Por Javier Solórzano
01 octubre 2010
Meses antes del michoacanazo, el gobernador Godoy no entendía de qué se trataba. No descartaba que él pudiera ser uno de los arraigados y luego encarcelados. Incluso le dijo al entonces secretario de Gobernación que sabía que se preparaba un operativo en el estado. Le pidió que si tenían elementos lo hicieran pronto, para no contaminar la vida en el estado y la elección intermedia. Los granadazos del 15 de septiembre y la creciente presencia de La familia michoacana, obligaban a actuar rápido. No había tiempo de incertidumbre ni especulación.
El secretario le dijo que perdiera cuidado. El Presidente ya no recibió a Godoy y todo se trataba con Gómez Mont. El día del michoacanazo, el Ejército y la Policía entraron sin que el gobernador supiera. No le dieron aviso porque, aunque lo nieguen, lo traían en la mira. Quizá haya sido porque a su medio hermano lo tenían en la lista o porque era un golpe político.
Con el tiempo y por los resultados, la única forma de entender el michoacanazo es como parte de una estrategia política fallida. Si el golpe hubiera sido contra el cártel predominante en la zona, La familia michoacana, la lógica indica que estaría diezmado. 35 funcionarios detenidos ligados a la singular familia supondría, en el más conservador de los casos, que este cártel ya estaría diezmado. Hasta donde se sabe la familia michoacana sigue en lo general fuerte. Hace meses estuvimos en la zona caliente, —Apatzingán, Nueva Italia, Arreaga, La Huacana—, y no encontramos indicio de que el peso e influencia de este grupo haya sido controlado o disminuido.
La PGR ha dirigido sus baterías ahora a los jueces. Se ha insistido en que ninguno de los hoy absueltos está limpio. Arremeter contra los jueces parece tarea fácil cuando quizá no han podido construir las acusaciones con base a hechos, y no sólo a partir de testimonios de los convenencieros “testigos protegidos”. El mundo que rodea al MP y a los jueces puede llegar a ser de terror. La cuestión es si puede dar una maquinación tan acabada para liberar a 34 presuntos culpables, el 35 está por salir y el otro ya es diputado. Lo que parecía un golpe espectacular terminó por ser un fracaso y una evidencia, mientras no se demuestre lo contrario, del uso político y discrecional de la justicia. Nada dio resultado, hasta las elecciones perdieron.
¡OOUUCHCHCH!. 1.Métase al Twitter del presidente de la Cofetel. Ahí se enterará de cuándo les darán la ganga a Nextel y Televisa. De paso se puede ver la flojera que le dan las comparecencias. 2. Sorprendente la capacidad de movilización de los cuerpos de seguridad y atención. Sorprendente la mala comunicación ante una situación pronosticada de muy grave. En pleno vuelo se dieron cuenta de que no “era para tanto”. Santa María Tlahuitoltepec, con todo y sus 11 desaparecidos, sólo tuvo 15 minutos de fama.
El secretario le dijo que perdiera cuidado. El Presidente ya no recibió a Godoy y todo se trataba con Gómez Mont. El día del michoacanazo, el Ejército y la Policía entraron sin que el gobernador supiera. No le dieron aviso porque, aunque lo nieguen, lo traían en la mira. Quizá haya sido porque a su medio hermano lo tenían en la lista o porque era un golpe político.
Con el tiempo y por los resultados, la única forma de entender el michoacanazo es como parte de una estrategia política fallida. Si el golpe hubiera sido contra el cártel predominante en la zona, La familia michoacana, la lógica indica que estaría diezmado. 35 funcionarios detenidos ligados a la singular familia supondría, en el más conservador de los casos, que este cártel ya estaría diezmado. Hasta donde se sabe la familia michoacana sigue en lo general fuerte. Hace meses estuvimos en la zona caliente, —Apatzingán, Nueva Italia, Arreaga, La Huacana—, y no encontramos indicio de que el peso e influencia de este grupo haya sido controlado o disminuido.
La PGR ha dirigido sus baterías ahora a los jueces. Se ha insistido en que ninguno de los hoy absueltos está limpio. Arremeter contra los jueces parece tarea fácil cuando quizá no han podido construir las acusaciones con base a hechos, y no sólo a partir de testimonios de los convenencieros “testigos protegidos”. El mundo que rodea al MP y a los jueces puede llegar a ser de terror. La cuestión es si puede dar una maquinación tan acabada para liberar a 34 presuntos culpables, el 35 está por salir y el otro ya es diputado. Lo que parecía un golpe espectacular terminó por ser un fracaso y una evidencia, mientras no se demuestre lo contrario, del uso político y discrecional de la justicia. Nada dio resultado, hasta las elecciones perdieron.
¡OOUUCHCHCH!. 1.Métase al Twitter del presidente de la Cofetel. Ahí se enterará de cuándo les darán la ganga a Nextel y Televisa. De paso se puede ver la flojera que le dan las comparecencias. 2. Sorprendente la capacidad de movilización de los cuerpos de seguridad y atención. Sorprendente la mala comunicación ante una situación pronosticada de muy grave. En pleno vuelo se dieron cuenta de que no “era para tanto”. Santa María Tlahuitoltepec, con todo y sus 11 desaparecidos, sólo tuvo 15 minutos de fama.
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