Somos seres vibratorios. Todo es vibración, desde el pensamiento hasta su manifestación. Desde una sonrisa hasta una mentada. Desde el amor hasta el miedo. Desde el tiempo hasta el no tiempo.
Y también somos campos magnéticos, puntos de atracción. Atraemos hacia nosotros lo que estamos vibrando. Si nos sentimos bien, en paz, con entusiasmo, atraemos cosas que nos dan satisfacción. Si, por el contrario, andamos con malestares, miedos o preocupaciones, atraemos hacia nuestras vidas lo que no queremos que nos suceda.
Un país también es una vibración; según el estado de las cosas, es el destino manifiesto.
Hoy el país está vibrando muy bajo. Miedo, rencor, mentira, impunidad, injusticia, avaricia y demás estados depresivos atraen justo lo que están vibrando: Descontrol, desequilibrio, violencia, disputas, desánimo, caos, desencuentros, inmovilidad e inestabilidad general.
México necesita cambiar de vibración, elevarla a un Estado de Amor, Paz, Justicia, Esperanza, Hermandad, Justicia y Reconciliación.
En el camino que lleva el estado actual, no hay salida: Es jaque contra sí mismo. Autogol en términos populares.
Entender que mientras no se cambie la vibración desde la cabeza, los resultados no sólo no cambiarán, sino que irán empeorando.
Quizá era necesario llegar hasta este estado de peligrosa inmovilidad, a este golpe seco como se dice en el boxeo, para entender que el camino trazado es completamente erróneo.
Se ganó la Presidencia por el lado opuesto a la verdad, a través del miedo. Y la oscuridad no da crédito, cobra al contado. Y la factura es impagable. Eso ya es un hecho, y estamos viendo las consecuencias. Hoy la oscuridad no sólo tiene secuestrado al Ejecutivo, sino que ya lo emplazó a jaque. ¿Será jaque mate?
Depende: De continuar el mismo estado de las cosas, la vibración baja gobernando el país, a través del miedo, el chantaje y el pago de culpas; es mate. Si, por el contrario, por fin se entiende el error, se corrige y se eleva la vibración a estados altos, puede ser que se pueda dar la voltereta histórica.
El chinogate, los bombazos en Pemex, los arreglos en lo oscurito cada vez más evidentes y grotescos, el abandono de todo principio de política, la violencia, el chantaje del crimen organizado, de las televisoras, de los sindicatos, de los partidos políticos, de los empresarios, son sólo el resultado de la campaña del miedo.
No se puede propagar miedo como se hizo a través de los medios de comunicación y después creer que no habrá cosecha envenenada por lo que sembraste. Todo lo que está pasando es la factura de lo que se pidió. Y sí es impagable, dentro de la lógica actual.
Precisamente por ello hay que moverse de esa lógica elevando la vibración.
¿Cómo? Prendiendo la luz, hablando con la verdad, abriendo El Corazón, abandonando el disfraz de la soberbia, la mentira y el miedo que tanto daño han hecho al país desde hace décadas.
Todo es vibración. Hoy el Presidente tiene sólo una salida del jaque en el que está metido: Escuchar El Corazón.
El Corazón no es rencoroso, no juzga, no recrimina, siempre está abierto, dispuesto a transmutar cualquier situación, por más compleja que parezca.
Acercarse al conocimiento maya ayudaría mucho al Presidente en estos momentos críticos. El apocalipsis es el fin de un sistema de vida, no de la vida.
México es un Estado de Amor, cualquier otro estado es falso, por lo tanto daña su destino manifiesto.
Cambiar de vibración es la única opción, Señor Presidente.
Abra El Corazón.
Y también somos campos magnéticos, puntos de atracción. Atraemos hacia nosotros lo que estamos vibrando. Si nos sentimos bien, en paz, con entusiasmo, atraemos cosas que nos dan satisfacción. Si, por el contrario, andamos con malestares, miedos o preocupaciones, atraemos hacia nuestras vidas lo que no queremos que nos suceda.
Un país también es una vibración; según el estado de las cosas, es el destino manifiesto.
Hoy el país está vibrando muy bajo. Miedo, rencor, mentira, impunidad, injusticia, avaricia y demás estados depresivos atraen justo lo que están vibrando: Descontrol, desequilibrio, violencia, disputas, desánimo, caos, desencuentros, inmovilidad e inestabilidad general.
México necesita cambiar de vibración, elevarla a un Estado de Amor, Paz, Justicia, Esperanza, Hermandad, Justicia y Reconciliación.
En el camino que lleva el estado actual, no hay salida: Es jaque contra sí mismo. Autogol en términos populares.
Entender que mientras no se cambie la vibración desde la cabeza, los resultados no sólo no cambiarán, sino que irán empeorando.
Quizá era necesario llegar hasta este estado de peligrosa inmovilidad, a este golpe seco como se dice en el boxeo, para entender que el camino trazado es completamente erróneo.
Se ganó la Presidencia por el lado opuesto a la verdad, a través del miedo. Y la oscuridad no da crédito, cobra al contado. Y la factura es impagable. Eso ya es un hecho, y estamos viendo las consecuencias. Hoy la oscuridad no sólo tiene secuestrado al Ejecutivo, sino que ya lo emplazó a jaque. ¿Será jaque mate?
Depende: De continuar el mismo estado de las cosas, la vibración baja gobernando el país, a través del miedo, el chantaje y el pago de culpas; es mate. Si, por el contrario, por fin se entiende el error, se corrige y se eleva la vibración a estados altos, puede ser que se pueda dar la voltereta histórica.
El chinogate, los bombazos en Pemex, los arreglos en lo oscurito cada vez más evidentes y grotescos, el abandono de todo principio de política, la violencia, el chantaje del crimen organizado, de las televisoras, de los sindicatos, de los partidos políticos, de los empresarios, son sólo el resultado de la campaña del miedo.
No se puede propagar miedo como se hizo a través de los medios de comunicación y después creer que no habrá cosecha envenenada por lo que sembraste. Todo lo que está pasando es la factura de lo que se pidió. Y sí es impagable, dentro de la lógica actual.
Precisamente por ello hay que moverse de esa lógica elevando la vibración.
¿Cómo? Prendiendo la luz, hablando con la verdad, abriendo El Corazón, abandonando el disfraz de la soberbia, la mentira y el miedo que tanto daño han hecho al país desde hace décadas.
Todo es vibración. Hoy el Presidente tiene sólo una salida del jaque en el que está metido: Escuchar El Corazón.
El Corazón no es rencoroso, no juzga, no recrimina, siempre está abierto, dispuesto a transmutar cualquier situación, por más compleja que parezca.
Acercarse al conocimiento maya ayudaría mucho al Presidente en estos momentos críticos. El apocalipsis es el fin de un sistema de vida, no de la vida.
México es un Estado de Amor, cualquier otro estado es falso, por lo tanto daña su destino manifiesto.
Cambiar de vibración es la única opción, Señor Presidente.
Abra El Corazón.
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