Barómetro Internacional
Desde Brasil
Bruno Peron Loureiro
La política exterior del gobierno Lula es una de las áreas de mayor inflexión en comparación con quienes lo precedieran. Afortunadamente su orientación ha sido de aproximación a las regiones a las que no se daba merecida atención, como América Latina, el Caribe, África y el Asia Meridional.
Este posicionamiento de Lula y su equipo de relaciones internacionales ha develado que el mundo posee mucho más que unas pocas estrellas, que, como los Estados Unidos, Japón y los países de Europa occidental quieren controlar la cultura, la economía y la seguridad internacionales.
Lamentablemente, una parte considerable de los dirigentes brasileros dedica dinero público a servir los intereses de las políticas económicas y culturales de los países centrales, como los Estados Unidos o Francia, mientras la contrapartida es pequeña o inexistente.
Mientras tanto el 26 de abril de 2010 se realizó la primera Cumbre Brasil-Comunidad del Caribe (CARICOM) en Brasilia. Participaron también representantes de países continentales, pero considerados caribeños y miembros del bloque, como Belice, Guyana y Suriname.
La Comunidad del Caribe es un organismo de integración que surgió en 1958, se formalizó jurídicamente por medio de un tratado en 1982 y hoy comprende 14 países. Brasil es miembro observador desde 2006.
Lula se merece una ovación cada vez que da un paso hacia la cooptación de países simpatizantes con el proyecto de un nuevo sistema financiero mundial, la defensa de la soberanía de América Latina y la consolidación de la democracia en el continente americano (felizmente no de los estadounidenses, que arrogantemente se llaman a sí mismos “americanos”).
A pesar de las críticas que ha recibido, sus propósitos están orientados hacia los más pobres y desasistidos, al mismo tiempo que iza una bandera en nombre de una lucha mundial. Es un esfuerzo tardío, pero que promete un efecto duradero.
Mientras Brasil padece de una colección de políticos genuflexos –y que sustentan la oscura convicción de que hacen lo mejor para la nación- a los dictámenes de los países centrales, Lula demuestra que es posible seguir un camino alternativo y más digno.
El Caribe –algunos lo llaman Las Antillas- cubre países que fueron colonizados por España, Francia, Holanda, Inglaterra y los Estados Unidos. Su riqueza y su diversidad cultural son inmensas.
Lula convocó a los países caribeños a construir un “nuevo orden latinoamericano y mundial” y durante la Cumbre garantizó que seguiría actuando políticamente a pesar de su cese en funciones a fin de este año. El mandatario demostró el interés de Brasil de ingresar al Banco de Desarrollo del Caribe y adelantó la firma de 47 acuerdos entre el MERCOSUR y el CARICOM. Anexas a las conquistas políticas acostumbran a acompañarlas las pautas económicas. El comercio entre Brasil y el CARICOM en 2009 fue de U$ 5,2 millardos, pero 4,2 de ellos fueron exportaciones brasileras.
La Cumbre fue un evento importante en el camino de la construcción de un nuevo orden mundial menos concentrador y más responsable frente a la naturaleza. Entre los asuntos abordados allí se propuso un reforzamiento de la ayuda a Haití, el apoyo de Brasil en la lucha contra el SIDA en el Caribe y la discusión sobre los cambios climáticos.
La reunión de abril dejó el compromiso de los asistentes de realizar otra en 2012 y propuso un mecanismo de consultas políticas regulares entre Brasil, el país observador y el CARICOM.
Es grande el esfuerzo por trascender el discurso de la integración latinoamericana a favor de caminos pragmáticos y de mutuo compromiso, aunque siempre las iniciativas tengan cuño económico. Por lo menos la intención es buena y la mira deja de centrarse en los antiguos amos de América Latina.
Las críticas y posturas de este tenor emergen jadeantes y luego reconocen sus límites. Necesitamos más videntes de la hermandad y más personas que rechacen las promesas infundadas de los que sólo quieren llevarse nuestras riquezas sin ofrecer nada a cambio.
Para este objetivo es necesario estrechar el diálogo con nuestros semejantes y formar lazos de solidaridad que trasciendan las fronteras del país y de la región.
http://www.brunoperon.com.br
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