Por Esto
“El hombre poco claro no puede hacerse ilusiones: o se engaña a sí mismo, o trata de engañar a otros”.- Stendhal
La administración del autodenominado “presidente del empleo”, Felipe Calderón, es desastrosa en esa materia. Datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revelan que durante el último trimestre de 2009, la tasa de desempleo en México fue de 5.3 por ciento –el registro más alto desde el 2005— de la Población Económicamente Activa (PEA), equivalente a 2.5 millones de personas, es decir, un porcentaje superior al 4.3 por ciento presentado en el mismo periodo de 2008. En el tercer trimestre de 2009 la tasa de desempleo se ubicó en 6.2 por ciento. A pesar de esto, los “optimistas” del gabinete celebran que durante enero se hayan creado 35 mil empleos, una cifra ridícula para las necesidades del país.
Otro adverso dato –oficial por supuesto—, dado a conocer este viernes por el INEGI, señala que en el sector informal de la economía trabajan ya 12.6 millones de personas, es decir casi una tercera parte —28.3 por ciento del total— de la población ocupada que es de 44.5 millones, cifra que seguramente aumentará dado el aval que le dio la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) al IETU, y la implementación desde el primer día de este año de una negativa reforma fiscal aprobada por el Congreso de la Unión, que ahora, como “gato manco”, no sabe cómo tapar sus errores.
El pésimo manejo de la economía del país y la implementación de modificaciones fiscales que lo único que buscan es allegarle recursos económicos a la actual administración federal, empujó a un millón 280 mil trabajadores a dejar el sector formal de la economía y refugiarse en el sector informal. Además, la subocupación, es decir aquellos trabajadores con un empleo menor a sus necesidades, también mostró un crecimiento pues en el periodo de referencia se incorporaron 816 mil personas, para totalizar en 3.9 millones de trabajadores en esas condiciones.
Los más altos niveles de desempleo se registraron en Chihuahua, 8.5 por ciento; Querétaro con el 7.9 por ciento; Coahuila, 7.5 %; Durango, 7.2 por ciento; Aguascalientes, 6.9 %; El Estado de México y Nuevo León, con 6.8 % cada uno, mientras que los estados que mostraron las tasas de desocupación más baja fueron Guerrero con 2.0 por ciento; Oaxaca con 2.1%; Chiapas, 2.7 %; Veracruz y Yucatán con 3.2 por ciento cada uno. La tasa de desempleo es mayor en las localidades grandes donde está más organizado el mercado de trabajo, por lo que en las zonas más urbanizadas con 100 mil y más habitantes la tasa llegó a 6.5 por ciento, mientras que, en las que tienen 15 mil a menos de 100 mil habitantes, fue de 4.2 por ciento. En las de dos mil 500 a menos de 15 mil se ubicó en 4.1 por ciento; y en las rurales, con menos de dos mil 500 habitantes, se estableció en 3.1 por ciento.
A pesar de que el INEGI reporta que en el último trimestre de 2009 se registraron 44.5 millones de personas que se encontraban ocupadas –del total de la Población Económicamente Activa (PEA) que es de 47.1 millones— lo que refleja un ligero incremento de 1.3 millones respecto al mismo periodo del año pasado, aclara que este incremento es consecuencia del crecimiento demográfico. Así que, ¿cuál optimismo?
Para hacerse notar el titular del Trabajo, Javier Lozano, a su llegada a Quintana Roo hizo declaraciones al respecto, en las cuales buscó sorprender a los ciudadanos para hacer quedar bien, según él, al PAN sin importar que le daba un gran golpe a quien se autodenominó “presidente del empleo”.
Quedó demostrado que, además de todos los abusos cometidos contra la clase trabajadora durante los últimos meses y sus declaraciones tronantes en varios renglones en los que ni siquiera debería intervenir, y sin que aún se aclare su relación con el mexicano de origen chino, Zheli Ye Gon, y menos aún que sepamos a dónde fueron a parar los más de 200 millones de dólares que encontraron en su casa y que anduvieron de un lado a otro al son del “uca, uca, el que se los encuentra se los emboruca”, el señor Lozano desconoce las cifras y las aplicaciones correctas que sobre éstas hace el INEGI.
A don Javier, al igual que muchos de los integrantes del gabinete central de Calderón, lo acompaña la ignorancia en su plenitud. Dijo que Quintana Roo ocupaba el lugar número 26 en creación de empleos. ¿De dónde habrá sacado semejante barbaridad este hombre que usa lentes de fondo de botella? Porque resulta que, según el INEGI, ese lugar lo ocupa el Estado peninsular pero en subocupación, porque en lo que corresponde a ocupación y empleo está en el primer lugar a nivel nacional tomando como referencia el total de su población económicamente activa. El porcentaje es del 66.5 por ciento. La tasa de desocupación apenas si alcanza el 6.5 por ciento, lo que coloca a Quintana Roo en el lugar número 26 de ese renglón.
Felipe Calderón, realmente, no necesita enemigos, está rodeado de ellos y, lo que es peor, no ha de saber para dónde voltear cuando se mira al espejo. ¿O no?
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