lunes, mayo 23, 2011

La codicia, espíritu de la época

El Despertar
Me ha impresionado una buena película estadunidense: Dinero sucio (Inside job), documental de Charles Ferguson. Leonardo García Tsao le ha dedicado un buen artículo ("Más pierde el pobre". La Jornada). Me voy a referir a sus aspectos éticos y políticos. La película describe cómo se generó el terremoto financiero de 2008, que provocó destrucción en todo el planeta. Denuncia el fraude que lo originó y por nombres y fechorías a sus autores, que no sólo están impunes, sino que son los "responsables" de dirigir la recuperación de la economía estadunidense.

La codicia es el verdadero espíritu de esta época. En los años 80 y 90, los conservadores estadunidenses restauraron el viejo individualismo con el lema la codicia es buena bajo el nombre de neoliberalismo. Sus frutos: aumentaron las desigualdades en las naciones ricas y abrieron un abismo entre las ricas y las pobres. Arruinaron a varios países muy estables, rompieron los récords de desempleo y por primera vez en la historia una generación de estadunidenses vive peor que la de sus padres. Los beneficiarios han acumulado fortunas de millones de dólares, mansiones inmensas, aviones particulares y yates, además de consumo de drogas y prostitutas finas. Y de seguro una sensación inefable de poder. En un momento de la película los defrau- dadores aceptan que no pueden contenerse, y en otro se demuestra con placas cerebrales que conseguir altas ganancias tiene el mismo efecto que una droga poderosa.

Para poder hacer triunfar al neoliberalismo se debilitó a los estados y se eliminaron las regulaciones. Libre del impulso voraz produjo una corrupción que no sólo abarca al gobierno, sino que se extiende a la academia y a los círculos intelectuales. Los grandes grupos de interés controlan el Congreso y bloquean las leyes que permitirían una rectificación. A pesar de que Barack Obama denunció estas prácticas y a sus agentes, ha terminado sometido a los dictados de la oligarquía. En México, a escala, ha sucedido lo mismo.

Es difícil vencer el escepticismo. No se ve en el panorama cercano un cambio, pero la humanidad guiada por el instinto de conservación tendrá que despertar y reaccionar. La rebelión democrática en el mundo árabe, el movimiento del poeta Javier Sicilia en México y la reciente sublevación juvenil en España son portadores de esperanza. La indignación puede convertirse en un propósito político, en rechazo a la complicidad entre las autoridades y los intereses de la codicia. En los próximos años viviremos la tensión entre la inclinación a obedecer la voracidad y la necesidad de un renacimiento. Todos nosotros estaremos en el escenario.

Interview with Charles Ferguson, the Director of "Inside Job"

http://youtu.be/0ZafoyyqJ7I

Más pierde el pobre

Leonardo García Tsao

Si alguien busca entender el porqué y cómo de la reciente recesión económica, hay un par de documentales estadunidenses que se dan a la tarea de explicar lo sucedido en términos didácticos. Uno, el más populista y facilón, es Capitalism: A Love Story (2009), la más reciente provocación de Michael Moore (aún no exhibida en nuestro país, hasta donde sé); el otro, Dinero sucio, que es como se tituló en México, Inside Job, el premiado documental de Charles Ferguson.

Inside Job es el término utilizado para describir un robo planeado desde adentro; digamos un asalto bancario perpetrado por sus propios ejecutivos. Eso es exactamente lo sucedido con la economía mundial en los recientes 30 años. Cumpliendo el lema de Gordon Gekko en cuanto a que "la avaricia es buena", desde los años 80 se desató una ola de especulaciones, espejismos financieros, inversiones fantasmas y demás fraudes. Ferguson se esmera en explicar en orden cronológico cómo se fue gestando esa epidemia que acabó por arruinar la economía del mundo entero. (La película se inicia poniendo el ejemplo de cómo un país tan pequeño y otrora próspero como Islandia, cayó también en la trampa de la desregulación de los procesos financieros.)

Si Moore se va por el lado de ejemplificar la quiebra con peras y manzanas, Ferguson prefiere los datos concretos. Y qué cantidad de datos. No es necesario poseer un doctorado en economía para entender Dinero sucio, pero ayudaría bastante. A través de un alud de cifras, gráficas, siglas, extractos de noticieros, términos en busca de un glosario y, sobre todo, entrevistas con criminales, testigos y víctimas, el cineasta expone cómo una política de laissez faire, alentada sobre todo por la pasada administración Bush, favoreció el mayor enriquecimiento de los ricos, la depauperación de la clase media y el desempleo de millones de personas, sin que los culpables pagaran las consecuencias. Por lo contrario, hasta salieron bonificados.

Ferguson adopta la misma estructura de su primer trabajo, el sobresaliente documental No End in Sight (2007), dedicado a exponer la incompetencia administrativa y la motivación económica por las cuales la guerra de Irak no tiene, hasta la fecha, para cuándo finalizar. Igualmente, la película se divide en varios capítulos con un título descriptivo y anuncia en varios letreros quiénes de los principales implicados se negaron a ser entrevistados. Hicieron bien. Quienes sí se atrevieron se pusieron en la mira de un incisivo cuestionador, que expone sin miramientos sus contradicciones y mentiras. Buena parte de la rabia del cineasta se reserva para los académicos, los prestigiados profesores de universidades como Columbia y Harvard, que aprovechan su estatus para contratarse como consejeros, dispuestos a ser sobornados por los grandes consorcios para servir sus fines.

Para el versado en estos asuntos Dinero sucio no ofrece revelaciones nuevas salvo, quizás, en el terreno personal. Una curioso aparte del documental entrevista a una madrota de Wall Street y a un sicoanalista para determinar el perfil sicológico del especulador, adicto igualmente a las putas y las drogas. (Es más, se revela en una resonancia magnética cómo las mismas partes del cerebro se excitan igual con el dinero que con la cocaína.)

Ferguson trata de ser un poco optimista al final. Pero sus propios datos lo desmienten. Las promesas de Barack Obama en campaña, en cuanto a que se deslindarían responsabilidades de la crisis, se vieron frustradas en el momento en que le dio puestos en su gabinete económico a varios de los mismos perpetradores. Ferguson no necesita recurrir a la payasada como Moore para convencernos de que alguien debería convertir a esos criminales de cuello blanco en pájaros de cuenta.

Dinero sucio

(Inside Job)

D:Charles Ferguson/ G: Charles Ferguson, Chad Beck, Adam Bolt/ F. en C: Svetlana Cvetko, Kalyanee Mam, / M: Alex Heffes/ Ed: Chad Beck, Adam Bolt/ Narrado por: Matt Damon/ P: Representational Pictures, Screen Pass Pictures. EU, 2010.

lgtsao@hotmail.com - http://twitter.com/@walyder

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