Julio Hernández López
El presente año será recordado por el fraude electoral y por los preparativos para instalar en México un neofranquismo. Esos dos elementos (el aplastamiento de una esperanza popular en los cambios pacíficos y la instalación de un poder ilegítimo asentado en las armas) determinarán el futuro nacional. Desde ahora es posible ver la división social, la discriminación, el racismo y la anulación de la política y sus vertientes partidistas y electorales, todo ello como adelanto de los años amargos que podrían derivarse del cierre de filas que este año hicieron los máximos intereses económicos y políticos para impedir que una opción de tenue reformismo social llegara a la Presidencia del país.
Hay un símil aldeano con el 1984 de Orwell en este 2006 en que, a base de percepciones e imposición de neoverdades, construyeron su realidad política y electoral las principales televisoras, los empresarios anunciantes, los encuestadores a modo (muchos de ellos luego premiados con cargos públicos en el gobierno derivado de sus fraudes de opinión), los mapaches clásicos y su vertiente cibernética.
El futuro inmediato pinta gris y negro, cual uniforme de la nueva fuerza gobernante, la Policía Federal Preventiva cuyas siglas son PeFe(li)Pe. La propaganda televisada y la policía militarizada parecen pinzas que van estrangulando la oposición, la disidencia, el raciocinio y la inteligencia. Pero uno de los logros importantes de este año es el desarrollo y sostenimiento de un movimiento social de resistencia que, a pesar de su raíz electoral y de estar sujeto a tendencias caudillistas, y a una clase política perredista altamente desconfiable, ha logrado persistir en la denuncia del antes mencionado fraude electoral, y podría estar en condiciones, el año venidero, de enfrentar las pretensiones felipistas de realizar, con el apoyo legislativo del PRI, las reformas "estratégicas" que consoliden el control de los capitales nacional y extranjero en el país.
La supervivencia de ese movimiento, al que se quiso exterminar mediante brutales campañas propagandísticas de desacreditación, ha hecho que, a diferencia del salinismo, que consiguió "legitimarse" mediante concertaciones políticas, el calderonismo no encuentre mejor recurso que las fuerzas armadas. Irónicamente (al menos para el punto de vista de quienes acusaron al lopezobradorismo de violento y rupturista), los agraviados se han mantenido en el estricto cauce de la protesta política y pacífica, mientras los ofensores han debido persistir en la violación institucional, la trasgresión legal, el abuso y la amenaza cada día cumplida de gobernar con mano militar.
No será un choque de trenes, pero 2007 será el año de las definiciones. La ruta de represión que ha escogido el nuevo gobierno encontrará en el camino una resistencia que si no afina proyectos y sigue atenida a los valores (y los errores) personales de su líder podría ser barrida históricamente y permitir la instauración de una larga noche derechista. Pero esa resistencia podrá evitar la consumación de los peores planes conservadores, no sólo a partir de sus propios méritos que estarían por verse, sino, en especial, a partir de los graves errores que un gobierno novato, sin espíritu popular ni nacional, irá cometiendo como ya lo ha hecho en sus primeros días de desastre. En ese plano de lucha entre un movimiento social incierto y un gobierno herido de ilegitimidad se definirá 2007 y muchos años más de la política nacional. De ello se hablará en su momento en esta columna que, por este año, felicita a sus lectores y se felicita a sí misma por haber vivido tan cruciales momentos de la historia patria.
Astillas
Desde semanas atrás se habla en Oaxaca del papel que estaría jugando Alejandro Barrita (un militar que ha sido director de la policía auxiliar, bancaria, industrial y comercial de la entidad) en la conformación y jefatura de una especie de escuadrón de la muerte que estaría detrás de secuestros y torturas "extraoficiales". Al amparo del poder zombi de Ulises Ruiz, Barrita habría organizado pandillas de ex policías, porros universitarios, agentes en activo y delincuentes sin credencial para cumplir tareas de "ajusticiamiento" clandestino. La más reciente de las incursiones de ese grupo secreto fue contra el vocero de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, Florentino López, el estudiante Pedro García García y el profesor Macario Otala, que ha sido dirigente de la sección 22 del SNTE. Fue precisamente el profesor Otala quien, según la nota del muy preciso y confiable corresponsal de La Jornada en Oaxaca, Octavio Vélez Ascencio, identificó entre sus captores al citado Barrita. El ambiente oscurecido en el que se mueve este grupo no es ajeno a la vigilancia de las fuerzas federales pues, según el reporte de los secuestrados y luego liberados, habrían sido llevados por los represores locales encabezados por Barrita a un campo militar en donde agentes federales les habrían interrogado y fichado para luego instruir que fuesen puestos en libertad (tramo procesal en el que los locales aprovecharon para dar otra golpiza a sus víctimas)... No ha de medirse una manifestación en defensa de la cultura por el número de participantes. Sin embargo, la de ayer fue concurrida y animada, y ello es una noticia buena. La comunidad cultural se ha movido en defensa del arte, la ciencia y la educación (y, en general, por el respeto a la diversidad y por la tolerancia) porque el gobierno federal pretende disminuir fondos públicos a esas tareas de inteligencia y espíritu, para dar más dinero a soldados y marinos que forman el verdadero sostén de la impugnada administración calderonista que con gran rapidez va pasando de la aspiración de ser considerada una administración fuerte a la realidad de ser un gobierno autoritario... Y, mientras este columnero le envía un abrazo sincero a Carlos Marín, compañero de las más dispares andanzas periodísticas, quien lamentablemente ha perdido a su esposa, ¡hasta el próximo 10 de enero (en Astillero y en la Otratele), deseando a todos los lectores una Feliz Navidad, un buen 2007 y que se mantenga viva y acrecentada la llama de la lucha por un México mejor!
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