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| La pobreza irá en aumento los próximos años, más aún si llegaran a concretarse las famosas “reformas estructurales”, particularmente la laboral, que garantizaría una inhumana precarización |
Por: Guillermo Fabela en Opinión EMET
En
su primera gira como presidente electo [por Televisa y demás poderes
fácticos] , Enrique Peña Nieto [aborto de Televisa] afirmó
que el primer gran reto de su [narco] “gobierno” será combatir
eficazmente la
pobreza. En la capital de Durango, puntualizó: “Dejemos a un lado, por
un ratito, por un momento, lo que nos divide y hace diferentes”.
Ciertamente, combatir el flagelo más dramático que padece México es un
imperativo insoslayable, pero no será posible hacerlo ni haciendo a un
lado por “un ratito” lo que nos hace diferentes a los mexicanos,
principalmente la enorme estratificación social que caracteriza al país.
Tal reto será imposible de superar sin afectar intereses de los
poderes fácticos, y eso no lo tiene contemplado el abanderado de la
oligarquía. De hecho fue impuesto en Los Pinos con la finalidad de
mantener intocados los privilegios de las menos de cincuenta familias
dueñas de las principales riquezas del país, lo que implica no olvidar
ni por un momento “lo que nos divide y hace diferentes”: la distribución
de la riqueza. Al contrario, su obligación fundamental al frente del
Ejecutivo será tener muy presente tal realidad para fortalecerla y
asegurar su permanencia tal como está.
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