Por Javier Solórzano
24 septiembre 2010
1. Después de la cruda por el “Desfile de las Rosas”, el mega “Siempre en Domingo”, reflexiones, análisis, películas, series de tv, críticas, más lo que falta, tomando en cuenta que viene el Centenario, debería de llegar el tiempo de pensar más en el futuro y echar al archivo de la memoria colectiva el pasado. Resulta más fácil recordar, fustigar o enfrentarse por los llamados “héroes de la patria”, que pensar en lo mucho que hay que hacer. Pensar en futuro significa ponernos de acuerdo, y es evidente que está más que difícil llegar a acuerdos sobre lo que debemos hacer.
No es sólo pensar cómo vamos diseñando lo que viene, es ante todo la actitud. Hay muchos asuntos que no se pueden resolver en lo inmediato, la clave está en cómo se abordan, cómo se piensan, y sobre todo, en cómo se establecen ante la sociedad. No es sólo pensar el país del futuro a 20 o 30 años, por ejemplo; es la actitud bajo la cual hoy se enfrentan los abrumadores problemas. Termina por destruir más que por construir bajo premisas falsas, como suponer que quien gobierna es poseedor de la verdad. La democracia les importa en la medida en que les beneficia, los puntos de vista opuestos son menospreciados o señalados como una reacción, más que imaginarlos como parte de análisis, razonamientos o de una oposición genuina. Los que piensan diferente terminan por ser menospreciados. La llamada “verdad”, en lugar de ser discutida, pasa a ser un acto de autoridad.
2. Hechos recientes confirman el pensamiento aldeano y carente de autocrítica bajo el que se abordan los problemas. Bajo el inmediatismo en que se ha estancado el gobierno de Calderón, la respuesta fácil y ligera provoca enconos, como de nuevo vino a pasar en Ciudad Juárez. Al igual que se acusó a los jóvenes de Salvárcar de haberse matado entre ellos por un lío de pandillas, ahora el funcionario, del que todos dicen que es muy listo pero que por lo que se vio quizá no sea tanto, Alejandro Poiré, en lugar de construir escenarios, lo único que terminó haciendo es confirmar la falta de visión de Estado.
En lugar de sumar, restan, y hasta ponen cara de enojo. En vez de investigar lo que pasó con el fotógrafo de El Diario, para construir escenarios en un asunto de suyo grave, materialmente se abalanzan para hacer a un lado su responsabilidad como gobierno. Ni siquiera se dan cuenta que cuando dicen que Luis Camilo Santiago fue asesinado por “causas personales”, se le está victimizando hasta en dos ocasiones. La primera está dada por la muerte, la segunda es la interpretación y el dejo de dudas que queda entre familiares y amigos del significado de eso que llaman “causas personales”.
Las evidencias sobre el fracaso del gobierno en Juárez no son una buena noticia y están a la vista. El Presidente no regresa porque, como bien dice Gustavo de la Rosa, “no es bienvenido”. En lugar de buscar salidas, cierran la puerta con doble llave. En lugar de hablar con los directivos de El Diario, se suben al púlpito e interpretan versiones, las sueltan y siembran dudas. Restan no suman. Han dejado a un lado la sensatez y su sentido constructivo. Creen que son presente y futuro y no se han dado cuenta de que por la forma en que ven la vida en Ciudad Juárez, tiene un pie fuera.
¡OOOOUUCHCHCH! No fue sólo Néstor, él asume su responsabilidad como lo ha hecho siempre. ¿Y los dueños apá? ¿Quién juzga a los juzgadores?
www.javiersolorzano.com
No es sólo pensar cómo vamos diseñando lo que viene, es ante todo la actitud. Hay muchos asuntos que no se pueden resolver en lo inmediato, la clave está en cómo se abordan, cómo se piensan, y sobre todo, en cómo se establecen ante la sociedad. No es sólo pensar el país del futuro a 20 o 30 años, por ejemplo; es la actitud bajo la cual hoy se enfrentan los abrumadores problemas. Termina por destruir más que por construir bajo premisas falsas, como suponer que quien gobierna es poseedor de la verdad. La democracia les importa en la medida en que les beneficia, los puntos de vista opuestos son menospreciados o señalados como una reacción, más que imaginarlos como parte de análisis, razonamientos o de una oposición genuina. Los que piensan diferente terminan por ser menospreciados. La llamada “verdad”, en lugar de ser discutida, pasa a ser un acto de autoridad.
2. Hechos recientes confirman el pensamiento aldeano y carente de autocrítica bajo el que se abordan los problemas. Bajo el inmediatismo en que se ha estancado el gobierno de Calderón, la respuesta fácil y ligera provoca enconos, como de nuevo vino a pasar en Ciudad Juárez. Al igual que se acusó a los jóvenes de Salvárcar de haberse matado entre ellos por un lío de pandillas, ahora el funcionario, del que todos dicen que es muy listo pero que por lo que se vio quizá no sea tanto, Alejandro Poiré, en lugar de construir escenarios, lo único que terminó haciendo es confirmar la falta de visión de Estado.
En lugar de sumar, restan, y hasta ponen cara de enojo. En vez de investigar lo que pasó con el fotógrafo de El Diario, para construir escenarios en un asunto de suyo grave, materialmente se abalanzan para hacer a un lado su responsabilidad como gobierno. Ni siquiera se dan cuenta que cuando dicen que Luis Camilo Santiago fue asesinado por “causas personales”, se le está victimizando hasta en dos ocasiones. La primera está dada por la muerte, la segunda es la interpretación y el dejo de dudas que queda entre familiares y amigos del significado de eso que llaman “causas personales”.
Las evidencias sobre el fracaso del gobierno en Juárez no son una buena noticia y están a la vista. El Presidente no regresa porque, como bien dice Gustavo de la Rosa, “no es bienvenido”. En lugar de buscar salidas, cierran la puerta con doble llave. En lugar de hablar con los directivos de El Diario, se suben al púlpito e interpretan versiones, las sueltan y siembran dudas. Restan no suman. Han dejado a un lado la sensatez y su sentido constructivo. Creen que son presente y futuro y no se han dado cuenta de que por la forma en que ven la vida en Ciudad Juárez, tiene un pie fuera.
¡OOOOUUCHCHCH! No fue sólo Néstor, él asume su responsabilidad como lo ha hecho siempre. ¿Y los dueños apá? ¿Quién juzga a los juzgadores?
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