domingo, octubre 18, 2009

Sindicatos buenos y sindicatos malos

Laura Bolaños

¿Por qué cayó La Quina, si se mantuvo tantos años como el predilecto de los gobiernos priístas? Al frente de la principal industria nacional, era un pilar del sistema. Nadie ignoraba la inmensa corrupción, el autoritarismo, las arbitrariedades, venta de plazas, abusos con los contratos que le concesionaba el gobierno. PEMEX era un verdadero feudo bajo el poder omnímodo del sindicato. El exceso de plazas se comía una buena parte del presupuesto, ya que no sólo los líderes y sus cuates metían a quien les daba la gana, además de los numerosos aviadores, sino que allá iban a dar cantidades ilimitadas de recomendados oficiales.

Sueldos elevados y magníficas prestaciones cargaban sobre la paraestatal, además de ser caja chica del gobierno y tapahoyos fiscales. No hay espacio para hablar de todas las canalladas que corroían a la empresa petrolera... perfectamente conocidas y consentidas por los gobiernos del PRI, uno tras otro. Joaquín Hernández Galicia, La Quina, era un virrey todopoderoso, aliado y parte del sistema. Pero tenía un defecto que con el tiempo y los cambios de rumbo oficiales se presentó como obstáculo grave que urgía eliminar: era nacionalista. Cuando PEMEX estuvo en la mira del neoliberalismo, La Quina, se convirtió en un estorbo. Salinas de Gortari lo tumbó ocupando la plaza con el Ejército.
Los sucesores en el sindicato de la petrolera son igual de corruptos, atrabiliarios, autoritarios y etc. que el defenestrado, pero son serviles colaboradores del gobierno. ¿Acaso dijeron una palabra cuando se jugaba el destino de PEMEX con la continuación descarada de la privatización? Fue por lo menos curioso que durante todo el tiempo que duraron las discusiones, el sindicato no dijera una sola palabra.
Romero Deschamps, el actual dirigente del sindicato petrolero, no es menos corrupto que La Quina, y han quedado bien documentadas y archiconocidas algunas de sus incontables pillerías; no obstante se lleva de pellizco y nalgada con los presidentes. No hay ni que aclarar porqué.
La miss Elba Esther no tiene nada qué pedirles a los más corruptos de los líderes oficialistas. Al deshacerse de aquel famoso “líder moral” del sindicato de maestros, Jonguitud Barrios -que fue quien la impulsó-, Salinas de Gortari la impuso descaradamente como secretaria general, y resultó no igualita de corrupta y arbitraria que su maestro, sino que lo supera con creces. Y es la consentida de Felipe Calderón.
Si uno se pregunta la causa del golpe y disolución de Luz y Fuerza del Centro, puestas las premisas, sacar la conclusión es fácil. El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), último sindicato independiente fuerte que quedaba, era un estorbo para la privatización de la electricidad, que ya comenzó con las concesiones para explotar la red de fibra óptica, lo nuevo en este terreno. Fernando Canales Clariond y Ernesto Martens, dos ex secretarios de Energía con Vicente Fox, están entre los favorecidos. La empresa WL Comunicaciones ya hasta obtuvo “descuentos anticipados de las tarifas de uso de la red”, y todavía no empieza a operar. No es necesario usar la palabra privatización, simplemente se niega, pero se hace.
Todas las acusaciones de corrupción, ineficacia, privilegios excesivos, etc., que se están haciendo al SME, y más, pueden hacerse a los sindicatos de PEMEX, SNTE, IMSS, etc., pero están absueltos desde antes de cometer los pecados y pueden cometerlos impunemente mientras mantengan su papel de corifeos del gobierno. Los que tengan la osadía de oponérsele ya pueden ir echando sus barbas en remojo.

¿Y yo por qué?
Más o menos fue la primera reacción de Obama cuando le telefonearon avisándole que la Academia Sueca le había otorgado el Nobel de la Paz. Los afganos preguntan lo mismo, pues el flamante presidente de los EU premiado con ese galardón, ha declarado que enviará mayor número de tropas a su desgraciado país.
Espérense tantito, dicen los ingenuos de siempre. Con eso lo van a comprometer. El señor está más comprometido con las grandes empresas estadunidenses para las que la guerra es el negocio óptimo. Este premio les da armas a sus enemigos internos que juegan a aterrorizar al pueblo de los EU diciendo que el Nobel de la paz se lo dan a los pacifistas que son todos izquierdistas. Sí, se lo han dado a tipos tan izquierdistas y pacifistas como Kissinger y a intervencionistas como Teodoro Roosevelt y Woodrow Wilson, pero una gran parte de los estadunidenses que no son ni siquiera derechistas son en extremo manipulables, más o menos como la gente de aquí que se tragó lo del “peligro para México”. Y esto presiona al presidente Obama para que obre en sentido contrario a lo que pueda presentarlo como afín a corrientes de izquierda o que lo parezcan. No es de dudarse que el mandatario estadunidense tenga buenas intenciones pero el Nobel se otorga a una obra -aunque a veces sea obra como la de los arriba mencionados-, no a intenciones. Hay palabras más fuertes que “lambiscones” para definir la actitud de los muy respetables miembros de la Academia Sueca otorgadora de la distinción.
El que dijo la mejor frase respecto al galardón fue el cineasta estadunidense Michael Moore: Felicidades por el premio. Ahora, gáneselo.

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