viernes, junio 22, 2012

Reformas quieren profundizar el hundimiento de México

Sigue siendo Estados Unidos un punto negro dentro de la reunión del G-20. El presidente de la Comisión Europea, Manuel Durao Barroso, afirmó una vez más que “no vine a Los Cabos a pedir lecciones de nadie. La crisis que ahora enfrentan los países de la eurozona se originó en América del Norte y buena parte de nuestro sector financiero. Los desafíos no son sólo europeos, son globales”. De ahí que surja la necesidad, dijo, de crear un impuesto a las transacciones financieras globales. Sobra decir que el vecino del Norte quedó más que satisfecho con el resultado de las elecciones en Grecia lo cual se acrecentó cuando la canciller alemana sostuvo que ese país “deberá cumplir con los compromisos pactados antes de las elecciones con sus acreedores internacionales”.
España también se ubicó en el centro de la atención sobre todo cuando el responsable financiero habló de que primero deben salvaguardar los intereses de sus país de futuras crisis. En medio de todo este panorama, el que se la pasó fenómeno fue Felipe Calderón quien de pronto calificó la Cumbre realizada en Los Cabos como todo un éxito ya que se logró, aseguró, enfrentar decisivamente la crisis de la zona euro y otro motivo de orgullo para el michoacano es que el Fondo Monetario Internacional, el organismo que dicta cada que le es conveniente a sus intereses y a los de sus agremiados de primer nivel que hay que apretarse el cinturón, subir impuestos, elevar precios de servicios, realizar reformas de todo tipo, logró la mayor capitalización de su historia y que ésta se encuentra por encima de los 450 mil millones de dólares. Y como no iba a estar contento si se tomó la atribución de subir la aportación de México por sus pistolas y con cargo a las reservas internacionales.
Los miembros de la zona euro se comprometieron a adoptar las medidas necesarias para salvaguardar la integridad y estabilidad de la zona, así como mejorar el funcionamiento de los mercados financieros. En la declaración final de los lideres del G-20, mostraron su satisfacción por la ruta que llevó a España a recapitalizar su sistema bancario con el apoyo del Banco Central Europeo. Los jefes de estado también manifestaron su confianza en que habrá colaboración con el próximo gobierno de Grecia para garantizar que se mantengan en el amino a la reforma y sustentabilidad en la zona euro.
Ahora bien, ¿cuál es el beneficio de esta reunión para México? Ninguno. Aunque si es motivo de un análisis sobre las medidas y reformas que se marcan y se dictan que al final no nos han servido salvo para profundizar el hundimiento. Se presumirá en los próximos días de la firma de un nuevo tratado del TPP que auguran generará inversiones y empleo, los mismo que decía Fox de su Plan Puebla Panamá, o que Salinas argumentó como la salvación con el TLC y ni que decir con las decenas de Tratados que se han signado con igual número de Naciones y que tampoco han rendido ningún fruto. Y eso es perfectamente comprobable porque no existen en el mercado ni nuevas marcas ni nada que nos indique que existió un interés serio por participar en el comercio y el mercado mexicano. Por parte nuestra no hay producción como antaño, por lo tanto la exportación es la que nos lleva a una gran desigualdad en la balanza comercial.
Y para que no queden dudas habrá que remontarnos solamente a una Reforma, a la del Artículo 27 Constitucional realizada también en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari. Es la que se refiere al campo y a la participación directa de la iniciativa privada quedando incluso en manos de ésta lo que era una obligación del Estado: intervenir en obras de infraestructura, financiamientos, priorizar el consumo interno. Con este cambio también dejó el gobierno de otorgar tierras a los grupos campesinos que carecen de ellas. La nueva Ley permitió el acaparamiento de tierras por cualquier persona con capacidad económica para adquirirlas. En fin, las modificaciones fueron muchas y profundas; causaron alarma y el argumento por el cual muchos fueron convencidos era la de volver a producir alimentos, llegar a la autosuficiencia, el número de tierras ociosas era tan alto que ponerlas a trabajar elevaría sustancialmente los productos de exportación y éstos serían de una extensa y gran variedad.
¿Qué pasó?... Nada, absolutamente nada. El campo con todo y su reforma, de la cual el profesor Carlos Hank González por ese tiempo titular de la Secretaría de Agricultura no estaba para nada convencido y sí vaticinó no solo el fracaso sino el retroceso. Nuestro campo no produce ni la mitad de antaño. La peor de las miserias se vive entre ese grupo, es ahí en donde también está el mayor índice de analfabetismo, ya no hay ni siquiera alimentos para el consumo familiar; las apequeñas huertas desaparecieron y es por ello que se da la existencia de grupos en total marginación. Hoy plantean que para que podamos avanzar hay que hacer más reformas y dados los antecedentes que existen no hay esperanzas de que sean para avanzar ya que hasta la fecha y las realizadas en las últimas décadas sólo han servido para encubrir complicidades y acrecentar las fortunas de un mismo grupo.
Porque con todo lo que al respecto se diga con el TPP y sus Tratados y Convenios Comerciales, en esto de la tierra a los únicos ejidatarios que les fue muy bien son a los que contaban con tierras en las zonas turísticas y también es claramente perceptible que a los inversionistas sólo les interesan cuatro renglones en nuestro país: la banca, ya que carece de todo tipo de regulación y les genera utilidades antes de que se abran, incluso, los mercados; el sector energético, es decir petróleo, gas, electricidad, en ese sí que lo quieren todo porque también saben que los grados de corrupción son tan altos que les permitirán la extracción sin los debidos controles, lo que les generará utilidades sin límite.
Los comestibles, y la mejor muestra es la proliferación de Wall Mart y de muchas otras tiendas que acabaron con el comercio en pequeño que era el sustento de miles y miles de familias, además que todas la importaciones que tienen lo mismo de legumbres que de frutas o de carnes o de mariscos o de pescado y por las cantidades que adquieren marcan sin ningún control los precios y ejercen una competencia totalmente desleal, eso sin dejar pasar por alto que también adquieren las cosechas desde la siembra y los precios que ofrecen son tan bajos que la mayoría de los que les venden no cuentan con el dinero suficiente para pagar los seguros y ante cualquier embate de la naturaleza lo pierden todo.
Por supuesto que otro de los renglones al que le apuestan y con muchas ganas es al turístico. Es ahí en donde se han disuelto el mayor número de ejidos y también en donde se han presentado el mayor número de denuncias sobre triquiñuelas y despojos que, amparados en la corrupción institucional  las dejan sin efecto. La falta también de una buena regulación y de normas claras, muy claras, para las operaciones ha permitido que exista una depredación alarmante. En esta rama tampoco hay límite para la obtención de utilidades, igual que en la banca o en las ventas que harán de petróleo, de gas y de la instalación que vendrá de refinerías construidas por la IP que impedirán exportaciones pero cuyos precios de combustible se mantendrán multiplicando las utilidades de quienes las posean.
La reforma laboral solo permitirá que las grandes empresas se deshagan de sus pasivos laborales y de que sus recontrataciones les permitan mayores márgenes de operación y, en esos cuatro renglones de atractivo extranjero y de despojo para los mexicanos, el trabajo de los connacionales se verá marcado por lo ínfimo del salario y la nula presencia de prestaciones. La energética es precisamente para abrir de par en par las puertas a la IP y si es extranjera mucho mejor. En lo referente a la Hacendaría y a la intención de imponer el IVA a alimentos y medicinas nos encontramos con la receta que nos aplican cada vez que cambian para gastar más y generar mayor pobreza, porque para los gigantes que practican la evasión con singular alegría no hay ni un soplo que los despeine.
En fin, la novedad del G-20, crecimiento y empleo. Pero ¿qué tal si vamos empezando primero por nosotros, después por nosotros y al final por nosotros?
Lilia Arellano

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