Rosa Rojas (Corresponsal)
El presidente boliviano y la lideresa de la Asamblea, Silvia Lazarte, muestran la nueva Constitución al pueblo reunido en la plaza Murillo Foto: Reuters
La Paz, 15 de diciembre. “Es un milagro, yo sentí que la Asamblea Constituyente ya estaba casi sepultada; los compañeros constituyentes son milagrosos al entregarnos hoy la nueva Constitución del país”, afirmó este sábado el presidente Evo Morales al recibir de la presidenta del foro fundacional, Silvia Lazarte, el legajo que contiene la Carta Magna aprobada esta semana por 164 asambleístas de 10 fuerzas políticas, de un total de 255 constituyentes.
La próxima batalla en el proceso de refundación de Bolivia, coincidieron Morales y Lazarte, será a partir de ahora contra los grupos oligárquicos que pretendieron infructuosamente abortar la Constituyente.
Ante una abigarrada multitud de miles de indígenas, campesinos, mineros, maestros, estudiantes, trabajadores organizados por gremios, cooperativistas proveniente de los nueve departamentos del país y formaciones de los diferentes cuerpos de las fuerzas armadas, el mandatario indicó que “algunos autonomistas separatistas están golpeando los cuarteles”, pero se declaró “segurísimo” de que “ningún miembro de las fuerzas armadas se va a prestar a esa clase de pedido de un autonomista que quiera división”.
A modo de advertencia comentó que “a estas alturas nadie se arriesgaría a acompañar a García Meza en Conchocoro”, en alusión al militar que en 1980 dio el último golpe de Estado del siglo XX en Bolivia, que lleva 15 años en esa cárcel de máxima seguridad por alzamiento armado y otros delitos.
Paralelamente, en sendas concentraciones en las capitales de los departamentos de Santa Cruz, Tarija y Beni (en el sur del país) y en Pando (norte), los gobiernos provinciales proclamaron sus respectivos estatutos autonómicos.
Si bien se había hablado antes de iniciar autonomías de facto, ahora dijeron que recogerán firmas para convocar a un referendo que legitime sus actos con una votación aprobatoria.
Sin embargo, el ministro de Gobierno, Alfredo Rada, aseveró que dichos estatutos son “separatistas”, en tanto que el viceministro de Coordinación Gubernamental, Héctor Arce, apuntó que en especial el de Santa Cruz propone “un Estado paralelo y casi independiente”, y que los miembros de la Asamblea Autonómica Provisional que los redactaron no fueron elegidos por voto popular.
Desde Santa Cruz, el prefecto Rubén Costas contestó por la tarde ante una multitud que “esto no es una advertencia; no es una bravuconada, que no se animen nunca a invadirnos, que no se animen nunca a militarizarnos”.
Ante las afirmaciones de Costas la gente respondía a gritos “no tenemos miedo, no tenemos miedo”. Ni miedo “ni temor, con la fe puesta en el derrotero que ya nos marcamos”, añadió Costas.
“Con el compromiso de este pueblo con su patria, de que no vamos a dejar ni hoy ni nunca que sinvergüenzas e impostores nos quieran seguir enfrentando entre hermanos bolivianos”, agregó.
Costas habló en una “fiesta” por la autonomía, con miles de gentes que enarbolaban banderas cruceñas al grito de “les guste o no les guste somos autónomos” y “no tenemos miedo, carajo”.
Entre los oradores estuvo el terrateniente y líder del Comité Cívico de Santa Cruz, Branco Marinkovic, que propuso: “Frente al comunismo propongamos democracia, frente al atropello respondamos con diálogo, frente al proyecto autoritario del Movimiento al Socialismo (partido de Morales) que beneficia a unos cuantos, propongamos autonomía para todos”.
En La Paz, desde temprana hora empezaron a darse cita en la plaza Murillo tanto los integrantes de los movimientos populares como los contingentes militares. Al filo de las 11 horas llegó Morales con su gabinete en uno de los contingentes de la marcha y luego de instalarse en el palco de honor, al que acudieron también integrantes del cuerpo diplomático acreditado en Bolivia, presenciaron el desfile militar popular que duró unas cuatro horas.
Posteriormente vinieron los discursos de Adolfo Chávez, de la Confederación de Pueblos Indios del Oriente Boliviano; Wilson Changaray, de la Asamblea del Pueblo Guaraní; Saúl Ávalos, constituyente de Santa Cruz; Silvia Lazarte, el vicepresidente Alvaro García Linera y Morales.
Después estalló la fiesta y el baile con grupos musicales originarios, tanto dentro del palacio Quemado como en la plaza.
Ni ética ni moral
Todos los oradores resaltaron entre los contenidos de la nueva Constitución la inclusión de todos los pueblos originarios y las autonomías indígenas y departamentales, y la “mentira” de que la Carta Magna iba a acabar con la propiedad y la educación privadas, la religión y la herencia.
Morales criticó a los constituyentes del derechista partido Poder Democrático y Social, que “ni siquiera presentaron una propuesta de Constitución por minoría, que sólo querían que cerrara la Asamblea Constituyente”.
“Si tienen ética, si tienen moral, bueno sería que devuelvan la plata (de sus sueldos) al Estado de Bolivia”, porque “estos caballeros han estado más de un año como constituyentes y no aportaron, sólo ganaron”.
Enfatizó que autonomía no es división, separación ni descuartizamiento de las instituciones y “menos de las fuerzas armadas”.
Esta nueva Constitución –que deberá ser ratificada en referendo– garantiza la descolonización del país y permite que no haya grupos que impongan intereses externos a Bolivia, enfatizó.
“Esta transformación profunda, democrática, pacífica y cultural es imparable; no la van a parar los terratenientes”, dijo Morales.
Chávez y Changaray coincidieron en que éste es un momento histórico para los pueblos indígenas, ya que por primera vez se plasman en un texto fundamental sus demandas históricas.
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