Por: Francisco Rodríguez
TRES AÑOS DE una Administración que se refocila en triunfalistas declaraciones y que carece de acciones. Muchas fanfarrias para musicalizar las fanfarronadas. Sólo eso.
Puede el señor Felipe Calderón “festejar” tres años de su ocupación de Los Pinos con desayunos faraónicos y matinés fílmicas de documentales huecos, pero no puede ocultar su propia frustración ni la de quienes patrocinaron su ocupación de Los Pinos. El soundtrack de las trompetas triunfalistas no acalla el clamor del creciente resentimiento social. Y los aplausos grabados no acallan a quienes presagian el inminente estallido ni ensordecen a quienes desde afuera toman nota de lo que aquí acontece.
Festeja y corre. En permanente fuga geográfica, el michoacano vuelve a salir del país. Asiste ya a otra reunión –ahora en Portugal-- en la que sólo es convidado de piedra. No habla. No lo toman en cuenta. Ya tampoco en el escenario mundial México cuenta.
En todas partes hay constancia de que los últimos tres años han sido de una gestión federal en todos los órdenes fallida que, sin rumbo y sin destino, está embarcada en el pragmatismo más ramplón, tiene como meta el corto plazo y su ámbito es el del perenne conflicto.
Que la nave se hunda, sólo emociona al impávido ocupante de Los Pinos. El puente de mando está cerrado desde adentro. Al timonel sólo le acompañan cuatro petimetres, de acuerdo a la visión del propietario del grupo editorial, Reforma, que más importa ahí en Los Pinos: “… reducido e influyente grupo de asesores (que) no ha demostrado ser uno que aporte soluciones, sino todo lo contrario, crea más problemas.
“Una de las lamentaciones más frecuentes que se escuchan en relación al Presidente en diversos círculos políticos y empresariales (incluso entre quienes lo apoyan) es que ‘no escucha a nadie’.
“Los oídos presidenciales están acaparados por estos cuatro funcionarios: Patricia Flores, de 41 años, egresada de la UDEM (como Licenciada en Comunicaciones), quien es la Coordinadora de Asesores; Javier Lozano, Secretario del Trabajo, ex priista, ex ipeco, profesional del futbol dedicado a la política; Gerardo Ruiz Mateos, inepto Secretario de Economía, resentido social, inexperto y enemigo de la industria, señalado con índice de fuego por tirios y troyanos como alguien conflictivo que estorba en lugar de impulsar el desarrollo; y finalmente quizás el único centrado e inteligente de sus asesores, Max Cortázar, bueno, pero abrumado por la chamba y con poca experiencia.”
Calderón echó a un lado a las organizaciones sociales con las que nunca estableció diálogo, y sus únicos interlocutores, los empresarios, hoy no quieren ni tomarle la llamada. Los políticos de otras formaciones políticas, ya tampoco son invitados a cuando menos tomar café con el ocupante de Los Pinos.
A mitad del camino, pues, y Calderón se encuentra a oscuras, cual conejo “lampareado”. Sus reacciones, empero, son las de una hiena acorralada.
Tiempo de recordar lo aquí señalado por el doctor José Antonio Lara Peinado:
“Su personalidad atraviesa por un momento muy delicado. Hemos de recordar varias cosas para comprender la crisis en la que se encuentra: 1) Ante el fantasma del fraude, simbólicamente se disfraza de militar con un traje que le queda grande; 2) Viste a sus hijos de militares; 3) Inicia una guerra contra el narco que ha costado miles de vidas; 4) Enfrenta una de las peores derrotas del PAN, de las cuales se tenga memoria; 5) Hay crisis en todos los ámbitos económicos y sociales en el país. Un sujeto que accede al poder y encuentra que mucha gente no le reconoce ese poder, entra en estados alterados de personalidad.
La idea simbólica de vestirse de militar y comportarse como lo que no es, solamente habla de lo que carece, pero que en el fondo quisiera. Cuando el disfraz no alcanza, cuando los rituales militares no le bastan a un sujeto para calmar la angustia surgida por una realidad que lo rebasa, comienzan entonces comportamientos de odio, enojo y enfrentamiento directo.
Los últimos discursos del señor Calderón lo sitúan en un momento de odio y de revancha… Sus palabras se convierten… en una amenaza real para millones de mexicanos. Estamos justo en un momento de quiebre en la personalidad de un sujeto que puede provocar que de la amenaza verbal pase a la agresión física contra quien le muestre su falta… La fuerza del Estado volcada hacia el pueblo, tal cual ha amenazado Calderón, llevaría a ahondar la crisis de gobernabilidad…”
Y a eso súmele que recién ha dicho en entrevista de televisión que no quiere ser un Presidente del montón.
¿Qué trama Calderón? ¿Qué otra venganza, estilo SME, está planeando?
Índice Flamígero: “Síndrome Juanito: Trastorno que se presenta continuamente en el político mexicano, derivado del contacto excesivo con los medios y de infancias disfuncionales. El síndrome Juanito, se acrecienta al tener contacto con el poder y el dinero, provoca ideas delirantes y trastornos en el lenguaje, distorsión de la realidad y disociación de la personalidad.” Definición, claro, del doctor Lara Peinado.
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Fuente: Indice Político
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