Una vez concluido el análisis de la Cuenta Pública 2011, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) denunció la semana pasada ante la Procuraduría General de la República lo que ya sabían todos los mexicanos: la corrupción millonaria del gobierno panista en la construcción de la torre Estela de Luz. Comisiones, cobros excesivos e irregularidades administrativas por unos 400 millones de pesos son los ilícitos operados por funcionarios corruptos y abusivos.
La duda sobre la integración de esta 
averiguación previa es si las investigaciones ministeriales alcanzarán a
 Felipe Calderón Hinojosa, actual invitado distinguido en la Universidad
 de Harvard, pues hasta ahora el expresidente parece contar con la 
protección del nuevo gobierno priísta de Enrique Peña Nieto.
Comento lo anterior porque hace 1 año 
escribí en esta columna cómo el entonces ocupante de Los Pinos, Calderón
 Hinojosa, había iniciado la “operación limpieza” del cochinero 
administrativo que había acumulado en sus 5 años de gobierno. Y sentía 
que su responsabilidad era tal, que desde principios de 2012 contrató a 
un despacho de abogados para preparar la defensa por las irregularidades
 y corruptelas cometidas en la construcción de la Estela de Luz.
Cito textualmente (Oficio de papel, 5 de marzo de 2012):
“La preocupación de Felipe Calderón es
 la clara posibilidad de que alguno de los candidatos de oposición 
llegue a la Presidencia de la República y con ello se abran 
investigaciones en contra de varios servidores públicos que abusaron del
 poder, desviaron recursos federales, traficaron con influencias y se 
corrompieron.
“Desde ahora la instrucción 
presidencial es revisar los expedientes más delicados y asignarles 
expertos que puedan analizarlos y preparar su defensa ante probables 
denuncias penales que iniciarían aproximadamente dentro de 2 años, 
cuando Calderón ya esté en retiro político, muy lejos del país, pero con
 una defensa sólida de algunos casos en donde se asignaron obras y 
servicios públicos de manera irregular.
“Varios despachos de abogados consentidos de Los Pinos se frotan las manos
 ante los excelentes contratos económicos que les asignarán para limpiar
 la corrupción del segundo y último gobierno panista. Algunos de los 
indicios de las investigaciones penales por venir lo ha dado la 
Auditoría Superior de la Federación (ASF) y su equipo de especialistas, 
quienes han descubierto poco más de 300 casos de verdadera corrupción 
gubernamental correspondiente sólo al año 2010, pero que sumados a lo 
ocurrido en los otros años del gobierno de Felipe Calderón, da cuenta de
 una verdadera cloaca con fétidos olores de suciedad y podredumbre administrativa.
“Con estos datos ahora sabemos que 
este gobierno federal no sólo pasará a la historia como el más violento 
de los últimos sexenios, sino como uno de los más corruptos, apenas 
parecido al del priísta Carlos Salinas de Gortari, en donde el desfalco a
 las arcas públicas fue una constante…
“Entre los expedientes que llaman la atención a los auditores de la ASF y que han prendido las alarmas en
 Los Pinos, destacan el de la construcción del Monumento Bicentenario y 
el del fideicomiso del mismo nombre, ambos para la discutida Estela de 
Luz, obra inútil y absurda que se ha levantado como un monumento a la 
corrupción calderonista y que sólo sirvió para desviar recursos públicos
 y enriquecer a varios funcionarios y empresarios cómplices.”
La auditoría a la Estela de Luz
Los más de 1 mil millones de pesos que
 costó el monumento Estela de Luz, que serviría con sus 1 mil 704 placas
 de cuarzo y acero para celebrar el bicentenario de la Independencia de 
México –programada para el 15 de septiembre, pero de 2010– tenía, además
 del retraso de la obra, un presupuesto inicial no mayor a los 400 
millones; monto que serviría para construir la torre superior a los 100 
metros de altura en los terrenos del Bosque de Chapultepec.
Los responsables del festejo 
bicentenario fueron, además de Felipe Calderón, su entonces secretario 
de Educación Pública, el ya fallecido Alonso Lujambio, y la otrora 
presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Consuelo 
Sáizar, quienes aprobaron el proyecto de la torre Estela de Luz y fueron
 los encargados de la costosa obra.
De acuerdo con el informe de la ASF, 
la empresa III Servicios, SA de CV, debió cumplir con la apertura, 
control y seguimiento de la bitácora electrónica y verificar que se 
contara con la autorización de la Secretaría de la Función Pública. La 
Auditoría pidió la documentación justificativa y comprobatoria de 276 
millones 77 mil 200 pesos en 118 conceptos de obra que están 
contemplados dentro del catálogo original, y que son considerados como 
volumetría adicional, los cuales deberían pagarse con los precios 
unitarios del contrato. Lo mismo sucedió con 1 millón 715 mil 800 pesos 
por concepto de rendimientos financieros generados por los anticipos 
pagados.
De acuerdo con la ASF, la Secretaría 
de la Función Pública debió realizar las investigaciones 
correspondientes, lo cual nunca hizo, como tampoco inició los 
procedimientos administrativos por actos u omisiones de los servidores 
públicos que integraron el Comité Técnico del Fideicomiso Bicentenario y
 que en su gestión autorizaron la formalización de convenios mediante 
dictámenes que no contaron con elementos técnicos que acreditaran su 
procedencia, pues los argumentos utilizados para autorizar el segundo y 
tercer convenios modificatorios son básicamente los mismos a los del 
primer convenio, y por lo tanto, no acreditaron las modificaciones 
realizadas en las partidas, conceptos y volúmenes de obra, además de que
 no contienen los análisis y cálculos de los nuevos conceptos, volúmenes
 e importes considerados en dicho catálogo.
La Auditoría Superior de la Federación
 pidió al Órgano Interno de Control en el Banco Nacional del Ejército, 
Fuerza Aérea y Armada que realice las investigaciones e inicie el 
procedimiento administrativo por los actos u omisiones de los servidores
 públicos que en su gestión no verificaron el estricto cumplimiento del 
contrato de Fonatur Constructora, SA de CV. Entre las muchas 
irregularidades, la Auditoría destaca que no hubo los elementos que 
permitieran a los licitantes elaborar sus propuestas sobre las 
condiciones reales de la cantidad de acero en las columnas, debido a que
 en las juntas de aclaraciones se definieron sus espesores de 3 hasta 
7/8 de pulgada, el diámetro de 0.91 metros y el tipo de acero inoxidable
 S32101, y que no sustentaron las modificaciones realizadas en el 
catálogo de conceptos que utilizó en el procedimiento de la invitación a
 cuando menos tres personas para la ejecución de los trabajos.
Los funcionarios responsables de la 
obra Estela de Luz tampoco realizaron correctamente la evaluación 
cualitativa de la propuesta ganadora de la invitación a cuando menos 
tres personas, y omitieron presentar al Instituto Nacional de Estudios 
Históricos de las Revoluciones de México las estimaciones de los 
trabajos ejecutados en el ejercicio presupuestal de 2010.
Otra de las anomalías en la obra es la
 autorización de la cancelación de la partida de obsidiana incluida en 
el proyecto sin respetar el concepto arquitectónico que resultó ganador 
de un concurso nacional. Lo amañado del proyecto se confirma cuando los 
funcionarios responsables entregaron de manera parcial la información y 
documentación solicitada, al proporcionar únicamente las matrices de 
precios unitarios, sin los básicos, insumos, cuadrillas de trabajo, 
costos horarios, cálculo de rendimientos, cotizaciones, facturas, notas 
de bitácora y minutas que acrediten su procedencia y autorización en el 
convenio modificatorio.
Un año después, la conclusión de la 
ASF es que el gobierno de Calderón pagó un sobreprecio por el acero 
utilizado en la estructura, lo que causó un daño al erario por 248 
millones 900 mil pesos, los cuales se suman a los 150 millones 300 mil 
por diversas irregularidades administrativas.
*Periodista
Textos relacionados:

 
 

 
 







 
 Entradas
Entradas
 
 





No hay comentarios.:
Publicar un comentario