ROSA ELVIRA VARGAS /I
De principio a fin, 2006 será un año del que los mexicanos guardarán huellas imborrables en la memoria. Si bien la política fue la gran protagonista a lo largo de estos 12 meses, otros temas acapararon también la atención.
Contra lo ocurrido en otros años electorales, en éste el registro cronológico consigna, además de las campañas más confrontadas y uno de los resultados comiciales más impugnados de la historia, otra serie de sucesos en los cuales el gobierno federal, en manos del Partido Acción Nacional (PAN), utilizó a la fuerza pública en forma artera y reiterada contra la población y los trabajadores, significativamente en los estados de México, Michoacán y Oaxaca.
El resultado de un año tan errático y convulso está a la vista: un ex presidente, Vicente Fox, del que en pocas semanas nadie parece querer acordarse; un mandatario constitucional, Felipe Calderón, quien desde su primera semana en Los Pinos puso en evidencia que fueron discursos antagónicos los empleados para pedir el voto y el que tiene ahora para gobernar, y un ''presidente legítimo'', Andrés Manuel López Obrador que, trashumante, se mantiene como líder de un movimiento nacional que aglutina y desafía.
En 2006, México presenció y protagonizó el movimiento de resistencia pacífica más extenso y multitudinario de su historia y, al mismo tiempo, fue testigo o actor de escenas de violencia gubernamental en donde, además, el gobierno empleó el mismo ahínco tanto para impulsar la campaña presidencial de su candidato como para reprimir manifestaciones sociales; en hacer retórica contra las medidas migratorias de Estados Unidos, al autorizar la construcción de un gigantesco muro en su frontera sur, que en regatear justicia a las familias de los mineros de Coahuila que fallecieron tras la explosión en la carbonífera Pasta de Conchos.
Con ímpetu desmedido, Vicente Fox defendió a su esposa, Marta Sahagún, y a los hijos de ella ante las investigaciones por enriquecimiento inexplicable y tráfico de influencias, mientras volteaba la vista hacia el infinito para no encarar el desmesurado crecimiento de la violencia protagonizada por el narcotráfico y el crimen organizado.
Podría decirse, quizá, que salvo para los seguidores de las Chivas, y en todo caso para los de Felipe Calderón, 2006 fue un auténtico annus horribilis a la mexicana.
Enero, el preámbulo
Como en 1994, cuando el primer día del año apareció ante el mundo, esta vez el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) tomó esa fecha para arrancar la otra campaña por todo el país. Desde sus primeros discursos el subcomandante Marcos atacó la opción electoral representada por López Obrador. ''El no es de izquierda'' y su equipo está constituido, dijo, por gente que trabajó con el ex presidente Carlos Salinas de Gortari.
Así, al arranque del año, y cuando los candidatos a la Presidencia de la República cumplían a regañadientes la tregua a las campañas impuesta por el Instituto Federal Electoral (IFE), el crimen organizado arreciaba sus vendettas y en el rumbo de Santa Fe, en la ciudad de México, asesinó a dos militares del cuerpo de elite Gafe (Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales) en una acción que, con diversas modalidades y llevando como víctimas a miembros de la propia delincuencia y de los cuerpos del orden, se convertiría en cuño corriente en 2006.
Ese mismo mes, el presidente Vicente Fox nombró a la entonces directora del DIF, Ana Teresa Aranda, como titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso). La nueva funcionaria en apenas 11 meses logró desmantelar una de las pocas áreas del gobierno federal que habían recibido reconocimiento por el cumplimiento de sus metas.
Febrero, la explosión
El sábado 4, y en acatamiento a leyes de Estados Unidos, el hotel Sheraton-María Isabel expulsó de sus instalaciones en la ciudad de México a una delegación comercial cubana; entre sus integrantes se encontraba Raúl Pérez de Prado, viceministro primero del Ministerio de la Industria Básica. Ante la protesta de La Habana, la Secretaría de Relaciones Exteriores ofreció investigar y envió una tibia protesta verbal a la Casa Blanca. Al final se impuso al hotel una multa de poco más de un millón de pesos.
Las campañas electorales, mientras tanto, entraron al desenfreno declarativo y acusatorio que las marcaría irremediablemente. Un ingrediente que gravitó en toda la contienda fueron las declaraciones del ex presidente del gobierno español, José María Aznar, quien en visita a México llamó a votar por Felipe Calderón Hinojosa y en clara alusión a López Obrador advirtió contra los ''peligros del populismo''.
Ese mes, sin embargo, contundentes revelaciones presentadas por La Jornada, y la tragedia ocurrida en la mina de carbón Pasta de Conchos, marcarían aquello que México tuvo que encarar y vivir en este aciago año. El 14 de febrero, la reportera Blanche Petrich presentó el contenido de una serie de conversaciones telefónicas entre el empresario textil Kamel Nacif y el gobernador de Puebla, Mario Marín Torres, donde se evidencia cómo ambos fraguaron la detención, el 16 de diciembre anterior, de la periodista Lydia Cacho.
La revelación del contubernio entre el poder económico y el político para orientar todo el aparato de justicia poblano en perjuicio de la escritora que puso al descubierto una extensa red de pederastia que operaba en Cancún, bajo la égida del también empresario Jean Succar Kuri, produjo inmediatas reacciones en todas las esferas políticas y sociales con la exigencia de obtener la renuncia y someter a juicio al conocido desde entonces como el góber precioso. Sin embargo, ni las evidencias, las denuncias ni la presión de la opinión pública lograron la dimisión y el mandatario local sigue impertérrito en su cargo.
Cinco días después, el 19 de febrero, una explosión en la mina coahuilense Pasta de Conchos, propiedad de Industrial Minera México, atrapó a 65 mineros mientras laboraban. Las autoridades de la Secretaría del Trabajo se presentaron en el lugar 15 horas después de ocurrido el accidente.
Tras la tragedia surgieron documentos y reportes en los que ya se advertía a la patronal sobre la acumulación de gas metano en el interior de la mina, sin que se hubieran tomado las medidas correctivas. A casi un año de la explosión, los cuerpos de los trabajadores siguen sepultados en el interior del yacimiento y no hay nadie en la cárcel o sancionado por este suceso.
Marzo, las marchas
Y mientras se multiplicaban las marchas en apoyo a los mineros y a su dirigente, Napoleón Gómez Urrutia, desconocido por la Secretaría del Trabajo el último día de febrero, acusado de haber defraudado con 55 millones de dólares a sus agremiados, en Estados Unidos miles de migrantes mexicanos iniciaban las primeras de un sinnúmero de manifestaciones que llegarían a movilizar a millones de paisanos en varias ciudades del país vecino en demanda de leyes migratorias más justas y contra la iniciativa, aprobada a la postre, de edificar un nuevo muro en la zona fronteriza con México.
Asimismo, durante la ceremonia por el bicentenario del natalicio de Benito Juárez, en San Pablo Guelatao, Oaxaca, el presidente Vicente Fox Quesada y las autoridades locales fueron increpados por maestros de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), por el uso dado a la imagen del Benemérito y exigiendo incremento salarial. Era apenas el anticipo del conflicto que a partir de mayo estalló en esa entidad y cuyo desenlace aún no se conoce.
Y contra el clamor de especialistas e inclusive de funcionarios de empresas públicas, como el Instituto Mexicano de la Radio (Imer) y de Canal Once, se aprobó en el Senado la llamada ley Televisa. Actualmente, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) analiza una controversia interpuesta contra esa legislación.
Marzo, dimes y diretes
En tanto, las campañas presidenciales subían de tono. El primero de marzo, Felipe Calderón Hinojosa admitió no haber avanzado en las preferencias electorales y dijo que corregiría estrategias.
A su vez, Roberto Madrazo, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), aseguró que ya había rebasado en las encuestas a Calderón y, según él, se aprestaba a empatar a López Obrador. Y en una muestra de lo que sería después una auténtica guerra sucia contra el candidato de la coalición Por el Bien de Todos, el panista Germán Martínez Cázares solicitó al Instituto Federal Electoral (IFE) una investigación sobre la presunta participación de funcionarios del gobierno del presidente venezolano, Hugo Chávez, en la campaña del perredista.
El miércoles 15 de marzo, el ex jefe del gobierno capitalino se lanzó contra Fox: ''¡Cállese, ciudadano presidente, ya no ande gritando como chachalaca!'' Esa frase sería ampliamente utilizada por sus contrincantes políticos, así como comentaristas y escritores de artículos, con la intención de diezmar sus preferencias electorales.
Abril, el linchamiento
En este mes las campañas políticas entraron en una dinámica de golpeteo severo. Desde Los Pinos y el cuartel panista se intensificó la oleada de vituperios y ataques contra López Obrador, y se mostró la cada vez más abierta posición de Vicente Fox en favor de Calderón Hinojosa.
El 3 de abril, la SCJN ratificó la suspensión concedida a la Cámara de Diputados, la cual prohibió a Fox Quesada emitir mensajes publicitarios sin una leyenda que especificara que los fondos de los proyectos habían sido aprobados por el Congreso, y se le pidió no promover en los mismos su imagen personal.
Del mismo modo, y con el papel protagónico que jugó a lo largo de este año, el día 6 la Corte negó el amparo solicitado por seis ciudadanos vascos en contra de su extradición a España para enfrentar cargos por actividades asociadas al terrorismo.
El narcotráfico siguió en su febril accionar. El día 12 fue decomisado en Ciudad del Carmen, Campeche, un avión que transportaba 5.5 toneladas de cocaína y se descubrió que dos de los pilotos laboraban en la Comisión Nacional de Agua (Conagua). Asimismo, el jueves 20, las cabezas de un comandante y de un policía preventivo de Acapulco aparecieron clavadas en una reja metálica que circunda una oficina administrativa de ese puerto.
Y en el ámbito de las campañas políticas, La Jornada reveló el miércoles 19 que Diego Heriberto Zavala Gómez del Campo, cuñado de Felipe Calderón Hinojosa y director de la empresa de software Hildebrando SA, tenía entre sus clientes al IFE. El panista michoacano había dicho días antes que ya había logrado un ''empate técnico'' con López Obrador.
Además, el martes 25 se realizó el primer debate entre los aspirantes presidenciales, al cual no acudió Andrés Manuel López Obrador.Política, represión, crimen y tragedias, marcas de 2006
A pocas semanas de su salida nadie parece querer recordar a Fox
ROSA ELVIRA VARGAS /I
El accidente ocurrido en la mina coahuilense Pasta de Conchos, que provocó la muerte de 65 trabajadores, conmocionó al país. En la imagen de archivo rescatistas salen del yacimiento luego de las infructuosas tareas para recuperar los cuerpos de sus compañeros Foto: Marco Peláez
De principio a fin, 2006 será un año del que los mexicanos guardarán huellas imborrables en la memoria. Si bien la política fue la gran protagonista a lo largo de estos 12 meses, otros temas acapararon también la atención.
Contra lo ocurrido en otros años electorales, en éste el registro cronológico consigna, además de las campañas más confrontadas y uno de los resultados comiciales más impugnados de la historia, otra serie de sucesos en los cuales el gobierno federal, en manos del Partido Acción Nacional (PAN), utilizó a la fuerza pública en forma artera y reiterada contra la población y los trabajadores, significativamente en los estados de México, Michoacán y Oaxaca.
El resultado de un año tan errático y convulso está a la vista: un ex presidente, Vicente Fox, del que en pocas semanas nadie parece querer acordarse; un mandatario constitucional, Felipe Calderón, quien desde su primera semana en Los Pinos puso en evidencia que fueron discursos antagónicos los empleados para pedir el voto y el que tiene ahora para gobernar, y un ''presidente legítimo'', Andrés Manuel López Obrador que, trashumante, se mantiene como líder de un movimiento nacional que aglutina y desafía.
En 2006, México presenció y protagonizó el movimiento de resistencia pacífica más extenso y multitudinario de su historia y, al mismo tiempo, fue testigo o actor de escenas de violencia gubernamental en donde, además, el gobierno empleó el mismo ahínco tanto para impulsar la campaña presidencial de su candidato como para reprimir manifestaciones sociales; en hacer retórica contra las medidas migratorias de Estados Unidos, al autorizar la construcción de un gigantesco muro en su frontera sur, que en regatear justicia a las familias de los mineros de Coahuila que fallecieron tras la explosión en la carbonífera Pasta de Conchos.
Con ímpetu desmedido, Vicente Fox defendió a su esposa, Marta Sahagún, y a los hijos de ella ante las investigaciones por enriquecimiento inexplicable y tráfico de influencias, mientras volteaba la vista hacia el infinito para no encarar el desmesurado crecimiento de la violencia protagonizada por el narcotráfico y el crimen organizado.
Podría decirse, quizá, que salvo para los seguidores de las Chivas, y en todo caso para los de Felipe Calderón, 2006 fue un auténtico annus horribilis a la mexicana.
Enero, el preámbulo
Como en 1994, cuando el primer día del año apareció ante el mundo, esta vez el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) tomó esa fecha para arrancar la otra campaña por todo el país. Desde sus primeros discursos el subcomandante Marcos atacó la opción electoral representada por López Obrador. ''El no es de izquierda'' y su equipo está constituido, dijo, por gente que trabajó con el ex presidente Carlos Salinas de Gortari.
Así, al arranque del año, y cuando los candidatos a la Presidencia de la República cumplían a regañadientes la tregua a las campañas impuesta por el Instituto Federal Electoral (IFE), el crimen organizado arreciaba sus vendettas y en el rumbo de Santa Fe, en la ciudad de México, asesinó a dos militares del cuerpo de elite Gafe (Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales) en una acción que, con diversas modalidades y llevando como víctimas a miembros de la propia delincuencia y de los cuerpos del orden, se convertiría en cuño corriente en 2006.
Ese mismo mes, el presidente Vicente Fox nombró a la entonces directora del DIF, Ana Teresa Aranda, como titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso). La nueva funcionaria en apenas 11 meses logró desmantelar una de las pocas áreas del gobierno federal que habían recibido reconocimiento por el cumplimiento de sus metas.
Febrero, la explosión
El sábado 4, y en acatamiento a leyes de Estados Unidos, el hotel Sheraton-María Isabel expulsó de sus instalaciones en la ciudad de México a una delegación comercial cubana; entre sus integrantes se encontraba Raúl Pérez de Prado, viceministro primero del Ministerio de la Industria Básica. Ante la protesta de La Habana, la Secretaría de Relaciones Exteriores ofreció investigar y envió una tibia protesta verbal a la Casa Blanca. Al final se impuso al hotel una multa de poco más de un millón de pesos.
Las campañas electorales, mientras tanto, entraron al desenfreno declarativo y acusatorio que las marcaría irremediablemente. Un ingrediente que gravitó en toda la contienda fueron las declaraciones del ex presidente del gobierno español, José María Aznar, quien en visita a México llamó a votar por Felipe Calderón Hinojosa y en clara alusión a López Obrador advirtió contra los ''peligros del populismo''.
Ese mes, sin embargo, contundentes revelaciones presentadas por La Jornada, y la tragedia ocurrida en la mina de carbón Pasta de Conchos, marcarían aquello que México tuvo que encarar y vivir en este aciago año. El 14 de febrero, la reportera Blanche Petrich presentó el contenido de una serie de conversaciones telefónicas entre el empresario textil Kamel Nacif y el gobernador de Puebla, Mario Marín Torres, donde se evidencia cómo ambos fraguaron la detención, el 16 de diciembre anterior, de la periodista Lydia Cacho.
La revelación del contubernio entre el poder económico y el político para orientar todo el aparato de justicia poblano en perjuicio de la escritora que puso al descubierto una extensa red de pederastia que operaba en Cancún, bajo la égida del también empresario Jean Succar Kuri, produjo inmediatas reacciones en todas las esferas políticas y sociales con la exigencia de obtener la renuncia y someter a juicio al conocido desde entonces como el góber precioso. Sin embargo, ni las evidencias, las denuncias ni la presión de la opinión pública lograron la dimisión y el mandatario local sigue impertérrito en su cargo.
Cinco días después, el 19 de febrero, una explosión en la mina coahuilense Pasta de Conchos, propiedad de Industrial Minera México, atrapó a 65 mineros mientras laboraban. Las autoridades de la Secretaría del Trabajo se presentaron en el lugar 15 horas después de ocurrido el accidente.
Tras la tragedia surgieron documentos y reportes en los que ya se advertía a la patronal sobre la acumulación de gas metano en el interior de la mina, sin que se hubieran tomado las medidas correctivas. A casi un año de la explosión, los cuerpos de los trabajadores siguen sepultados en el interior del yacimiento y no hay nadie en la cárcel o sancionado por este suceso.
Marzo, las marchas
Y mientras se multiplicaban las marchas en apoyo a los mineros y a su dirigente, Napoleón Gómez Urrutia, desconocido por la Secretaría del Trabajo el último día de febrero, acusado de haber defraudado con 55 millones de dólares a sus agremiados, en Estados Unidos miles de migrantes mexicanos iniciaban las primeras de un sinnúmero de manifestaciones que llegarían a movilizar a millones de paisanos en varias ciudades del país vecino en demanda de leyes migratorias más justas y contra la iniciativa, aprobada a la postre, de edificar un nuevo muro en la zona fronteriza con México.
Asimismo, durante la ceremonia por el bicentenario del natalicio de Benito Juárez, en San Pablo Guelatao, Oaxaca, el presidente Vicente Fox Quesada y las autoridades locales fueron increpados por maestros de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), por el uso dado a la imagen del Benemérito y exigiendo incremento salarial. Era apenas el anticipo del conflicto que a partir de mayo estalló en esa entidad y cuyo desenlace aún no se conoce.
Y contra el clamor de especialistas e inclusive de funcionarios de empresas públicas, como el Instituto Mexicano de la Radio (Imer) y de Canal Once, se aprobó en el Senado la llamada ley Televisa. Actualmente, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) analiza una controversia interpuesta contra esa legislación.
Marzo, dimes y diretes
En tanto, las campañas presidenciales subían de tono. El primero de marzo, Felipe Calderón Hinojosa admitió no haber avanzado en las preferencias electorales y dijo que corregiría estrategias.
A su vez, Roberto Madrazo, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), aseguró que ya había rebasado en las encuestas a Calderón y, según él, se aprestaba a empatar a López Obrador. Y en una muestra de lo que sería después una auténtica guerra sucia contra el candidato de la coalición Por el Bien de Todos, el panista Germán Martínez Cázares solicitó al Instituto Federal Electoral (IFE) una investigación sobre la presunta participación de funcionarios del gobierno del presidente venezolano, Hugo Chávez, en la campaña del perredista.
El miércoles 15 de marzo, el ex jefe del gobierno capitalino se lanzó contra Fox: ''¡Cállese, ciudadano presidente, ya no ande gritando como chachalaca!'' Esa frase sería ampliamente utilizada por sus contrincantes políticos, así como comentaristas y escritores de artículos, con la intención de diezmar sus preferencias electorales.
Abril, el linchamiento
En este mes las campañas políticas entraron en una dinámica de golpeteo severo. Desde Los Pinos y el cuartel panista se intensificó la oleada de vituperios y ataques contra López Obrador, y se mostró la cada vez más abierta posición de Vicente Fox en favor de Calderón Hinojosa.
El 3 de abril, la SCJN ratificó la suspensión concedida a la Cámara de Diputados, la cual prohibió a Fox Quesada emitir mensajes publicitarios sin una leyenda que especificara que los fondos de los proyectos habían sido aprobados por el Congreso, y se le pidió no promover en los mismos su imagen personal.
Del mismo modo, y con el papel protagónico que jugó a lo largo de este año, el día 6 la Corte negó el amparo solicitado por seis ciudadanos vascos en contra de su extradición a España para enfrentar cargos por actividades asociadas al terrorismo.
El narcotráfico siguió en su febril accionar. El día 12 fue decomisado en Ciudad del Carmen, Campeche, un avión que transportaba 5.5 toneladas de cocaína y se descubrió que dos de los pilotos laboraban en la Comisión Nacional de Agua (Conagua). Asimismo, el jueves 20, las cabezas de un comandante y de un policía preventivo de Acapulco aparecieron clavadas en una reja metálica que circunda una oficina administrativa de ese puerto.
Y en el ámbito de las campañas políticas, La Jornada reveló el miércoles 19 que Diego Heriberto Zavala Gómez del Campo, cuñado de Felipe Calderón Hinojosa y director de la empresa de software Hildebrando SA, tenía entre sus clientes al IFE. El panista michoacano había dicho días antes que ya había logrado un ''empate técnico'' con López Obrador.
Además, el martes 25 se realizó el primer debate entre los aspirantes presidenciales, al cual no acudió Andrés Manuel López Obrador.
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