Columna: Editorialín
Subida Express
Suerte te dé Dios.
por Eddy Torzón
La llegada de Juan Camilo Mouriño a la Secretaría de Gobernación del gobierno espurio tiene todas las marcas de la casa: ignorancia, arrogancia, mezquindad e insolencia.
Ignorante de las mayores necesidades del país que lo mantiene, en copia fiel de su líder y jefe, Camilo Mouriño fue impuesto a troche y moche, sin merecimiento alguno que lo justificara. Sólo su servilismo a la pandilla rufianesca que se adueñó del poder en México, para desbaratar el país y rematarlo a precio de ganga a fuerzas trasnacionales ávidas de sus riquezas naturales. Obviamente, ningún mexicano está incluído, especialmente si no estudió en el extranjero o no sabe hacer fortuna al amparo del poder.
En sólo 10 años de su arribo a México salido de su universidad en la Florida, Camilo Mouriño desarrolló una carrera meteórica que lo tiene en los umbrales de otra usurpación tan cuestionada como la que lo situó en el poder. A otros mexicanos les lleva toda una vida escalar las difíciles alturas del servicio público o el quehacer político. A Mouriño sólo le tomó una espalda para subir: la de Calderón, oportuna y convenientemente doblada por el dinero del papá Mouriño, llegado en busca de fortuna que México le entregó a manos llenas..
Envidiable bólido político, Mouriño sólo utilizó el dinero familiar para comprar, como en el cine, su entrada a la usurpación, que le permite acelerar la entrega de México a las trasnacionales, empezando por las del país de sus mayores, el Reino de España.
Como bien cantan en el reino de los cielos: "Suerte te dé Dios, hijo mío, que lo demás poco te importa"..
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario