Miguel Angel Velázquez
Desde la Asamblea Legislativa se lanza contra el GDF
El Ejecutivo local insiste en la redistribución equitativa
Y ahora que no nos salgan con que la traición es una virtud de la democracia.
Por fin, ya sin tapujos y en pleno descaro, el grupo perredista mayoritario en la Asamblea Legislativa, Nueva Izquierda, que encabeza René Arce, se declaró aliado del panismo, por tanto enemigo del gobierno de Marcelo Ebrard.
Así, con esa simpleza podría resumirse el enfrentamiento que hoy se vive en torno al presupuesto financiero de la ciudad, del que dependen muchos de los proyectos de desarrollo previstos por el gobierno central.
La situación la inscribe la miopía política en el ejercicio de una venganza de Nueva Izquierda sobre la administración de Marcelo Ebrard, que decidió dejar a esa tribu perredista fuera de las carteras del gobierno, o para decirlo mejor, no le permitió adueñarse del entorno político del DF. Pretendían, para su causa, la Secretaría de Desarrollo Social.
Pero nada más falso. Entre Nueva Izquierda y el Gobierno del Distrito Federal se halla el proyecto de gobierno, allí reside la gran diferencia. Nueva Izquierda se ha corrido hacia el panismo, mientras Ebrard continúa firme en el camino de la redistribución equitativa de los recursos que impuso Andrés Manuel López Obrador.
No es nuevo, aunque ya se ha llega al extremo. Arce decidió, junto con su grupo, convertirse, sin hacer mucho ruido, pero exhibiendo sus desacuerdos, en voz baja, en uno de los enemigos del proyecto de López Obrador, y ahora de Ebrard.
La unidad casi total de la militancia perredista en torno al ex jefe de Gobierno hizo que Arce fuera cuidadoso con sus declaraciones, pero no frenó su ambición. La estrategia era fortalecer su corriente apoderándose de la mayoría en la Asamblea Legislativa, para desde allí dirigir su ataque.
El tiempo de guerra por fin llegó. Nueva Izquierda no logró romper la unidad de las otras corrientes ahora bases de apoyo para Marcelo Ebrard y recurrió, sin conflicto de conciencia, al refugio seguro que le brindaban los otros enemigos del proyecto del gobierno: los panistas.
Así las cosas, ya sin caretas, Nueva Izquierda presentó al gobierno de la ciudad su proyecto de presupuesto, y el de ingresos tenía el inconfundible tufo azul que le dejó la huella de Obdulio Avila y de Federico Döring, pero no es todo, el de egresos plantea la fórmula descarada de beneficiar, a las delegaciones de Nueva Izquierda, una de ellas Iztapalapa, a la que gobernaron sucesivamente René Arce y su hermano, Víctor Hugo Círigo, hoy un cuestionado jefe de la bancada perredista en la Asamblea Legislativa, y el más visible aliado de los azules.
Nunca, hasta donde podemos recordar, una fracción parlamentaria, de ningún partido, se había manifestado en contra del proyecto de gobierno eso incluye los dineros de un mandatario de su propio signo político, como sucedió esta vez.
Y que no se diga que un hecho así, habla de madurez política y de democracia al interior del PRD. La traición carece de matriz política, porque obedece a intereses grupales reducidos y sólo mira por el encumbramiento de un líder capaz de escupir sobre su propia figura para cumplir sus ambiciones.
Nueva Izquierda quiere restar facultades al gobierno central. Menoscabar su solvencia económica permite ensanchar los márgenes de maniobra de Felipe Calderón que, como ya se sabe, ha jurado venganza contra los habitantes de la ciudad.
Todo aquello que el Gobierno del Distrito Federal no pueda hacer será aprovechado por el panismo, que busca doblegar la fe de los habitantes de la capital en el cambio verdadero, de la única manera que conoce, mintiendo y comprando voluntades.
Y si las cosas siguen igual, Nueva Izquierda dejará por sí misma de militar en el PRD, y René Arce se convertirá en el candidato de los azules a la jefatura de Gobierno en las elecciones que siguen. Tenía razón la abuela: caminando la carreta se acomodan las calabazas.
Es decir, Nueva Izquierda se convierte en enemigo de los capitalinos que los pusieron donde están, pues bien los podemos quitar. Bola de traidores.
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