duele que en el mundo, con sus grandes desarrollos, vivan cerca de 800 millones de personas que no saben siquiera leer y escribir”.
5) “A algunos les puede parecer que hablar de valores o de humanismo es asunto del pasado, del Renacimiento o del siglo XIX. Se equivocan. Tambièn lo es de ahora y del futuro”.
6) “Frente al éxito quimérico, el egoísmo, la corrupción o la indiferencia, el mejor antídoto son los valores laicos de ayer y siempre”.
III
Asúmase que los personeros del poder político del Estado, proponentes y disponentes de las asignaciones del presupuesto de egresos, son ignorantes de las premisas de la diagnosis narroana y actúan bajo los imperativos de la politiquería…
Asúmase asimismo que esos personeros del poder político, en particular los de la vertiente legisladora, son ignaros del silogismo de ésta diagnosis rectorial –diagnosis de la UNAM-- y actúan por afinidad ideológica con los de la vertiente ejecutiva…
Y asúmase que esos legisladores exhiben nesciencia acerca de nuestra historia y la realidad circundante y desconocimiento de las herramientas del análisis de las causas y efectos de ésta, lo que emerge es un escenario prospectivo probable asaz terrible.
Esa probabilidad deja abiertas las puertas al verismo inexorable –inevitable— de las conclusiones descritas en el diagnóstico del señor Narro. La conciencia de México, la UNAM, discierne implícitamente las causas de nuestra brutal realidad.
Y esas causas se emblematizan en el establecimiento antidemocrático, desde hace 27 años, de una filosofía nutriente de un proyecto de nación (o de país) que ha sido rechazado muchas veces por los mexicanos durante 200 años.
¿Motivo de ese rechazo histórico, desde Iturbide hasta Maximiliano y Porfirio Díaz, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón? Su comprobada inviabilidad social. El modelo neoliberal mismo es antisocial.
Y es que toda opresión es inviable, más temprano que tarde. La opresión, decía Eurípides, es multiforme. Paine, Rosseau, Franklin, Bolívar, Morelos, Lincoln, Marx, Juárez, Gramsci, Keynes y Galbraith la han descrito con elocuencia. Pero es insidiosa.
Los operadores de ese proyecto de nación identifican a la educación superior pública, y a su divisa, la UNAM, como un obstáculo colosal para consolidar aquél. A ello no es ajeno el fenómeno del imperialismo estadunidense.
ffponte@gmail.com
www.faustofernandezponte.com
Glosario:
I
José Narro Robles, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México –“parte de la conciencia nacional”-- , dijo el viernes 23/X/09 en Oviedo, capital asturiana, al recibir el premio “Príncipe de Asturias” de Comunicación y Humanidades, lo siguiente:
“Para el ser hunano, el conocimiento siempre ha sido importante, pero ahora es fundamental…
“No hay campo de la vida en el que no influya el saber; por esto preocupa tanto el desinterés de algunos en la materia como que en muchos sitios no sea una prioridad que se le escamoteen los recursos para su generación y trasmisión”.
Describía así el rector a México, mediante un diagnóstico fiel –por acertado— lo que no pocos identifican como una patología perversa que depreda al país, oprime a los mexicanos y saquea sin pudor el tesauro patrimonial de todos.
El foro para difundir ese muy informado diagnóstico –bajo la autoridad moral, insoslayable e indiscutible, de la UNAM— trascendía el ámbito asturiano, hispano, ibèrico, europeo, y accedía con ímpetu al estadio mexicano.
El enunciado del doctor Robles estaba dirigido a los mexicanos y, por inferencia válida, con dedicatoria al poder político panista, priísta, “verde ecologista” y gordillista del Estado. Mensaje inequívocamente político, a nuestro ver.
¿Político? Sí. Más allá de los recipiendarios –los mexicanos y el poder político del Estado mexicano-- el mensaje posee un atributo pedagógico que define su vera naturaleza y, fedatariamente, dicho con un didactismo nítido.
Mensaje para entenderse sin distorsiones, dicho con lenguaje llano para la comprensión por los personeros más cerriles del poder político del Estado situados en Los Pinos y despachos de Hacienda y Educación Pública y en el Congreso.
II
Podríase decir sin hipérbole que el sentido político del mensaje del rector de la UNAM es consustancial al momento, el foro, el contexto, la coyuntura y, bajo una perspectiva filosófica, se torna vector de concientización social.
Sin embargo, los destinatarios finales de ese mensaje son los personeros del poder político del Estado insertos en la vertiente legislativa. Los diputados primero y, luego, los senadores, tendrían que revisar las propuestas de asignaciones presupuestales.
En esas propuestas –representadas en las iniciativas de ley del presupuesto de egresos de la Federación de los Estados Unidos Mexicanos-- se cercena y reduce considerablemente el total de recursos financieros asignados a la educación pública.
Entresáquense, a mayor abundamiento, otros asertos de don José, dichos en esa misma ceremonia:
1) “Sin ciencia propia, sin un sistema de educación superior vigoroso y de calidad, una sociedad se condena a sí misma a la maquila o a la medianía en el desarrollo”.
2) “Por ello, resulta indispensable reivindicar el derecho a la educación. Por ello es necesario insistir y volverlo a hacer muchas veces. La educación es vía de superación humana, de la individual y la colectiva”.
3) “Concebirla como un derecho fundamental, (la educación) es uno de los mayores avances éticos de la historia…
4) “Como bien público y social, la educación superior debe ser accesible a todos bajo criterios de calidad y equidad; duele que en el mundo, con sus grandes desarrollos, vivan cerca de 800 millones de personas que no saben siquiera leer y escribir”.
5) “A algunos les puede parecer que hablar de valores o de humanismo es asunto del pasado, del Renacimiento o del siglo XIX. Se equivocan. Tambièn lo es de ahora y del futuro”.
6) “Frente al éxito quimérico, el egoísmo, la corrupción o la indiferencia, el mejor antídoto son los valores laicos de ayer y siempre”.
III
Asúmase que los personeros del poder político del Estado, proponentes y disponentes de las asignaciones del presupuesto de egresos, son ignorantes de las premisas de la diagnosis narroana y actúan bajo los imperativos de la politiquería…
Asúmase asimismo que esos personeros del poder político, en particular los de la vertiente legisladora, son ignaros del silogismo de ésta diagnosis rectorial –diagnosis de la UNAM-- y actúan por afinidad ideológica con los de la vertiente ejecutiva…
Y asúmase que esos legisladores exhiben nesciencia acerca de nuestra historia y la realidad circundante y desconocimiento de las herramientas del análisis de las causas y efectos de ésta, lo que emerge es un escenario prospectivo probable asaz terrible.
Esa probabilidad deja abiertas las puertas al verismo inexorable –inevitable— de las conclusiones descritas en el diagnóstico del señor Narro. La conciencia de México, la UNAM, discierne implícitamente las causas de nuestra brutal realidad.
Y esas causas se emblematizan en el establecimiento antidemocrático, desde hace 27 años, de una filosofía nutriente de un proyecto de nación (o de país) que ha sido rechazado muchas veces por los mexicanos durante 200 años.
¿Motivo de ese rechazo histórico, desde Iturbide hasta Maximiliano y Porfirio Díaz, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón? Su comprobada inviabilidad social. El modelo neoliberal mismo es antisocial.
Y es que toda opresión es inviable, más temprano que tarde. La opresión, decía Eurípides, es multiforme. Paine, Rosseau, Franklin, Bolívar, Morelos, Lincoln, Marx, Juárez, Gramsci, Keynes y Galbraith la han descrito con elocuencia. Pero es insidiosa.
Los operadores de ese proyecto de nación identifican a la educación superior pública, y a su divisa, la UNAM, como un obstáculo colosal para consolidar aquél. A ello no es ajeno el fenómeno del imperialismo estadunidense.
ffponte@gmail.com
www.faustofernandezponte.com
Glosario:
Gordillista: referente a Elba Esther Gordillo, presidenta vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y fundadora del Partido Nueva Alianza, con nueve diputados federales.
Lecturas recomendadas:
El saqueo de México, de Jorge Francisco Moncada y Mario Alberto di Constanzo. Grijalbo.
Reflexiones sobre las causas de la libertad y la opresión, de Simona Weil. Paidós.
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