12 febrero 2010
1. Si Calderón se reunió con quien debía en Ciudad Juárez muy probablemente tenga, ahora sí, una versión acabada de por qué a lo largo de al menos los últimos 25 años, la vida en Juárez ha sido una especie de pesadilla. No hay indicios de que esto hubiera sucedido. Sería inútil y una insensibilidad que la Presidencia haya hecho una visita de “pechito”. Si no hubo un trabajo previo y si no estuvieron con el Presidente las organizaciones sociales que a lo largo de estos años han defendido, con su vida y la de los suyos, la dignidad de Juárez, poco o nada servirá la gira. Si bien es una visita para proponer, debió haber sido antes que nada para escuchar.
El gobierno ha sido errático y desaseado con Juárez. No viene de hoy, viene de gobiernos anteriores. Decir que la masacre de jóvenes eran una bronca entre bandas fue irresponsable. Si esto hubiera sido cierto, recordemos que desde un inicio había indicios de que estábamos ante una masacre, soltar esa declaración fue un golpe más para referirse a un asunto en el que estaban de por medio padres, amigos, instituciones educativas y hasta un equipo de futbol americano. La visita del no panista Gómez Mont del lunes no ayudó. Habló de “puntualizaciones” sobre lo que había dicho y además, según los propios padres de familia, no los dejaron hablar. Era y es necesaria una disculpa por lo que vive la ciudad y por la imprudente interpretación, pero sobre todo no perdamos de vista que el futuro del país se juega en Juárez.
2. Calderón volvió a su fórmula del todo o nada. Así fue su candidatura en el PAN, su cuestionado triunfo del 2006, y su interpretación de las elecciones del año pasado. Nada de lo que haya hecho Gómez Mont pudo haber sido a espaldas de Calderón, más bien lo hizo con su aval. Nava desarrolló el guión que le escribieron. No podemos verlo de otra forma, recordemos que antes de tomar posesión como presidente del PAN, Nava fue a Los Pinos a entregar el partido como lo hacían los priístas. Será difícil que Gómez Mont se mantenga en Gobernación. Su decisión está en vías de llevarlo a perder interlocución con los partidos. En el PAN, mientras están los que están, no habrá posibilidad de diálogo. El PRD de las alianzas optará por Nava, su amigo de ocasión. En el PRI reconocerán que mantuvo su palabra hasta el final, pero también saben que ya no tendrán un interlocutor de peso ante Los Pinos. Calderón echó a andar una estrategia sin medir la reacción de un panista de toda la vida, independientemente de que fuera previsible la reacción de Nava. Fue de nuevo por el todo o nada. Calderón se ha abierto otro frente en el cual están el PRI y grupos panistas hartos de que los hagan a un lado, y que de Martínez pasaran a Nava para que todo siga igual o peor.
¡OUUUCHCH! Ante la pregunta directa hizo un silencio. El senador panista sabe como pocos cómo se vive en Juárez. No dudó: “Como muchos asuntos del país, en mi tierra también ya se perdió el control”.
El gobierno ha sido errático y desaseado con Juárez. No viene de hoy, viene de gobiernos anteriores. Decir que la masacre de jóvenes eran una bronca entre bandas fue irresponsable. Si esto hubiera sido cierto, recordemos que desde un inicio había indicios de que estábamos ante una masacre, soltar esa declaración fue un golpe más para referirse a un asunto en el que estaban de por medio padres, amigos, instituciones educativas y hasta un equipo de futbol americano. La visita del no panista Gómez Mont del lunes no ayudó. Habló de “puntualizaciones” sobre lo que había dicho y además, según los propios padres de familia, no los dejaron hablar. Era y es necesaria una disculpa por lo que vive la ciudad y por la imprudente interpretación, pero sobre todo no perdamos de vista que el futuro del país se juega en Juárez.
2. Calderón volvió a su fórmula del todo o nada. Así fue su candidatura en el PAN, su cuestionado triunfo del 2006, y su interpretación de las elecciones del año pasado. Nada de lo que haya hecho Gómez Mont pudo haber sido a espaldas de Calderón, más bien lo hizo con su aval. Nava desarrolló el guión que le escribieron. No podemos verlo de otra forma, recordemos que antes de tomar posesión como presidente del PAN, Nava fue a Los Pinos a entregar el partido como lo hacían los priístas. Será difícil que Gómez Mont se mantenga en Gobernación. Su decisión está en vías de llevarlo a perder interlocución con los partidos. En el PAN, mientras están los que están, no habrá posibilidad de diálogo. El PRD de las alianzas optará por Nava, su amigo de ocasión. En el PRI reconocerán que mantuvo su palabra hasta el final, pero también saben que ya no tendrán un interlocutor de peso ante Los Pinos. Calderón echó a andar una estrategia sin medir la reacción de un panista de toda la vida, independientemente de que fuera previsible la reacción de Nava. Fue de nuevo por el todo o nada. Calderón se ha abierto otro frente en el cual están el PRI y grupos panistas hartos de que los hagan a un lado, y que de Martínez pasaran a Nava para que todo siga igual o peor.
¡OUUUCHCH! Ante la pregunta directa hizo un silencio. El senador panista sabe como pocos cómo se vive en Juárez. No dudó: “Como muchos asuntos del país, en mi tierra también ya se perdió el control”.
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