sábado, septiembre 08, 2007

Zona de tolerancia

Gloria Muñoz Ramírez

Un movimiento de trabajadoras sexuales organizadas se opone a la construcción de una zona de tolerancia promovida en Apizaco, Tlaxcala, por el presidente municipal Reyes Ruiz Peña. Este proyecto, indican, “es violatorio de todo los derechos de los trabajadores y trabajadoras sexuales”, pues “disfraza” la explotación sexual encabezada por supuestos empresarios y profundiza el tráfico de todo tipo en un espacio propicio para la delincuencia.

Lo que pretende ser vendido como una zona “recreativa” para adultos es totalmente inaceptable para las trabajadoras sexuales pues, señalan, implica la protección del lenocinio, la explotación y la segregación.

El colectivo de mujeres en pro de sus derechos, integrante del Consejo Nacional Urbano y Campesino (CNUC), se define como un grupo de trabajadoras sexuales que “laboran de manera digna e independiente en la ciudad de Apizaco”. Es un grupo organizado que se pronuncia contra el trabajo sexual infantil y contra las drogas, el alcohol, el robo y los explotadores intermediarios de su trabajo; además de promover el uso del condón. Son, también, mujeres organizadas políticamente y adherentes a la otra campaña.

En la lucha por sus derechos, el colectivo de trabajadoras sexuales lleva a cabo una campaña contra la construcción de una zona de tolerancia en Apizaco y ha presentado planes alternos para ocupar los 17 mil metros cuadrados destinados al proyecto. Todo esto, denuncian, ha provocado una serie de descalificaciones, señalamientos, acosos e intimidaciones, encabezadas por el alcalde Reyes Ruiz.

En la pequeña casa que rentan para realizar su trabajo, hace poco fueron víctimas de un atropello protagonizado por 20 elementos de la policía municipal, quienes irrumpieron de forma violenta en ese lugar. Iban “vestidos de negro, con cascos tipo militar del mismo color, algunos de ellos con pasamontañas y la mayor parte con armas largas, a las cuales de manera constante les cortaban el cartucho y en todo momento apuntaban hacia las compañeras que ahí estábamos... tiraron al piso cuantas cosas encontraban a su paso, maltrataron y ofendieron a las compañeras y revisaron las pertenencias de las mismas”.

Posteriormente les sembraron drogas en algún sitio de la casa, paso previo a la incursión de elementos de la AFI, “quienes continuaron con el maltrato, las ofensas y la prohibición de comunicación telefónica” para, al final, subirlas violentamente a unas camionetas y trasladarlas al Ministerio Público Federal de Apizaco, de donde pudieron salir un día después “bajo las reservas de ley”, gracias a la presión ejercida por colectivos solidarios.

La reciente agresión no logró paralizar su lucha. El colectivo manifiesta que no tiene ningún vínculo con la venta, compra o consumo de enervante alguno, que desconocen el origen de lo que los policías señalaron como droga, así como de “los documentos que supuestamente encontraron en los cuartos contiguos”. Y, por último, reiteran su oposición a la construcción de una zona de tolerancia en Apizaco.

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