Cómo si no tuviéramos ya suficientes atentados a nuestro hígado con la prensa vendida, La Jornada, el único periódico que nos da un respiro y nos mantiene informados, nos receta de vez en cuando una píldora venenosa, no sé si lo hace para que veamos la realidad fuera de su diario o sí quiere mostrar pluralidad, o qué pretende cuando le publica a Enrique Calderón A. miembro de la Fundación Rosenblueth un semillero de tecnócratas aliados al gobierno desde 1988. Veamos el veneno y la desinformación de este señor:
Enrique Calderón A.
El nuevo reto para la izquierda
Mucha atención al título del artículo.
Luego de obtener más de 15 millones de votos y de estar a un paso de ganar las elecciones, como resultado de una estrategia exitosa de propaganda, estimulada por los desaciertos de Vicente Fox, Andrés Manuel López Obrador optó de manera incomprensible por una estrategia que bien podría calificarse de suicidio político, por lo predecible de sus resultados. La única explicación posible pareciera ser lograr un sueño incumplido, de pasar un tiempo en la cárcel para egresar luego como un héroe, esta vez imbatible. Lejos de ello, su mayor logro ha sido el convertirse en un personaje de opereta para sus enemigos o una interrogante para sus menguados seguidores.
Este individuo pretende hacernos creer que los más de 15 millones de votos que ganó López Obrador fue el resultado de una "estrategia exitosa de propaganda", pasándose por el arco del triunfo su calificación de 2º mejor alcalde del mundo, lo que hizo en el D. F., su trayectoria como luchador social, su honestidad, sus giras por toda la república y su cercanía con el pueblo. Para él los millones que han aclamado a López Obrador en el Zócalo después de la elección es un efecto de la "propaganda" (mejor sería decir: a pesar de la mala propaganda que le hicieron los medios) y del fraude ni palabra. Cabría que nos explicara primero en qué cree que consiste la estrategia de López Obrador que según él es un "suicidio político" y de ¿dónde saca que quiere que lo metan a la cárcel? ¿sabrá que es eso lo que planea el gobierno? ¿qué autoridad tiene para sentirse profeta, y de los resultados de cuál estrategia?
El tal Calderón (tenía que ser homónimo de un pelele) se ventanea al decir que sus enemigos lo ven como un personaje de opereta, ya que se nota, por su decir, que él mismo se cuenta entre ellos (opereta la de los operativos contra el narco y el disfraz de Fidel Castro de su tocayo); con lo que respecta a la "interrogante" nuevamente vuelve a ser para él, porque los seguidores tenemos muy claro el camino y en ello estamos trabajando aunque él, víctima del cerco informativo y de su incomprensible desinformación al pretender opinar, no se percate.
Esto podría no tener hoy importancia, pero la tiene y mucha, porque luego de más de 20 años de políticas entreguistas, y en particular de los recientes seis, caracterizados por la sinrazón y la demagogia, el país no está para seguir sumido en el estancamiento económico, observando sólo cómo sus recursos naturales son dilapidados, mientras la pobreza y el desempleo se acentúan a la par del deterioro de la educación y la calidad de vida.
Ahora pretende hacernos creer que es un hombre de izquierda preocupado por las políticas entreguistas, por el estancamiento económico, la pobreza, el desempleo, la educación y la calidad de vida. ¡Já! Estos tipos son infiltrados, casi lo mismo que los provocadores que infiltra la derecha en las manifestaciones nada más que a nivel "intelectual".
México necesita hoy, como ha necesitado durante tres décadas, de un contrapeso creciente de la izquierda, formado por hombres y mujeres comprometidos con la justicia social, con la soberanía nacional, con el manejo responsable de nuestro patrimonio, con una actividad orientada a mejorar los niveles de producción y de distribución del ingreso.
Mira, descubriendo el hilo negro para asentar premisas que concluyen en estupideces con la intención de golpear a López Obrador.
Durante todos estos años de lucha, la izquierda se fortaleció, se acercó y se fusionó con el pueblo, con sus frustraciones y esperanzas; de ser un conjunto de pequeños grupos dispersos y enfrentados, se pasó a ser una fuerza política capaz de gobernar, y gobernar bien, en varios estados de la República. Aún sin llegar a la Presidencia, hacía escuchar su voz, y en muchos casos a detener el saqueo y muchas de las malas acciones de gobierno.
¿Cómo en que casos? ¿Gobernar bien como Lazarito en Michoacán cuajado de narcos, o como Zeferino en Guerrero que está por el estilo o como en el Distrito Federal con López Obrador y Encinas en donde se alcanzó la mayor inversión, el menor techo de endeudamiento y la mejor administración que ha habido en la capital? Porque si a esas vamos es López Obrador el principal actor de la fortaleza de la izquierda y quien conjuntó a los grupos dispersos en la Coalición por el bien de todos, ¿o no?
Con defectos y deficiencias, la izquierda ganó espacios y experiencia, respeto de muchos antiguos detractores, pero también atrajo a quienes vieron en ella la posibilidad de usarla para sus intereses personales, la vieja historia de siempre en los mandos del quehacer político.
De acuerdo, entre estos últimos se encuentra el tal Calderón, sólo que su mando es muy mediocre.
Hace poco más de un año escribí un artículo que titulé "Un buen candidato, pero un pésimo presidente", en referencia a López Obrador; tenía razones para ello, lo había visto de cerca, sabía de su comportamiento autoritario, de su inclinación a rodearse de ayudantes que no le hagan sombra, de su pragmatismo y su escasa visión de largo plazo, pero sobre todo de su falta de compromiso con la izquierda.
Recuerdo el pésimo artículo, en el cual a leguas se veía la incorporación de su autor a las fuerzas que querían destruir al candidato para que no llegara a la presidencia. Sus "razones" se contraponen a los testimonios de otros que han trabajado con él (Encinas, Sheinbaum, Ibarra, Ebrard, Batres, Cota...) con mucha más credibilidad y cercanía que este tipo que no sé por dónde tuvo cercanía con AMLO (como no haya sido vía los Chuchos o de Cárdenas, ¡guau que fuentes!) y que para nada lo contemplan como autoritario, esa rasgo de personalidad que le atribuyen forma parte de la estrategia que usó la derecha para desacreditarlo, la cual llegó al punto de compararlo con un Chávez caricaturizado; tan no se rodea de ayudantes que no le hagan sombra que dentro de ellos estuvo Alejandro Encinas quien tiene luz propia por su honesta forma de gobernar el D.F. y Ebrard que es ahora Jefe de Gobierno de la Ciudad de México; tan no tiene escasa visión de largo plazo que su Presidencia Legítima recorrerá 2,500 municipios en la República justo para hacer un trabajo de fondo que rescate al país del horror que este mismo señor describió en lineas anteriores; ahora que en cuanto a su falta de compromiso con la izquierda, ahí sí que se orinó muy lejos de la bacinica, si algo tiene AMLO es un compromiso de vida con los principios de la izquierda, que no es lo mismo que compromiso con los que se dicen "de izquierda" y luego traicionan sus principios y por ende al pueblo de México.
Hoy reconozco que me equivoqué. López Obrador no sólo sería un mal presidente, sino también un mal candidato, y no me refiero solamente a su capacidad para dilapidar su capital político, sino a la deteriorada imagen que ha logrado dar a la izquierda mexicana, que por lo demás pareciera haber quedado atrapada entre intereses poco claros y la desorientación generada por un liderazgo sin rumbo.
Lo que tendría que reconocer este mequetrefe de derecha disfrazado de izquierda es que su marco moral es inexistente, López Obrador no está por retener "capitales políticos" a costa de traicionar sus principios y al pueblo de México, está por trabajar por, con y para la gente; su imagen entre los verdaderos seguidores se agiganta cada vez más, una parte de los "dizque representantes de izquierda" podrá estar atrapada entre intereses poco claros y desorientada, pero hay otros que están muy claros y que siguen convencidos a un líder valioso y honesto como pocos ha tenido México.
El proceso parece llevarnos hoy a un desenlace impensable unos meses atrás, pero con él surge el nuevo reto para la izquierda mexicana, que debe empezar una nueva etapa, con más experiencia y autocrítica, más conocedora de la importancia de estar cerca del pueblo, de identificar sus preocupaciones y sus deseos, de rechazar y denunciar lo que es contrario a los intereses de México. De hacer a un lado a los arribistas, de estar consciente de los cambios económicos que han tenido lugar a escala mundial. ¿Podremos hacer frente a este reto?
Vuelve el tipejo este a querer embaucarnos con que se asume de izquierda y que ésta tiene un reto ¿no me diga? Qué no se ha enterado que estamos en la línea de una Nueva República ¿o esto también le parece de opereta? ¿por fin? ¿Le parece poca la importancia que le da AMLO a la cercanía con el pueblo cuando recorrerá 2,500 municipios? ¿No ha escuchado los discursos de AMLO en los que señala las preocupaciones y los deseos del pueblo, en los que rechaza y denuncia lo que es contrario a los intereses de México?
Ah, ya salió el tecnócrata neoliberal de derecha: el reto de la izquierda es "estar consciente de los cambios económicos que han tenido lugar a escala mundial", se refiere al neoliberalismo. Es bastante obvio. Sólo hay que ponerle al tanto que este sistema ya está en declive y mostrando su verdadero rostro el cual es más horrendo que el del mismísimo demonio, además de que huele a "azufre", así que los cambios van por otro lado. El reto de la izquierda es otro pero este pobre hombre no tiene las neuronas para entenderlo.
No veo porqué argumentos falsos, disertaciones contradictorias y proposiciones endebles tienen un lugar en La Jornada, para eso ya tendrá espacio en el Universal o en el Reforma ¿no chinguen?
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