Javier Flores
El beso es una de las expresiones de afecto más importantes entre las que puedan existir. Uno besa al padre, la madre, los hermanos, los amigos o los hijos. Se trata de un abrazo, de un contacto con los labios y de un profundo sentimiento que se transmite entre dos o más seres humanos. Es algo realmente hermoso. Entre los amantes, adquiere otras dimensiones, pues no encuentra límites corporales ni de ningún otro tipo. La pasión está guiada por los besos... que son agua, aire, tierra y fuego. Bésame, bésame mucho.
Pero como siempre sucede con todo lo bello, aparece algo que se le opone. Algunos ven en el beso, más que una manifestación de amor, una fuente de contagio. ¡Mentecatos! En esta época en la que hay brotes epidémicos de influenza, o sea de gripe, una de las recomendaciones que se hacen desde los sistemas de salud, es evitar los besos, es decir, se pide rehuir todo contacto físico.
Yo me imagino un encuentro con el padre o la madre después de varios años de no verlos, ¿cómo no abrazarlos y besarlos? ¿Acaso habrá que portar una escafandra y a lo lejos decirles con una mano enguantada, chao? O al ser amado que tiene gripe, ¿cómo no abrazarlo y besarlo, darle un té, su medicina, arroparlo, y si se puede, hacer el amor?
Es evidente que aquí hay un problema. Yo estoy de acuerdo en que el beso debe tener un sentido. Por ejemplo, el saludo se ha convertido en algunos medios en algo estereotipado. Hay besos falsos en los que no hay contacto físico, sino un chasquido al aire, que para algunos sería algo muy saludable. Los europeos saludan con doble beso, es decir, con doble riesgo. La solución es muy sencilla: Uno besa de a de veras a la gente que uno quiere besar, siempre y cuando ellos también lo quieran. Y se acabó la historia.
Pero hay aquí muchos mitos. La gripe no se origina necesariamente de los besos. Para alejarse de la influenza en esta época, lo primero que hay que hacer es tomar medidas preventivas. Se requiere evitar el enfriamiento. Usar ropa apropiada, "taparse el pechito" como aconsejan las abuelas. La vacuna es muy recomendable. Es importante tener una buena alimentación y extremar las medidas de higiene, como lavarse las manos y la cara más de una vez en el día. Las personas que tienen gripe, deben evitar ir a trabajar y asistir a lugares públicos. El contacto físico, como en todas las enfermedades virales, si es una fuente de contagio.
Parecería una contradicción con todo lo que se ha dicho, pero no lo es. Pongamos un ejemplo. Si uno saluda de beso a una persona que usa mucho perfume, la ropa, el pelo y las manos quedan impregnadas, queda una huella. Oliendo así, uno se encuentra en problemas, al grado de que a veces no lo dejan entrar ni a la propia casa. En el caso de la influenza, los síntomas inmediatos son muy claros: Picazón en la nariz, ardor en los ojos, comezón en el paladar y uno que otro estornudo. La solución es muy simple, lavarse la cara y la nariz, ponerse unas gotas antisépticas en los ojos, tomar dos aspirinas y listo. Es menos grave que lo del perfume.
martes, enero 02, 2007
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