LA PAZ, Bolivia, 3 de diciembre (REUTERS) - El líder indígena Evo Morales tiene casi todo a su favor para ganar el domingo la reelección como presidente de Bolivia, incluso con posibilidad de hacerse con un control legislativo imprescindible para profundizar la revolución social que inició hace cuatro años.
Centenares de visitas de Morales a ciudades, pueblos y comunidades indígenas, en los cuatro últimos meses, eclipsaron al tímido proselitismo de los candidatos opositores Manfred Reyes Villa y Samuel Doria Medina, quienes centraron sus discursos en la denuncia del riesgo de un “totalitarismo”. Casi todos los sondeos de intención de voto pronostican una fácil reelección de Evo, quien parece recoger los frutos de sus importantes nacionalizaciones en los sectores petrolero, minero y de telecomunicaciones, así como de los esfuerzos estatales por apoyar a las personas de menores recursos con bonos para escolares, ancianos y madres de familia. “Hace 20 años nos dijeron que Bolivia se nos muere y con ese pretexto nos sometieron al neoliberalismo. Ahora demostramos que Bolivia no sólo no se muere sino que es viable”, proclamó Evo el jueves en un encuentro con clubes de madres en la ciudad sureña de Tarija, uno de sus últimos actos de campaña. Morales afirmó que espera ganar dos tercios del Congreso, incluido el Senado que estuvo controlado por la oposición en los cuatro años pasados, para aprobar rápidamente un centenar de leyes de aplicación de la Constitución “plurinacional” y socialista estrenada a principios de año. “El triunfo de Morales está asegurado. Hemos tenido una campaña muy desigual y esto no se debe sólo a la utilización de recursos sino también a una gran disparidad en la capacidad de discurso”, opinó Guido Riveros, director de la Fundación para la Democracia Multipartidaria. Apuntó que Morales, quien según las encuestas sacaría una ventaja de al menos 30 puntos al segundo, era favorito porque “representa un impulso histórico que ha merecido la simpatía de amplios sectores de ciudadanía y no ha encontrado una oposición que por su parte comience a tener sentido histórico”. El presidente boliviano sostuvo el miércoles ante decenas de miles de seguidores en la oriental Santa Cruz que “esta revolución ya no es de Evo y su partido, sino de todo el pueblo, cada vez más de los jóvenes y las mujeres”.
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