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domingo, abril 12, 2009

Busca 'Sin Maíz no Hay País' a Obama

Busca 'Sin Maíz no Hay País' a Obama: "Busca 'Sin Maíz no Hay País' a ObamaQuieren exponer al Mandatario de EU los impactos económicos, sociales y ambientales del TLCAN en el sector agroalimentario de México.

REFORMA / RedacciónCiudad de México (12 abril 2009).- Integrantes de la Campaña Nacional Sin Maíz no Hay País enviaron una carta a Leslie A. Bassett, encargada de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en México, solicitando una reunión con el Presidente Barack Obama para hablar sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
"El tema de dicho diálogo es el TLCAN y sus impactos económicos, sociales y ambientales en el sector agroalimentario de México y más conociendo que el Presidente Obama ha planteado desde su campaña la necesidad de renegociar el TLCAN.
Nosotros queremos hacerle un planteamiento respetuoso sobre la necesidad de revisar y renegociar el TLCAN", expuso la organización en un comunicado.
El Presidente de Estados Unidos estará en México los días jueves 16 y viernes 17 de abril.
"Sabemos que (el Presidente Felipe) Calderón no le hablará con la verdad acerca del TLCAN y sus dramáticos impactos negativos económicos, sociales y ambientales en el campo y en la alimentación de toda la población", afirmó Sin Maíz no Hay País.La Campaña Nacional aseguró que estará pendiente de la respuesta que pueda dar la Embajada de Estados Unidos a la petición de reunión con Obama."

domingo, octubre 05, 2008


En el marco de La Primer Jornada Sociocultural y Científica El maíz en la Ciudad de México, del 8 al 11 de este mes, que tiene como propósito informar al público sobre la importancia de este grano, se presentan el foro De Quetzalcóatl a los transgénicos: Ciencia y cultura del maíz en México, y la feria cultural Nuestra ciudad nuestro maíz: Semillas de cultura.
De Quetzalcóatl a los transgénicos constará de una serie de conferencias los días 8 y 9, mientras que del 9 al 11 la feria cultural será de acceso gratuito al público.
De carácter científico-académico, el foro tendrá lugar en la unidad de seminarios del Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT), mientras que la feria tendrá una exposición, venta de artesanías y muestra gastronómica en el Centro Internacional de Negocios Azcapotzalco.
La jornada, que abarca cinco días, es realizada con el apoyo del Gobierno del Distrito Federal a través de la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades, La Secretaría de Cultura y el Instituto de Ciencia y Tecnología, así como la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).
José Antonio Serratos, doctor en biotecnología de plantas por el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN e investigador de la UACM y encargado del programa, comentó que existen distintos puntos de vista en torno al maíz "y eso es lo que queremos, esos enlaces y manifestaciones, que exista una diversidad de cultura en este tema, precisamente este punto nos llevó a pensar en discutirlo y reflexionarlo".
Se expondrán pláticas con referencia a las visiones biotecnológicas, agronómicas, económicas, culturales y sociales, aspectos que, a decir del investigador, hacen de este foro de conferencias un espacio de reflexión para analizar los puntos importantes que surgen alrededor de éste que es el principal cultivo de México y que actualmente está amenazado debido a los transgénicos.
Serratos, quien también encabeza el proyecto Conservación y Bioseguridad del Maíz Nativo del Altiplano Mexicano en la zona de conservación del Distrito Federal, en Milpa Alta, comentó que dicho grupo está enfocado a generar políticas públicas para la preservación del maíz nativo, así como las medidas de seguridad, "porque las normas ambientales del Distrito Federal no permiten el cultivo y manejo de organismos genéticamente modificados".
Por su parte Cristina Barros, investigadora de gastronomía nacional, quien participará en las conferencias sobre el entorno alimenticio y cultural del maíz, comentó que el foro es un recorrido de la historia de este cereal enfocado en distintos temas, hasta llegar al punto particular de los transgénicos.
"El propósito es que tengamos la mayor información de la riqueza de este patrimonio, así como un intercambio de conocimientos entre todos los involucrados e interesados en el tema.
"Consiste en lograr la mayor difusión sobre este tema entre los mexicanos, no sólo como alimento básico de nuestro país, sino abarcando los riesgos en los que puede estar el maíz criollo con la contaminación de los alterados científicamente."
Las conferencias de El maíz en la Ciudad de México se efectuarán de las 8:30 a las 17 horas, y la feria cultural de las 9 a las 18 horas. l

miércoles, agosto 27, 2008

No les crean a quienes defienden los transgénicos

Peter Melchett*

Los argumentos en torno a la modificación genética, a menudo caracterizados erróneamente como ciencia contra irracionales adoradores de la naturaleza, no han perdido nada de su pasión. De un lado están los que sueñan con soluciones sencillas de alta tecnología a problemas complejos; del otro, y en contra de los organismos genéticamente modificados (OGM), existen realidades ecológicas y evidencia científica. Hay pruebas abrumadoras de que la agricultura torció el rumbo después de la última guerra, con el uso extendido de fertilizantes de nitrógeno y aerosoles.

En Gran Bretaña, perdimos hasta 95 por ciento de nuestros antiguos bosques, prados, jardines y vida silvestre, y presenciamos pérdidas masivas de granjas y empleos agrícolas. La agricultura se volvió más dependiente del petróleo. Nuestros alimentos perdieron vitaminas, sabor y diversidad, y nuestra dieta dejó de ser saludable.

Conforme el costo ambiental y humano de la agricultura industrial se volvió más difícil de negar, llegó una nueva cura milagrosa: la ingeniería genética. Hace 20 años, los OGM prometieron maravillas increíbles: fruta que no se congelaría jamás, cultivos que no necesitarían fertilizantes ni aerosoles, alimentos con vitaminas y medicamentos incorporados vía genética. Pronto toda la comida sería genéticamente modificada. Los genetistas transformarían todo lo que deseáramos, tomando un gen de pez aquí, uno de cerdo allá, añadiendo un gen de bacteria y tal vez un pedacito de un virus.

El mayor golpe de las compañías productoras de OGM, y su mayor fraude científico, fue asegurarse de que ningún alimento genéticamente modificado se sometiera a pruebas de seguridad. En Estados Unidos impusieron el concepto de “equivalencia insustancial”, el cual significa que, si un cultivo GM se parece a su equivalente no GM y se cultiva igual, entonces lo es: no se requiere ninguna prueba de seguridad para que la gente se alimente de él.

Cierto, tal vez el maíz GM contenga virus y genes resistentes a los antibióticos agregados, así como un gen que lo hace exudar insecticida de cada hoja, tallo y raíz, pero para el gobierno de Estados Unidos se ve y se cultiva como el maíz, así que es seguro para comer.

Los cultivos transgénicos enfrentan creciente evidencia científica de incertidumbre y peligro. Pero ahora, a causa del alza constante en los alimentos, vuelve a ser noticia la afirmación de la industria de que son necesarios para alimentar al mundo. Sin embargo, una razón clave de la carestía alimentaria –aumento de precio del petróleo, que a su vez eleva el de los fertilizantes– también representa una amenaza masiva a los cultivos transgénicos. Todos los cultivos GM presentes y futuros dependen de fertilizantes artificiales, basados en el petróleo, y todos requieren ser tratados con pesticidas para sobrevivir.

En 2006, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, favorable a los transgénicos, observó que “los cultivos GM disponibles actualmente no incrementan el rendimiento potencial”, señalamiento que ya había sido hecho por un informe de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en 2004, el cual reconocía que los cultivos GM “podrían tener menores rendimientos”.

El informe Evaluación internacional de conocimiento, ciencia y tecnología agrícola para el desarrollo (IAASTD, por sus siglas en inglés) de la ONU, publicado recientemente, que reúne el trabajo de más de 400 científicos internacionales acerca del futuro de la producción global de alimentos ante los desafíos del calentamiento global y la presión demográfica, concluyó que los cultivos transgénicos no tienen gran cosa que ofrecer.

Confirmando las conclusiones de una conferencia anterior de la FAO, el informe IAASTD reconoció el verdadero potencial de la agricultura orgánica para contribuir a alimentar al mundo en una era de precios petroleros galopantes y de urgente necesidad de reducir gases de efecto invernadero, porque los sistemas orgánicos usan energía solar y trébol para fijar el nitrógeno del suelo, no petróleo y gas. El valor de este método fue confirmado también en un informe emitido este año por el Centro Internacional de Comercio, que da asesoría técnica a la OMC y a la ONU.

El nuevo reto que enfrentamos es: ¿cómo alimentar al mundo ahora que el petróleo y el gas se vuelven más caros y escasos, y a la vez reducir los gases de efecto invernadero en 80 por ciento para 2050? Nadie sugiere que la respuesta a eso sean los transgénicos.

* Director de políticas de la Asociación del Suelo, principal organización británica de agricultura y alimentación orgánica.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya