lunes, noviembre 09, 2009

Todos al paro cívico nacional jusnto con el SME


La agresión del gobierno contra el SME (Sindicato Mexicano de Electricistas) es una agresión no solamente contra los trabajadores electricistas y sus familias, sino contra el conjunto de la clase trabajadora y en general contra el pueblo de México.


¿Qué está atrás de esta agresión contra el SME?

La liquidación de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro y en consecuencia, el despido de más de 40 mil trabajadores, responde a los intereses privatizadores y pro-empresariales del gobierno espurio de Felipe Calderón. La supuesta justificación para liquidar a la Compañía de Luz es falsa y solamente pretende confundir y ocultar los verdaderos intereses a que responde.

Argumentan que se trata de una Compañía que no ofrece rendimientos, sino solamente pérdidas y que tiene que ser ampliamente subsidiada. Pretenden hacer creer que esa situación es responsabilidad de los trabajadores sindicalizados cuando es resultado de la política del gobierno que, como siempre que quiere privatizar una empresa social, no le invierte y la deja caer para con el tiempo presentarla como un fracaso y que es mejor privatizarla. Aunque el gobierno no le invierte para modernizarla y mantenerla, obviamente no es un fracaso sino un gran negocio y por eso hay interés de la burguesía en privatizarla. Como se ha demostrado insistentemente, la fibra óptica que es otra capacidad instalada en la Compañía, es un filón de riqueza muy importante que quiere ser aprovechado en un interés privado, así como han utilizado a la Compañía para subsidiar con la energía eléctrica a ciertas empresas, oficinas gubernamentales, hoteles y otros negocios particulares, al mismo tiempo que se suben las tarifas del consumo doméstico. Ese subsidio por la vía de no cobrar a esas compañías por el servicio de luz, es lo que sí le representa a la Compañía cuantiosas pérdidas.

También dicen que los trabajadores sindicalizados tienen grandes privilegios y que el peso de los jubilados es muy grande para los recursos de la Compañía. Se ha demostrado ya que el salario promedio de los trabajadores es de 6 mil pesos mensuales y que en todo caso, lo que representa un privilegio son los altos salarios de los funcionarios de la Compañía. En realidad, este discurso es parte del discurso del gobierno contra los trabajadores y los sindicatos, que quisiera ya no simplemente subordinarlos como lo han hecho aquellos sindicatos con direcciones charras, sino de preferencia destruir a los sindicatos. Por tratarse de un sindicato con una larga tradición de lucha y combatividad, en realidad lo que el gobierno considera privilegios no son otra cosa que derechos propios de los trabajadores que han conseguido por medio de su sindicato y su lucha.

Derechos históricos, incluso el de la jubilación que es un ejemplo de la solidaridad entre los trabajadores y la solidaridad entre generaciones de los trabajadores; quienes han trabajado durante años tienen derecho a una jubilación y no una pensión simplemente para morirse de inmediato. Pero esta ofensiva patronal contra derechos históricos de los trabajadores no es solamente contra los trabajadores del SME, sino en general contra los trabajadores como lo han mostrado otras contrarreformas como la del ISSSTE en su momento. Destruir al SME es para ellos importante para hacer a un lado un ejemplo de lucha para el resto de los trabajadores y sindicatos ya que el SME demuestra que se pueden conseguir el respeto a derechos y a prestaciones reconocidas en un contrato colectivo. Las conquistas del SME no son privilegios, sino un derecho, básicamente reflejado en su contrato colectivo, con el cual deberían contar todos los trabajadores.

En general la diferencia con este gobierno espurio y patronal no es simplemente si la empresa es rentable o no, sino la concepción que hay detrás de lo que debe ser la Compañía de Luz, así como otras industrias y recursos nacionales. Mientras ellos lo ven con la lógica burguesa de un negocio que por lo tanto se rige por las ganancias, por la rentabilidad de la empresa, nosotros lo vemos como un servicio social, como una empresa al servicio de la nación, con un sentido social y no lucrativo. Por eso es que no puede privatizarse porque de hacerse se rige como un negocio en el que sus dueños buscan, por sobre todas las cosas, ganancias. La generación y distribución de la emergía eléctrica, como también la explotación del petróleo, no pueden medirse como negocios particulares, sino como servicios sociales y por lo mismo empresas que en primer lugar respetan los derechos de sus propios trabajadores. Esta diferencia de óptica, en realidad de intereses, es lo que también le da realidad a la consigna del SME: “o ellos o nosotros”. Ellos defienden intereses particulares, privados, para empresas privadas nacionales o extranjeras, finalmente de la burguesía, y nosotros defendemos los derechos de los trabajadores y en general del pueblo trabajador de México, en la defensa del interés nacional.

¡O ellos o nosotros!

Por estas razones es que la lucha del SME no debe ser vista como la lucha de un cierto gremio, sino una lucha que defiende el interés de todos los trabajadores y del pueblo de México. La ofensiva del gobierno es, sin embargo, brutal. No va contra algunas de las conquistas salariales o contractuales de los electricistas, sino a la liquidación total de la fuente de trabajo y la destrucción del sindicato y representaría un grave precedente en la imposición de su política privatizadora, antiobrera y de subordinación a los intereses de las compañía extranjeras. Si el año pasado lo intentaron con la privatización petrolera que encontró la resistencia del Movimiento en Defensa del Petróleo encabezado por AMLO o al mismo tiempo mantienen la ofensiva contra el sindicato minero en huelga por 2 años en Cananea, Sombrerete y Taxco, ahora elevan el nivel de ataque al tratar de destruir al SME. ¡No podemos permitirlo! Sería el golpe más grave contra el movimiento obrero y popular.

Como el gobierno de Calderón es fraudulento desde su origen, no le preocupa mucho respetar la legalidad para imponer sus designios. En ese terreno el SME da también la lucha para echar abajo el decreto presidencial que pretende liquidar a la Compañía de Luz y Fuerza del Centro. Pero la ofensiva es a fondo pues pretende destruir al SME, cabeza del sindicalismo combativo de México, por lo que representaría un golpe histórico a todo el movimiento. Es mucho lo que está en juego y por eso, nuevamente, tiene razón el SME “¡o ellos o nosotros!” La disyuntiva plantea nuevamente la lucha iniciada en el 2006 contra un gobierno instalado fraudulentamente. Un gobierno que no dudó en violar la voluntad popular con tal de mantener y profundizar la política neoliberal y privatizadora. Su compromiso con esa minoría mafiosa y patronal es tal que pasa nuevamente sobre leyes y derechos de la gente aun cuando en julio, nuevamente en el terreno electoral, el rechazo a la política panista se expresó ahí pero su debilidad política y de legitimidad, la oculta con medidas de fuerza y el apoyo militar y policiaco. Hace unas semanas, ellos mismos hablaban del “riesgo de un estallido social”, seguramente detectando el nivel des descontento, insatisfacción, frustración, enojo y sufrimiento del pueblo mexicano resultado de la política económica y social que han impuesto. Pero en vez de conjurar el “riesgo de estallido social” cambiando esa política, lo que están haciendo es fortalecer la lógica de un estado policiaco, aumentando su capacidad represiva, militarizando el país y criminalizando la protesta social. En alianza PAN y PRI han aprobado reformas legales que quitan derechos o los restringen, como ocurrió con la llamada “reforma judicial” (o las reformas por “el derecho a la vida desde la concepción” contra el derecho de las mujeres, que están haciendo aprobar en los Congresos locales y que ya ha llevado a mujeres a la cárcel), han ratificado como Procurador General a Chávez Chávez y su negro historial en el caso del feminicidio en Chihuahua, han asegurado la continuidad de Soberanes en la CNDH con Raúl Plascencia para tener una CNDH a modo que ve “gastritis mal atendida” donde hay homicidio de una mujer indígena y anciana, violada y asesinada por militares, acusando a presos políticos con cargos comunes como “secuestro” para justificar sentencias monstruosas de más de 100 años de cárcel como a Ignacio del Valle y los otros presos de Atenco y que ahora quieren aplicar también a los que se oponen a las altas tarifas de la luz en Campeche encarcelando a compañeros como Sara López, Joaquín Aguilar y Guadalupe Borjas, acusados también de “privación ilegal de la libertad” de funcionarios de la CFE a los que les exigían solución a sus demandas.

Unidad en la lucha

En ese escenario de lucha es urgente la solidaridad más amplia con el SME. Es necesario derrotar la ofensiva del gobierno contra el SME. Derrotar el decreto presidencial de liquidación de la Compañía de Luz y el respeto al SME. Efectivamente la gravedad de la situación requeriría una respuesta como la de una huelga general, tal y como se ha planteado en las dos asambleas nacionales convocadas por el SME. La huelga general, táctica de lucha no realizada por la clase trabajadora en México en décadas, no puede decidirse espontáneamente ni por fuera de los sindicatos. No se trata simplemente de emplazar para demostrar consecuencia en la lucha, sino realmente dar una respuesta contundente a la agresión del gobierno contra los trabajadores y los sindicatos. Es necesario convencer a los sindicatos y trabajadores de la gravedad de la situación y la necesidad de una respuesta unificada de esta envergadura. Por eso es correcta la actitud mostrada en las asambleas nacionales convocadas por el SME de generar la más amplia unidad pero seguir los ritmos que va articulando el propio SME como cabeza de esta lucha. El SME ha hecho llamados a la unidad muy amplia, incluso al EZLN y a “la otra campaña”, algunos de cuyos integrantes ya empezaron a pronunciarse. También puede dirigir este llamado de unidad a los demás sindicatos, incluso agrupados en el Congreso del Trabajo, como lo ha hecho con la UNT. Alrededor del SME se está agrupando sobre todo un amplio frente de lucha de los movimientos y organizaciones sociales. Pero el conflicto implica también una definición política. AMLO ha dicho que el movimiento que dirige se coloca tras la lucha del SME, pero también se requieren más iniciativas y compromisos de los partidos de la izquierda institucionalizada, incluso en el terreno parlamentario como se busca al señalar la inconstitucionalidad del decreto presidencial. La izquierda socialista y extraparlamentaria -no solamente el PRT sino muchas organizaciones más- con mayor tradición de acción y unidad en torno a las iniciativas del SME se ha hecho presente de inmediato y conscientes de la gravedad de la situación la mayoría de los agrupamientos han dejado su obsesión por tácticas de emplazamiento y pretensiones de desbordamiento por la izquierda y de “profesores rojos” para actuar con responsabilidad, modestia y compromiso con la lucha, ritmos y acciones de los trabajadores en movimiento.

La tarea inmediata, es el paro cívico nacional en la vía hacia la huelga general, tal y como fue acordado en la Segunda Asamblea Nacional. La unidad más amplia del movimiento sindical, popular, campesino, estudiantil, la unidad de organizaciones sociales y políticas, de las mujeres, de los pueblos indios, que hasta ahora se han expresado en apoyo al SME pueden manifestarse este 11 de noviembre en múltiples formas de protesta. En los centros de trabajo o de estudio puede tomar la forma de suspensión de labores, aunque sea organizada por faltas colectivas o ausencia durante ciertas horas, si no hay todavía las condiciones sindicales para mayores acciones. Pero fuera de los centros de trabajo y de estudio también es posible realizar protestas simultáneas en mítines y bloqueos de calles, caminos o carreteras, ejerciéndolo como acciones civiles de protesta, pacíficas. Existe una campaña mediática que quiere acusar a los trabajadores del SME que hacen acciones de sabotaje para, nuevamente, criminalizar la protesta. No debemos dar pretextos a esta maniobra organizando bien las protestas este miércoles durante todo el día en el mayor número de lugares y ciudades que se pueda.

Es el momento de la mayor unidad en torno al SME y también el momento de la lucha. No permitir el golpe al SME.

¡O ellos o nosotros!

México, D. F. 7 de noviembre de 2009.


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