martes, septiembre 25, 2012

Ocultaron al consejo de administración de Pemex contrato de buques-hotel

Más de 4 mil afiliados al Sindicato Independiente de Trabajadores de Nissan cerraron por tres horas la autopista México Cuernavaca para mostrar su rechazo a la reforma laboral que presentó el Ejecutivo federal y que se discute en la Cámara de Diputados.
De nuevo nos enteramos por el periódico, afirman dos integrantes
Ni siquiera el Comité de Estrategia e Inversiones tuvo conocimiento
La operación se firmó sin haber llamado a una licitación pública internacional
El gobierno ha llevado a la extinción a la industria naval, afirma Canacintra

Por segunda vez, Pemex invierte en España sin informar a su consejo
  • Ni siquiera el Comité de Estrategias e Inversiones fue consultado, dicen integrantes del órgano
  • Funcionarios de la paraestatal ya encontraron el caminito; parece otro repsolazo: Canacintra
Al igual que en la operación con la petrolera española Repsol, el director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), Juan José Suárez Coppel, no informó al consejo de administración de la paraestatal sobre el contrato para la construcción de dos buques hotel en astilleros de Galicia, en España, acuerdo que involucra recursos públicos por alrededor de 380 millones de dólares.
Dos integrantes del consejo de administración de Pemex confirmaron a La Jornada que ni siquiera el Comité de Estrategias e Inversiones, presidido por el consejero Héctor Moreira Rodríguez, encargado de evaluar los proyectos de inversión más relevantes, tuvo conocimiento de esta operación millonaria.
Nuevamente nos enteramos por medio del periódico de operaciones cuantiosas que la administración de Pemex está haciendo a espaldas del principal órgano de gobierno corporativo de la petrolera mexicana, dijo uno de los integrantes del consejo de administración.
El viernes de esta semana La Jornada dio cuenta de la contratación de dos astilleros gallegos, Navantia de Ferrol y Barreras de Vigo, para la construcción de dos hoteles flotantes, que involucra un desembolso de unos 380 millones de dólares para la paraestatal. El contrato, además de salvar de la inminente ruina a las compañías españolas –que no firmaban ningún contrato desde hace cinco años–, dará empleo a unos 3 mil trabajadores durante los próximos 30 meses.
La operación se firmó sin haber realizado una licitación pública internacional para el concurso de participantes (nacionales y extranjeros); se desconoce el origen de los recursos porque no se sabe si se financiará a través de recursos presupuestarios o contratación de deuda o dinero en caja de Pemex; los funcionarios que autorizaron esta operación prácticamente terminan su gestión y se van dejando recursos comprometidos, entre otros.
Además, por el monto de la inversión esta operación debería de haber pasado por la autorización de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y del Comité de Estrategias e Inversiones de Pemex, así como fijar la obligación a los fabricantes para incorporar un porcentaje de contenido nacional, por lo que a todas luces va en contra de la planta industrial de México, tomando en consideración que la industria naval es altamente multiplicadora en otras ramas económicas.
Adicionalmente, esta operación no es estratégica ni sustantiva para las actividades principales de Pemex, que son la exploración y extracción de crudo, la cual ha ido decayendo durante los pasados 12 años.
Especialistas en la industria naval consideraron que previamente se debió de realizar un estudio que determinará la capacidad total real de los astilleros mexicanos para construir embarcaciones, además de generar un nuevo marco de incentivos fiscales que le permita a los constructores, armadores y reparadores deducir impuestos como en otros países.
En recientes declaraciones a la prensa, el presidente del Colegio de Ingenieros Navales, Raúl Rocha aseveró: El acuerdo firmado con astilleros gallegos permitirá que se pierdan cerca de 5 mil empleos que se pudieron haber generado en el país.
Juan Manuel Chaparro Romero, presidente de Fomento Industrial de Canacintra, comentó a este diario que la contratación de dos empresas españolas por Pemex para la construcción de los buques hotel, contrasta con la situación por la que atraviesa la industria naval mexicana, la cual está supeditada a decisiones de gobierno, que aunado a la crisis económica han llevado a este sector a casi la extinción.
“Es algo que para la industria nacional es inaceptable porque este es un caso típico de cómo se desplaza la ingeniería mexicana y a los equipos hechos con calidad en el país, y están haciendo a un lado el contenido nacional y no se generan empleos en México. Este tipo de acciones con las desgravaciones arancelarias que hace el gobierno federal han provocado mayor desempleo. Solamente de julio de 2007 a agosto de 2012 el número de desempleados ha aumentado en un millón 100 mil personas.
Esta operación se suma a la ampliamente cuestionada transacción financiera realizada el pasado 29 de agosto de 2011 en la que Pemex entró a capitalizar a la petrolera española Repsol al aumentar su participación accionaria de 4.8 a 9.8 por ciento, que involucró un desembolso de al menos unos mil 600 millones de dólares, entre deuda y recursos de caja de Pemex, sin que el director de Pemex, Juan José Suárez Coppel, enterara al consejo de administración de Pemex.
Los funcionarios de Pemex ya encontraron el caminito y a mí me parece que esto es otro repsolazo, por lo que el Congreso de la Unión debe demandar una investigación a fondo porque involucra recursos públicos de todos los mexicanos, aseguró uno de los consejeros de la paraestatal.
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La reforma afecta a todo trabajador: experto
Ante la inminente aprobación de la reforma laboral por las bancadas del PAN y del PRI, Enrique de la Garza, académico y experto en el tema, señaló que los partidos de izquierda que se oponen a enmendar la Ley Federal Trabajo (LFT) deben centrar sus fuerzas en que por lo menos se cambien los aspectos más lesivos de la iniciativa y no quedarse con detalles, pues si no se realiza una acción urgente en los próximos días se habrán concretado las modificaciones.
Profesor-investigador de la UAM Iztapalapa, remarcó que las reformas afectarán a todos los trabajadores asalariados y que no es un tema que sólo importe a los sindicatos, al intentarse limitar la libertad sindical o se les vaya a exigir cuentas de cómo ejercen sus recursos, a fin de que la ciudadanía también presione.
Benito Bahena, secretario general de la Alianza de Tranviarios de México (ATM), indicó que la sociedad debe entender que la reforma afectará en mayor medida a los jóvenes que aún no ingresan a la fuerza laboral y a aquellos trabajadores sin planta.
Jóvenes, los más perjudicados
Se trata de que los más perjudicados serán los jóvenes, los nuevos trabajadores, porque una ley no puede ser retroactiva, así que a nosotros en algunos aspectos no nos hará tanto daño, pero sí va a perjudicar a nuestros hijos, nietos y a las siguientes generaciones, tenemos que concientizar de eso a la sociedad que esta reforma va en contra de próximos trabajadores, apuntó el líder tranviario.
En cuanto a las afectaciones económicas, los gremios afiliados a la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) insistieron en que aumentará la precariedad de los salarios si se permiten contrataciones por hora, pues el pago sería entre 7 y 8 pesos, dependiendo de la zona económica y conforme al monto de los salarios mínimos que tenga. Refirieron que si un trabajador es contratado por menos de ocho horas diarias, no podrá costear ni siquiera lo mínimo para vivir, además que de por sí el salario mínimo no alcanza.
Bahena indicó que si ya hemos perdido casi 70 por ciento del poder adquisitivo del salario, ahora que paguen por hora, el salario será más raquítico.
Ante esta situación la UNT, el Sindicato Mexicano de Electricistas y organizaciones civiles y campesinas aprobaron establecer un plantón permanente desde el 25 de septiembre frente a la Cámara de Diputados para exigir el rechazo a la reforma, la cual se prevé que pueda ser aprobada el 27 de septiembre.
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La oportunidad de Morena   
El Despertar
José Agustín Ortiz Pinchetti
Morena es la alternativa a dos posiciones extremas. La de los pesimistas que creen que México no tiene remedio y que eso les justifica a ellos no hacer nada. Y los optimistas que piensan que porque a ellos les va bien, al país le va bien y por lo tanto no es necesario hacer nada. Morena sostiene que el país está mal, muy mal, pero confía en que pueda resurgir. Postula que son necesarios cambios fundamentales no sólo en nuestra estructura económica y política sino también en los principios que deben gobernar la conducta de los políticos. Morena se va a insertar en un medio particularmente difícil y para prosperar tendrá que generar condiciones internas que, por lo general, no se han dado a los partidos de oposición, y además, verse favorecido por condiciones externas que la nueva organización tendrá que aprovechar.
Por lo que toca a lo interno: tendrá que levantar una organización democrática sustentada en 300 asambleas celebradas en todos los distritos del país y en 32 asambleas estatales cuyos trabajos se verán coronados por una gran asamblea nacional. Y todo esto sucederá en el angustioso plazo de 11 semanas. De este trabajo que involucrará a más de 125 mil personas surgirá el primer partido de origen verdaderamente democrático de la historia de México.
Deberá mantener el liderazgo de AMLO de modo firme. En una organización naciente el ejecutivo debe ser fuerte. Pero en una organización democrática deberá estar acotado y en forma progresiva se compensará con los poderes que surjan de la propia organización. Esto implica no sólo astucia sino disciplina y perseverancia, flexibilidad y firmeza, autocontención y energía, cualidades muy raras en nuestro medio.
Respecto del exterior, Morena debe mantener una relación de firme alianza con los demás partidos y fuerzas reformistas. La tradición de la izquierda mexicana apunta en dirección contraria. Morena debe aprovechar la caída, el debilitamiento y el entreguismo del PAN para convertirse en la única oposición verdadera y atractiva. También debe aprovechar el desgaste inevitable del PRI. Su candidato (ahora presidente electo) no podrá combatir a los monopolios porque son ellos los que lo han impuesto. No podrá transparentar la función pública porque sus líderes requieren de la opacidad para sus grandes negocios. No podrá detener el deterioro económico y social del país porque las políticas a las que se ha comprometido son las que han provocado nuestra decadencia. No podrá detener la violencia porque fue la descomposición del PRI la que la generó. No podrá combatir la corrupción porque ha puesto en las manos de los más conspicuos corruptos la tarea de limpiar la administración pública.
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Mal estreno
Rolando Cordera Campos
Decretado el resultado por parte del tribunal electoral, se abrió una pausa que el presidente electo apenas ha tocado, salvo en desafortunados anuncios en el exterior sobre cuestiones clave como la del petróleo. Decir que en Pemex se hará como en Petrobras, para justificar la apertura de la explotación petrolera a la inversión privada es, apenas, una mala ocurrencia que, sin embargo, nos remite a aquello de que los veneros del petróleo los escrituró el diablo. Pero para hacerle honor al poeta, no es necesario ir tan lejos como Brasilia.
Quien se lanzó a su propio ruedo virtual fue el presidente Calderón. No contento con los triunfos que le otorgara la reforma política tan solícitamente aprobada por el Congreso de la Unión, decidió estrenarla y poner a prueba a la nueva legislatura con una iniciativa de reforma laboral, cuya congruencia es muy discutible y cuya consistencia le ha puesto los pelos de punta a más de un sabio jurisconsulto y a no pocos auténticos hombres de empresa.
Los nuevos encargados de las bancadas priístas en la Cámara y el Senado, un día sí y otro también hacen actos de fe reformista y, se supone, de fidelidad a no se sabe qué compromisos de la transición presidencial. En sus bases, en el Congreso y las organizaciones de masas que quedan, no parece reinar la conformidad y en los establos del viejo sindicalismo más bien campea el enojo, cuando no el desencanto.
El estreno de la famosa iniciativa preferente a que los presidentes tienen derecho merced a la reforma política reciente, puede resultar así un estreno de opereta y la aprobación del galimatías laboral una lamentable y pírrica victoria. Mala premier para un teatro de por sí desvencijado.
La tregua festinada por priístas y panistas, con música de acompañamiento patronal, es en gran medida una farsa, porque la política de la confrontación no ha cesado y ahora, con la infortunada iniciativa laboral, puede ahondarse para tocar relaciones sociales fundamentales. No es de treguas de lo que está urgido el país, sino de una política que empiece por revisar su semántica y se atreva a llamar a las cosas por su nombre.
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No a la imposición, no a la reforma de la LFT
Guillermo Almeyra
No se sabe cuántos votos obtuvo la candidatura de López Obrador, pues se conoce cuántos le adjudicaron pero no los millones que le robaron. De todos modos, conservadoramente, logró más de 16 millones y superó con creces un tercio del electorado. Esto demuestra que existe una fuerza –electoral– de centroizquierda que se mantiene desde hace muchos años, a pesar del lastre permanente representado por el sabotaje y las políticas de la dirección de sus aliados, como los chuchos, que controlan el PRD. Los votos obtenidos por AMLO asumen aún mayor importancia porque las elecciones se realizaron en uno de los peores momentos de la historia social de México, con el campo despoblado y crecientemente envejecido por la emigración, con las sucesivos golpes sufridos por los mineros y por los electricistas del SME, con el terrorismo de Estado y la barbarie del narcotráfico que reducen brutalmente los espacios organizativos y democráticos para la resistencia popular.
Es cierto que los votos son sólo votos y que el país sigue siendo conservador, pues dos tercios no votaron, vendieron su voto al PRI o votaron voluntariamente por la derecha, a pesar de todas las infamias del PRI, el PAN y sus aliados. También lo es que una parte importante de los sufragios de López Obrador fueron votos clientelares y conservadores obtenidos por gente que, en los partidos que dieron su registro a AMLO, no sólo no lo apoyan sino que le temen. Pero queda el hecho de que más de 15 millones de mexicanos intentaron nuevamente imponer un cambio a la vida política del país, aunque fuera utilizando las urnas y siguiendo las propuestas de López Obrador.
Como era previsible, las direcciones del PRD y de los otros partidos de la coalición obradorista decidieron gozar de sus curules y puestos conseguidos a la rastra de AMLO y otorgados por los organizadores del fraude, y AMLO decidió, por su cuenta, separarse de ellos y, también por decisión propia, transformar a 
Morena en un partido pluriclasista y orientado esencialmente hacia las elecciones. O sea, un PRD bis, quizás algo más limpio en su funcionamiento interno y algo menos integrado en el establishment. De aquí a diciembre centrará todos sus esfuerzos en la construcción de esa maquinaria electoral, en la elaboración de sus estatutos y programa y en la selección de sus dirigentes. Sin duda es necesario dar continuidad y extender la resistencia de #YoSoy132 y de los indígenas, trabajadores y campesinos, y organizar la ira popular, pero esa debe ser tarea –como plantea la Organización Política de los Trabajadores (OPT), que tiene como eje al SME y otros sindicatos– de un instrumento de lucha de los trabajadores plural y democrático, y capaz de aliarse con los movimientos sociales y de lucha democrática, y no de un partido del sistema y del régimen que tenga en su seno a los Camacho, Ebrard, Núñez, Gracos…
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La muerte del derecho al trabajo
Arnaldo Córdova
Se trata de un fenómeno universal, mundial. En todos lados, en todos los países, desde hace unos cuarenta años, los gobiernos, atentos a las exigencias de sus clases patronales, se han dedicado a derruir todos los principios protectores del trabajador que han sido consagrados, no solamente por los países en su particular esfera, sino también por el orden internacional. Esa tendencia, que en los años setenta se conoció como flexibilización de las relaciones laborales, se ha venido desarrollando con un ímpetu tal que hay lugares en los cuales las antiguas instituciones del derecho del trabajo han dejado de existir.
Desde luego, ha habido países como Italia y Francia y otros más en los que los trabajadores han sabido resistir las embestidas de sus gobiernos y de sus clases dominantes, negociando ventajosamente las exigencias de flexibilización del trabajo. En Italia, por ejemplo, se llegó a un acuerdo, ya a principio de los años ochenta, en virtud del cual los empresarios obtenían una flexibilización completa pero, a cambio, se comprometían a respetar el máximo constitucional de horas de trabajo. Así, un trabajador, un día debía trabajar catorce o quince horas, mientras que otro sólo tres o cinco horas. Pero al final del mes, el número de horas trabajadas no debía rebasar el máximo legal.
En otros países se ha llegado a acuerdos semejantes, por ejemplo, en la contratación del trabajo o en el respeto a los principios del derecho de huelga o, principalmente, respecto de la libertad sindical. Son acuerdos, por lo general, que la clase dominante, protegida por el gobierno, tiende a violar o a anular en los hechos. Se ha visto en todas partes y son hechos que comprueban el ímpetu que los procesos de flexibilización poseen y la debilidad de los trabajadores en sus relaciones con los empresarios. El Estado sólo se dedica a proteger a los patrones, apoyándolos en sus embestidas en contra de los trabajadores.
La embestida en México en contra del viejo derecho del trabajo se lleva a cabo, como en todas partes, en nombre de la modernidad y la resistencia de los trabajadores se quiere hacer pasar como una defensa del pasado y, como tal, retardataria. Así se van destruyendo todas las instituciones del derecho del trabajo histórico. La reforma a la Ley Federal del Trabajo que Calderón ha presentado al Legislativo recién electo, es la peor embestida que las clases dominantes han emprendido en contra de nuestras instituciones laborales. El Consejo Coordinador Empresarial negoció esa reforma y fue aceptada en todas sus partes tanto por el gobierno de Calderón, como por el candidato presidencial priísta, Enrique Peña Nieto.
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Turrent: Si no se verifica la inocuidad, habrá una contaminación irreversible

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