03 junio 2010
El pastor “Greg” Sánchez, de pie en una tribuna, respira mientras a su lado la bella esposa —con una mano al cielo y otra a la tierra— secunda su oración por Cancún. Cientos de feligreses-seguidores visten de blanco y escuchan a su místico líder. El alcalde explica que Cristo está en su corazón y habla a través suyo. Que todo es designio de Dios y que la mano del Señor está en todas las acciones de los políticos de México. “Greg” alza la bandera diciendo “levanto este bendito lábaro patrio como moisés elevó su vara ante el mar rojo”. A su lado el pastor Pablo Montero pidió “bendigamos a Ulises Ruiz, a Mario Marín.” Amén gritaban las huestes mientras le aclamaban para ser gobernador. Días después al lado de la estatua de Benito Juárez en un mítin saludó con los brazos al cielo. “¿Cómo está el pueblo del Señor?”
“A la basura hay que ponerla en su lugar”, respondió luego de que su policía municipal hiciera violentas redadas contra prostitutas para “limpiar” Cancún. Cuando especialistas de la UNAM argumentaron el daño al sistema lagunar por una obra propuesta por la alcaldía, Sánchez dijo: “Nunca seré rehén de los científicos”. A los ecologistas que protegían las zonas verdes les llamó anarquistas. Unos días después el alcalde aseguró que la prensa enemiga sería fustigada por la mano de Dios. La radio pública de Cancún se convirtió en espacio evangelizador. El DIF municipal cayó en desuso y en su lugar la fundación del alcalde da servicios médicos (sin duda reales) a cambio de la credencial de elector y de escuchar un discurso de fe y política. En su informe llamó “mi padre político” a Nasim Joaquín, patriarca del PRI quintanarroense y familiar suyo. Las puertas del ayuntamiento quedaron cerradas a las organizaciones civiles a quienes llamó grupos revoltosos. Se rehúsa a defender los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y los donadores más importantes de su precampaña son los políticos priístas Romárico y Orlando Arrollo junto a Fernando García Zalvidea y José Chapur. Su gobierno ha aprobado tantos permisos para giros negros como en los peores tiempos del PRI. Este es el candidato de la izquierda para la gubernatura de Quintana Roo.
Cuando Manlio Fabio visitó a Félix González para acordar destruir a “Greg”, está documentado. En efecto hay evidencias de los delitos de Sánchez, pero por desgracia también las hay de que la PGR fue ayudada por el PRI para hacer un expediente típicamente mexicano, inconsistente y forzado. Al PRI le urgía asegurarse de que jamás llegue otro partido a la gubernatura. Este manotazo político le arrebató a la sociedad la posibilidad de una investigación seria y clara que demostrara la realidad. Con este teatro perdimos otra vez todas y todos. Cancún es pueblo sin ley, Quintana Roo reino del PRI. Si “Greg” sale libre no será por su probada inocencia, sino por la evidente corrupción de sus enemigos políticos. Gane quien gane Quintana Roo, pierde toda la sociedad, las mafias lo han tomado igual que a Chihuahua.
“A la basura hay que ponerla en su lugar”, respondió luego de que su policía municipal hiciera violentas redadas contra prostitutas para “limpiar” Cancún. Cuando especialistas de la UNAM argumentaron el daño al sistema lagunar por una obra propuesta por la alcaldía, Sánchez dijo: “Nunca seré rehén de los científicos”. A los ecologistas que protegían las zonas verdes les llamó anarquistas. Unos días después el alcalde aseguró que la prensa enemiga sería fustigada por la mano de Dios. La radio pública de Cancún se convirtió en espacio evangelizador. El DIF municipal cayó en desuso y en su lugar la fundación del alcalde da servicios médicos (sin duda reales) a cambio de la credencial de elector y de escuchar un discurso de fe y política. En su informe llamó “mi padre político” a Nasim Joaquín, patriarca del PRI quintanarroense y familiar suyo. Las puertas del ayuntamiento quedaron cerradas a las organizaciones civiles a quienes llamó grupos revoltosos. Se rehúsa a defender los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y los donadores más importantes de su precampaña son los políticos priístas Romárico y Orlando Arrollo junto a Fernando García Zalvidea y José Chapur. Su gobierno ha aprobado tantos permisos para giros negros como en los peores tiempos del PRI. Este es el candidato de la izquierda para la gubernatura de Quintana Roo.
Cuando Manlio Fabio visitó a Félix González para acordar destruir a “Greg”, está documentado. En efecto hay evidencias de los delitos de Sánchez, pero por desgracia también las hay de que la PGR fue ayudada por el PRI para hacer un expediente típicamente mexicano, inconsistente y forzado. Al PRI le urgía asegurarse de que jamás llegue otro partido a la gubernatura. Este manotazo político le arrebató a la sociedad la posibilidad de una investigación seria y clara que demostrara la realidad. Con este teatro perdimos otra vez todas y todos. Cancún es pueblo sin ley, Quintana Roo reino del PRI. Si “Greg” sale libre no será por su probada inocencia, sino por la evidente corrupción de sus enemigos políticos. Gane quien gane Quintana Roo, pierde toda la sociedad, las mafias lo han tomado igual que a Chihuahua.
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