jueves, diciembre 10, 2009

Calderón colo a Carstens en el B de M

Calderón ofrece estrecha coordinación con el banco con pleno respeto a su autonomía
Carstens, propuesto para el BdeM por sus innumerable logros
El Presidente nombra titular de Hacienda a Ernesto Cordero; Heriberto Félix va a la Sedeso
Los nuevos secretarios son panistas, con un bajo perfil en los cargos que han ocupado.

Llegada de Felipe Calderón al salón Manuel Ávila Camacho, de Los Pinos, para dar a conocer los cambios en su gabinete. Lo siguen Ernesto Cordero y Agustín CarstensFoto Marco Peláez

Claudia Herrera Beltrán

El presidente Felipe Calderón propuso a Agustín Carstens como gobernador del Banco de México (BdeM) con la promesa de respetar la autonomía de la institución, punto polémico, dada la cercanía entre ambos. También nombró secretarios de Hacienda a Ernesto Cordero y de Desarrollo Social a Heriberto Félix Guerra, ambos con escasas credenciales para esos cargos, aunque pertenecen al estrecho círculo que rodea al mandatario.
Con amplia trayectoria en el sector financiero, Carstens es postulado ante el Senado en una etapa difícil, debido a las críticas que suscitó la forma en que enfrentó la crisis económica, mientras Cordero y Félix comparten un bajo perfil en los cargos que han ocupado y su militancia en el Partido Acción Nacional.
Luego de las diferencias públicas que tuvo con Guillermo Ortiz, gobernador saliente del BdeM, por el manejo de las tasas de interés y las previsiones económicas, Calderón fue insistente en señalar ayer que de ser aprobada la postulación de Carstens, su gobierno trabajará en estrecha coordinación con el banco sin menoscabo de su plena autonomía.
Como se barajaba desde hace días, el michoacano formalizó ayer los cambios número 10 y 11 en su gabinete legal, convencido –según sus propias palabras– de que el ex secretario de Hacienda es la mejor candidatura para gobernar el banco central de 2010 a 2016.
Al defender las designaciones de Cordero en Hacienda y de Carstens, aseguró que permitirán armonizar de mejor forma la relación entre el gobierno federal y el banco central para alcanzar un doble propósito: contar con bajas tasas de inflación, preservar el poder adquisitivo e impulsar cambios que permitan acelerar el crecimiento económico.
De hecho, en el mensaje convocado por Los Pinos de última hora, aseguró que si los senadores aceptan la candidatura de Carstens, éste será un asesor cercano y permanente de las decisiones más importantes del gobierno federal.
Rodeado de sus colaboradores, en el salón Manuel Ávila Camacho de la residencia presidencial, Calderón aseguró que Carstens conoce como pocos el BdeM, y señaló que uno de sus innumerables logros como secretario de Hacienda fue haber manejado de manera responsable las finanzas públicas, lo que –según el mandatario– permitió sortear la más grave crisis económica que se ha visto en el mundo.
También incluyó un mensaje de despedida a Guillermo Ortiz, a quien hizo un sincero reconocimiento por su atinada gestión y porque en 12 años su trabajo fue fundamental para llevar la inflación de las alturas de dos dígitos que tenía a finales de los 90 a sus niveles actuales.
En sintonía con el discurso presidencial, Carstens prometió impulsar la estabilidad del poder adquisitivo y explotar de manera mucho más efectiva la oportunidad de coordinación entre el Banco de México y el gobierno federal, tal como prevé la ley.
Encarga reforma económica a Cordero
A Cordero, el jefe del Ejecutivo encomendó conseguir una verdadera reforma económica de fondo para el país y cambios profundos de las finanzas públicas para acelerar el crecimiento y generar empleos.
Le encargó también que, sin demérito de la autonomía del BdeM, mantenga una relación de colaboración y coordinación con éste para preservar la estabilidad del peso y la solidez del sistema financiamiento.
Para justificar el nombramiento de su amigo desde que ambos estudiaban en el ITAM, resaltó que tiene gran formación académica y experiencia profesional que le permitirán atender con solvencia sus nuevas funciones.
De su gestión en la Sedeso, Calderón fue elogioso, en especial por el fortalecimiento de Oportunidades, la creación del Programa de Apoyo Alimentario y el impulso a programas sociales como el de Estancias Infantiles y Piso Firme.
Cordero prometió cumplir la instrucción presidencial para consolidar la reactivación económica mediante un manejo de las finanzas públicas prudente, responsable y disciplinado.
Se declaró halagado de volver a Hacienda –fue subsecretario de Egresos durante un año– y planteó que su objetivo ahora como titular será alinear las acciones de los entes financieros tanto públicos como privados para retomar el crecimiento económico que deseamos.
La instrucción para Heriberto Félix, panista y aliado del mandatario federal desde la campaña presidencial, fue trabajar sin descanso en el combate a la pobreza pese a la crisis económica.
Aunque destacó que el entrante titular de Sedeso se ha desempeñado sobre todo en el ámbito empresarial, aseguró que su sensibilidad social apoyando a las pequeñas y medianas empresas le brindan las credenciales necesarias para asumir la responsabilidad de combatir la pobreza.
El sinaloense Heriberto Félix Guerra, quien se desempeñaba como subsecretario de la Pequeña y Mediana Industria en Economía, ofreció transformar a México en un país sin pobreza, más justo, con igualdad de oportunidades y un mayor número de emprendedores.
México SA
*Todo queda en familia
*Prevalecerá la ineficiencia de los cuates
Lento, pero seguro, al ahora inquilino de Los Pinos le llevó 11 años cobrar la factura. Finalmente se le hizo: mandar a paseo a Guillermo Ortiz, aunque ello implique trasladar de Hacienda al Banco de México la probada ineficiencia del doctor catarrito”, Agustín Carstens, el aplicado “soldado del señor presidente” que, si el Senado lo ratifica en el cargo, a partir de ya se encargará de la “autonomía” del banco central. Y para redondear el numerito, Felipe Calderón decidió mover al electorero Ernesto Cordero, con sus 6 millones de pobres adicionales durante su estancia en Sedesol (y lo que acumule en 2009), a la Secretaría de Hacienda, y encargar el asistencialismo oficial (que ellos llaman “política social”) a un empresario sinaloense –senador panista con licencia– que hasta ayer se dedicaba –versión oficial– a promover pequeñas y medianas empresas en la Secretaría de Economía, junto al eficiente Gerardo Ruiz Mateos.
Todo queda en familia, en el círculo íntimo y con perspectiva para 2012, con el único mensaje claro: la fracasada política económica no se moverá un milímetro, se mantendrá la ineficiencia de los cuates, y de paso se perfila la sucesión, aunque quede claro que es verdaderamente misérrima la caballada del calderonismo, cuando su jamelgo es el itamita Ernesto Cordero, uno de los responsables del vertiginoso crecimiento de la pobreza en México, cuya única “virtud” es ser amigo del amigo, a quien debe todo tipo de huesos: el puesto en Banobras (director de Administración Integral de Riesgos), en la Secretaría de Energía (subsecretario de Planeación Energética y Desarrollo Tecnológico), en la campaña electoral (coordinador de Políticas Públicas), y ahora en lo que llaman gobierno (subsecretario de Egresos en Hacienda y Crédito Público, titular de la Sedesol). Todos los cargos y “virtudes” de la mano de Felipe Calderón (la misma historia de Juan Camilo Mouriño).
A este amigo íntimo le ha encargado la diezmada Secretaría de Hacienda, mientras públicamente presume “estar convencido de presentar al Senado la mejor candidatura” para gobernar el Banco de México, es decir, la de Agustín Carstens, el fallido doctor “catarrito”, hasta ayer titular de la SHCP, quien deja su voluminoso cuan indeleble sello: devaluación, subejercicio presupuestal, vertiginoso endeudamiento interno y externo, raquitismo fiscal, quiebra de las finanzas públicas y desplome de entre 7 y 8 por ciento del producto interno bruto en 2009, entre tantos otros elementos, virtudes que no parecen sustentar la referida presunción calderonista.
Así es. Si el Senado de la República le hace el favor a Calderón, aunque sea en contra de los intereses nacionales, el doctor “catarrito” despachará en la oficina que por 11 años ocupó Guillermo Ortiz, desde la cual fortalecerá la tesis autonómica del banco central y su independencia de Los Pinos, según ha dejado en claro el propio Carstens: “yo estoy para ayudarle al señor presidente, y si quiere que me vaya al Banco de México lo haré”.
El hasta ayer titular de la Secretaría de Hacienda tiene una virtud: conoce muy bien el funcionamiento del Banco de México. Tanto, que, por ejemplo, fue pieza importante en uno de los incontables asaltos a la nación perpetrados por la familia financiera del sector público: como director de Investigación Económica (1994-1998) de esa institución colaboró decididamente en el armado y operación del “rescate” bancario, vía Fobaproa, con los dos gobernadores del banco central (Miguel Mancera Aguayo y Guillermo Ortiz, éste primero como secretario de Hacienda de Zedillo) que a los mexicanos sólo les costó –les cuesta– 20 por ciento del PIB (sin considerar la extranjerización del sistema de pagos).
Se supone que el citado atraco provocó el arrebato público de Felipe Calderón de exigir (1998) la decapitación de Guillermo Ortiz como gobernador del Banco de México, aunque lo cierto es que en privado no sólo avaló el uso de dineros públicos para fines privados, sino que, como presidente panista, instruyó a su bancada en San Lázaro para que votara favorablemente por la “legalización” de la voluminosa deuda producto del referido “rescate”. De hecho (Foro Económico Mundial, Davos, Suiza, febrero de 2009), el doctor “catarrito” reivindicó el Fobaproa, al destacar que en el “rescate” bancario “se hizo lo mejor que se pudo”. Y lo celebró mientras Felipe Calderón compartía el pan y la sal con Ernesto Zedillo –“ahora te comprendo mejor”, le dijo tiernamente al ex mandatario– y proponía un Fobaproa mundial “para salvar la crisis”. También por esas fechas el actual inquilino de Los Pinos presumía a su “muy buen equipo económico, probablemente uno de los mejores del mundo”.
Eso sí, los amigos reacomodados por el amigo no pararon en compromisos. Agustín Carstens dijo que si el Senado lo palomea retomará (¿?) “la senda del crecimiento económico acelerado, multiplicar los empleos y abatir la pobreza”, algo que se supone tenía que haber hecho desde la Secretaría de Hacienda, independientemente de que ninguno de esos elementos se cuenta dentro de las funciones del Banco de México. Algo similar pronunció Ernesto Cordero, especialmente lo relativo a la pobreza, algo que le correspondía como titular de Desarrollo Social, pero su paso por esa dependencia (cifras oficiales) le costó al país 6 millones de pobres adicionales.
Por si fuera poco el tino, a Felipe Calderón se le ocurrió designar titular de la Secretaría de Desarrollo Social a Heriberto Félix Guerra, ex integrante del Consejo Sinaloense de Hombres de Negocios, fallido candidato panista a gobernador de Sinaloa en 2004, senador blanquiazul con licencia y hasta ayer subsecretario para la Pequeña y Mediana Empresa de la Secretaría de Economía. Es de suponer que su padrino es el siempre atinado cuan efectivo Gerardo Ruiz Mateos, otro amigo del amigo.
Como siempre, surge una duda cuando se dan este tipo de movimientos de piezas. A la hora de los discursos, el funcionario removido (Carstens, en este caso) resulta el mejor de todos, el más valioso y exitoso del equipo, el de mayores logros, el que promovió avances históricos, etcétera, etcétera, lo que de ser cierto invitaría a no moverlo de la posición de la que precisamente se le desplaza. Si el doctor “catarrito” tuviera todas las virtudes, las “capacidades inmejorables”, resumidas por Calderón en su perorata matinal de ayer, ¿para qué cambiar la pieza, la joya del gabinetazo? ¿A quién se le ocurre?
Las rebanadas del pastel
¿Qué no fue el propio inquilino de Los Pinos quien planteó la alternativa de “seguir en la inercia” o “impulsar cambios de fondo para transformar el país”? Pues bien, con los nombramientos de ayer optó por la primera.
cfvmexico_sa@hotmail.commexicosa@infinitum.com.mx

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