14 mayo 2010
La señora Clinton mandó el mensaje: no es “efectiva” la lucha contra el narcotráfico en México y Centroamérica. No se atrevió o no quiso hacerlo hace algunas semanas, cuando estuvo en nuestro país con todo el gabinete de seguridad de Barack Obama. Hoy lo dice cuando el gobierno de EU ha presentado un interesante plan para enfrentar al narcotráfico en EU. Han optado fundamentalmente por la prevención. Suponen que si logran reducir en 40% la distribución de la droga podrían también reducir en 15% el consumo.
El proyecto incluye la creación de centros de atención. El objetivo es trabajar directamente tanto con los potenciales consumidores como con los consumidores mismos. La escuelas van a jugar un papel fundamental. Han optado por la prevención en tanto que en México estamos en la “guerra”. Van sobre los grandes capos de la distribución. Las calles podrían ser testigos de enfrentamientos porque van a ver el asunto en directo. En muchos casos tendrán que ir casa por casa, comercio por comercio y quizá también empresa por empresa.
A estas alturas ya no hay manera de que la “guerra” de Felipe Calderón se termine de tajo. No hay forma de regresar en este momento al Ejército a los cuarteles, y más cuando todo está tan disperso y caótico. La declaración de Hillary Clinton es un claro mensaje: el gobierno de Obama no está de acuerdo con la “guerra” de Calderón. Están diciendo lo que muchos han dicho desde adentro. El Presidente está en un laberinto. El Ejército mexicano está cada vez más expuesto, el número de muertos aumenta de manera dramática, ya alcanza a la población civil, se habla de 25 mil. No imaginamos al final del sexenio que alguien le levante la mano al Presidente para declararlo ganador. Ni la “guerra” ni la política le van bien a Calderón. Si nos atenemos a las encuestas, en una de esas el PRI va a ganar en los próximos meses de todas, todas, empezando por Yucatán el domingo y si esto sucede no vemos cómo le va a hacer para gobernar.
Existe la percepción, palabra favorita del sexenio, de que el Presidente no escucha. Lo que dijo Clinton ha sido repetido en innumerables ocasiones en el país y ni quien lo atienda. Calderón en la necedad un gran enemigo. Creer que invariablemente se está en lo correcto y que la crítica tiene tintes malévolos es absurdo y primitivo.
Urge darle un giro a la “guerra”. El Presidente debe exigir a Estados Unidos que frene el paso de armas a nuestro país no sólo por lo que significa para nosotros, sino también por lo que puede significar para EU. En estos días en que los funcionarios se la han pasado diciendo que la ley SB1070 es un asunto interno de EU, bajo el tono de no hacerlos enojar, habría que recordar y recordarles que lo que hagan nos afecta y que lo que hagamos nosotros, aunque sea en menor medida, también. La Clinton nos mandó un claro mensaje con tintes de regaño en medio de la necedad de la “guerra”.
¡OUUUCHCHCH! Para que no la detuvieran se vistió de trabajadora doméstica y se subió a una caribe. Salió por la puerta de atrás de la casa de gobierno. Llegó directo al aeropuerto de Cancún, todo estaba arreglado. Tomó el avión con su hijo, directo a Frankfurt. Estuvo esperando en esta ciudad 24 horas hasta que la recogieron. La llevaron desde Alemania hasta España. Su marido lleva cuatro días en Nueva York.
El proyecto incluye la creación de centros de atención. El objetivo es trabajar directamente tanto con los potenciales consumidores como con los consumidores mismos. La escuelas van a jugar un papel fundamental. Han optado por la prevención en tanto que en México estamos en la “guerra”. Van sobre los grandes capos de la distribución. Las calles podrían ser testigos de enfrentamientos porque van a ver el asunto en directo. En muchos casos tendrán que ir casa por casa, comercio por comercio y quizá también empresa por empresa.
A estas alturas ya no hay manera de que la “guerra” de Felipe Calderón se termine de tajo. No hay forma de regresar en este momento al Ejército a los cuarteles, y más cuando todo está tan disperso y caótico. La declaración de Hillary Clinton es un claro mensaje: el gobierno de Obama no está de acuerdo con la “guerra” de Calderón. Están diciendo lo que muchos han dicho desde adentro. El Presidente está en un laberinto. El Ejército mexicano está cada vez más expuesto, el número de muertos aumenta de manera dramática, ya alcanza a la población civil, se habla de 25 mil. No imaginamos al final del sexenio que alguien le levante la mano al Presidente para declararlo ganador. Ni la “guerra” ni la política le van bien a Calderón. Si nos atenemos a las encuestas, en una de esas el PRI va a ganar en los próximos meses de todas, todas, empezando por Yucatán el domingo y si esto sucede no vemos cómo le va a hacer para gobernar.
Existe la percepción, palabra favorita del sexenio, de que el Presidente no escucha. Lo que dijo Clinton ha sido repetido en innumerables ocasiones en el país y ni quien lo atienda. Calderón en la necedad un gran enemigo. Creer que invariablemente se está en lo correcto y que la crítica tiene tintes malévolos es absurdo y primitivo.
Urge darle un giro a la “guerra”. El Presidente debe exigir a Estados Unidos que frene el paso de armas a nuestro país no sólo por lo que significa para nosotros, sino también por lo que puede significar para EU. En estos días en que los funcionarios se la han pasado diciendo que la ley SB1070 es un asunto interno de EU, bajo el tono de no hacerlos enojar, habría que recordar y recordarles que lo que hagan nos afecta y que lo que hagamos nosotros, aunque sea en menor medida, también. La Clinton nos mandó un claro mensaje con tintes de regaño en medio de la necedad de la “guerra”.
¡OUUUCHCHCH! Para que no la detuvieran se vistió de trabajadora doméstica y se subió a una caribe. Salió por la puerta de atrás de la casa de gobierno. Llegó directo al aeropuerto de Cancún, todo estaba arreglado. Tomó el avión con su hijo, directo a Frankfurt. Estuvo esperando en esta ciudad 24 horas hasta que la recogieron. La llevaron desde Alemania hasta España. Su marido lleva cuatro días en Nueva York.
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