¿Derechos Humanos? ¡Que tontería!
MEXICO, D.F., 31 de diciembre (apro).- La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) dejó pasar, inexplicablemente, casi medio año para emitir una recomendación al gobierno de Guanajuato por el anticonstitucional e insolente comportamiento del gobernador formal Juan Manuel Oliva y su empleado Gerardo Mosqueda Martínez, quienes actúan al mismo modo del poblano Mario Marín.Se trata de un caso que no debe pasar desapercibido, porque retrata el comportamiento autoritario de autoridades surgidas del Partido Acción Nacional (PAN), a las que les resulta deleznable el escrutinio ciudadano. Es una perla que se debe conocer, además, porque de ese mismo material está hecho Felipe Calderón, quien ha antepuesto su militarismo a la vigencia de los derechos humanos.Resulta que, este 21 de diciembre, el presidente de la CNDH, José Luis Soberanes, emitió la recomendación 70/2007 dirigida al gobernador panista Juan Manuel Oliva, derivada del desacato de Mosqueda Martínez, secretario general de gobierno de Guanajuato, quien se negó a ofrecer disculpas a Enrique Gómez Orozco y Arnoldo Cuéllar, directores de los diarios “A.M.”, de León, y “Correo”, de Guanajuato capital, a quienes injurió y difamó en un discurso que pronunció ante funcionarios federales y estatales el 11 de mayo pasado.En la recomendación, Soberanes pidió a Oliva que ordene a Mosqueda a que se conduzca con reserva y moderación, y que, en lo sucesivo, evite cometer “actos que tiendan a afectar la libertad de expresión, así como el honor, imagen y prestigio de personas”, y los instruya a que ofrezca “disculpas públicas inequívocas” y por escrito a Gómez Orozco y Cuéllar Ornelas. Los 11 días que la CNDH dio al gobernador vencen la primera semana del nuevo año y podrá acreditarse si, como ha sido reiterado en este caso, aparece una mínima sensibilidad de la ultraderecha panista o si, como ha ocurrido desde el principio, se impone la insolencia y le queda claro, por ejemplo a los directores de esos periódicos, que Oliva y Mosqueda gozan de toda la protección de Felipe Calderón, quien les paga por el voluminoso acarreo de votos en la elección de 2006.Sobre el caso aquí se escribió desde mayo, cuando Mosqueda pronunció el discurso que dio origen al caso, y después cuando la CNDH emitió una “propuesta de conciliación”, que consistía en que ese funcionario –priista confeso y ahora en vías de convertirse al PAN—ofreciera disculpas a los dos directores. El 23 de junio, aquí se escribió:“Pero, en vez de dar cumplimiento a lo dispuesto por la CNDH, Mosqueda Martínez se regodea de su impunidad: el sábado 21 de junio, citó a una larga conferencia de prensa para ufanarse que su cuenta de correo electrónico ‘se me ha saturado’ con felicitaciones, impartidas también mediante llamadas telefónicas –‘decenas, a lo mejor centenas’--, además de la solidaridad de la clase política, de medios de comunicación –‘tanto electrónicos como impreso’--, de empresarios y aun ‘del mundo académico’.“En la conferencia, Mosqueda dijo haber recibido la atención ‘de sacerdotes de distintas diócesis del estado, de empresarios en cantidades considerables, porque he tenido amablemente la invitación para compartir cuatro o cinco comidas de grupos nutridos de empresarios, que me han hecho el favor de expresarme su solidaridad con un servidor, en el marco de esta, digamos, situación que se dio entre los discursos del 2 de mayo y el discurso del 11 de mayo’.“Megalómano, Mosqueda se describió como una estrella en el firmamento político del planeta. Pero del acatamiento a la disposición de la CNDH, nada. Ni siquiera al final de su larga perorata, una perla discursiva en tercera persona, cumplió: ‘Ofrezco disculpas a los directores de todos los medios, al gobernador del estado y ofrezco disculpas a los miembros de gabinete a donde pertenezco para servir a este estado, y ofrezco disculpas a cada uno de los funcionarios que dependen de la estructura del secretario de Gobierno y que amabilísimamente han seguido solidarios conmigo permanentemente, y ofrezco disculpas a mis cinco hijas y a mi esposa que también han seguido y han leído sistemáticamente todo lo que aquí se ha dicho.’“Y todavía alardeó: ‘Con esto cumplo, puntual y con largueza, con generosidad, la recomendación de ofrecer disculpas. Ofrezco disculpas en los términos que han escuchado y con eso para mí queda concluido mi cumplimiento por plena convicción en la que no dejo de afirmar que no hay ni recomendación ni propuesta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos que tenga carácter vinculante, no obstante que no exista ese carácter, voy a poner por delante mi pleno y absoluto respeto a la institución de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, el trabajo del quinto visitador Mauricio Farah, al trabajo del presidente de la Comisión de Derechos Humanos y, por supuesto, al trabajo de Gerardo Mosqueda en su carácter de secretario de Gobierno.’“Por último, Mosqueda repartió un cuadernillo –‘del cual doy razón y fe (sic)’--con notas periodísticas sobre el caso que, salvo mejor opinión de los lectores, es un insolente desacato a la ‘propuesta de conciliación’ de la CNDH. Y además porque, hasta la noche de este lunes 23, tampoco había sido recibida por los directores de los dos diarios la carta que la CNDH ordenó a Mosqueda enviarles.“En la conducta de Mosqueda no debe pasar desapercibido un dato, que lo pinta como lo que es: un prominente mando de la Organización Nacional del Yunque, en el que milita bajo el seudónimo de Veckemans, que en Guanajuato domina todos los ámbitos de la visa social.“Y otro dato para quienes no ponen atención en ese estado: apenas registradas los actos de sabotaje en instalaciones de Pemex en Guanajuato, el 11 de julio, atribuidos al Ejército Popular Revolucionario (EPR), Mosqueda vinculó a este grupo con perredistas del estado, igual que su cofrade Jorge Dávila, presidente del PAN en León.“La CNDH, entonces, no puede convalidar la burla y el desafío de Mosqueda. Habrá que esperar.”Y sí, hubo que esperar casi medio año para que la CNDH resolviera qué hacer y, como no le quedaba de otra, emitió una recomendación que, seguramente, no será aceptada por el gobierno panista de Guanajuato, que se sabe tan impune como el gobernador de Puebla, el priista Mario Marín.Después de la exoneración de Marín por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el caso de la violación de los derechos humanos de la periodista Lydia Cacho, difamar e insultar a los directores de dos diarios es un asunto menor, que los propios afectados deberían entender.¿Derechos humanos de los periodistas? ¿En Guanajuato? ¡Qué tontería!¿Calderón o su empleado en el PAN, Germán Martínez, harán algo ante la arbitrariedad de sus socios de El Yunque en Guanajuato? ¡Otra tontería!.
Comentarios: delgado@proceso.com.mx
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