Año 8, número 3194
Jueves 10, diciembre del año 2009
Ahora resulta que por andar metiéndonos en lo que no nos importa; o mejor dicho, por andarse metiendo en lo que no le importa, o sea, por culpa de Felipe Calderón y su aberrante y fallida administración, que encima de todo no quiere reconocer que la ha regado de todas, todas.
A nosotros ya nos ven mal internacionalmente, no solo por las vaciladas que les ha ido a contar don Felipe, en las que por supuesto, pocos creen.
Como cuando fue a decir que el mundo debería seguir el ejemplo de México para evitar la crisis económica; y resulta que somos precisamente el País más afectado del mundo. O como cuando fue a hablar de la “pandemia” de la que se sentía el salvador.
Primero todo el apoyo para el depuesto Presidente Zelaya Rosado de Honduras; de tal suerte que la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, fue hasta la hermana República a ¡exigir! la restitución del depuesto.
Pero en cuanto se dieron cuenta de que los EEUU estaban atrás del asunto, lo que podía ver hasta un niño de primaria, nuestros gobernantes dieron marcha atrás y finalmente se reconocerá a Porfirio Lobo como legítimo Presidente.
Con la animadversión de algunos otros hermanos de América Latina, entre ellos de Brazil, que fue donde se refugió don José Manuel Zelaya; y que ahora, en una maniobra que parece de revancha por no haber respaldado el desconocimiento del nuevo Presidente, existe la posibilidad de que nos envíen al depuesto a nuestro suelo.
Cabiendo preguntar ¿Qué necesidad teníamos de meternos en tantos líos y buscarnos enemistades gratuitas, cuando don Felipe y su secretaria “Patito” se podrían haber quedado callados?
Con razón Sócrates decía que “Jamás me he arrepentido de mí silencio, más bien de mis palabras”. Ahora a ver en qué acaba todo esto, pues en los tiempos que vivimos cualquier cosa puede pasar. Solo que no podrá ser bueno lo que se derive de enemistarse con quienes nos unen grandes lazos.
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