Entrevista a la periodista Laura Castellanos
Mario Casasús
El Clarín de Chile
Laura Castellanos ha documentado los movimientos guerrilleros de 1943 a 1981 en su libro México armado (Ediciones Era, 2007) un trabajo minucioso de 380 páginas con fotografías inéditas, mapas y la referencia de 80 citas en la bibliografía, pero sobre todo el rescate de la palabra viva en voz de los sobrevivientes.
Con una trayectoria en el periodismo nacional, que incluye su paso por La Jornada, El Universal, Reforma, Radio Bilingüe y actualmente en la revista Gatopardo (donde Laura publicará una extensa entrevista y fotorreportaje con el Subcomandante Marcos; en la edición enero de 2008). La periodista e investigadora conversa con la confianza de tener un dominio absoluto del tema, recita fragmentos completos de su libro, fechas exactas y anécdotas increíbles. Desde que Carlos Montemayor escribió Guerra en el paraíso (1991) y Las balas del alba (2003) no había leído un trabajo con semejante fluidez y perfeccionamiento del lenguaje sobre las guerrillas en México.
En entrevista exclusiva para El Clarín.cl Laura Castellanos hace un análisis de los antecedentes históricos de los movimientos políticos guerrilleros. Hablamos de la importancia de: Fidel, Che Guevara y “los barbudos” y cómo un exiliado de la Guerra civil española, Alberto Bayo, los asesoró en México; del líder campesino Rubén Jaramillo y su compadre el ex presidente Lázaro Cárdenas; de Lucio Cabañas y otro asesor republicano en el exilio, Antonio Palós; hasta llegar al 1ero de enero de 1994 y la coherencia ética del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
MC.-En tu libro México armado (Era, 2007) registras a 30 grupos guerrilleros entre 1943 a 1981, tres corresponden a las zonas de pobreza extrema del país ¿Por qué sólo Rubén Jaramillo, Lucio Cabañas y el EZLN han trascendido a su tiempo?
LC.- Los movimientos armados inicialmente surgen del campo, luego hay una fase de guerrilla urbana en la década de 1970 y finalmente la lucha regresa al campo. Se puede decir que el EPR (Ejército Popular Revolucionario) fue alimentado por la simiente –efectivamente- del Partido de los Pobres (de Lucio Cabañas) y también por Unión del Pueblo, entonces se reivindica a un Comando Jaramillista de una de estas organizaciones que actualmente está en actividad. Lo interesante es que las condiciones en el campo se han agudizado, yo pienso que mi libro recoge: ¿qué pasó después de la revolución de 1910? desafortunadamente la tierra –que la hubo-, la corrupción, la creación de instituciones corporativas y la cerrazón política hicieron que no hubiera el reparto agrario y que una nueva generación de ex revolucionarios, ex generales, ex gobernadores se quedaran con la posesión de la tierra. Entonces, las condiciones de lucha por las que se alzó Jaramillo y el espíritu del Plan de Ayala son retomados por el EZLN, porque la lucha no ha perdido vigencia.
MC.-Después del asesinato de Rubén Jaramillo se produce una sobreideologización a partir del estallido revolucionario en Cuba, en tu libro mencionas que Lázaro Cárdenas presenta al joven Fidel Castro con Jaramillo, ambos vivieron en Morelos –mi tierra natal-, Fidel en Cuautla y Jaramillo en Tlaquiltenango. Haciendo a un lado lo anecdótico ¿Cómo se impregna la ideología marxista en los movimientos post Jaramillo?
LC.- Rubén Jaramillo nunca se asumió como militante comunista –bueno sólo un año- él tuvo un acercamiento muy entrañable con Lázaro Cárdenas que le presentó la lucha del pueblo cubano; la ideologización de la siguiente generación tiene que ver no únicamente con la revolución cubana. La generación inmediata de Jaramillo, la de Chihuahua de mediados de los 60 sí escuchaba las transmisiones del Che Guevara en Radio Rebelde; pero la generación posterior que toma las armas en las ciudades, rompe con la idea de hacer la revolución a partir de una influencia de la experiencia cubana, sino con la idea vía Sudamérica, con el Manual del guerrillero de Carlos Marighela: el campesino ya no será el factor revolucionario sino los universitarios y los maestros como punta de lanza de la revolución. En el marco del bloqueo a Cuba y en plena guerra fría comienzan a llegar pocos materiales a los círculos politizados de las normales rurales, de las universidades, de las juventudes comunistas, así que ellos crean su propia filosofía revolucionaria, como fue el caso de la Liga Comunista 23 de septiembre.
MC.- ¿Es sólo un simbolismo que tanto Lucio Cabañas como Fidel y Che Guevara fueran asesorados logísticamente por republicanos españoles exiliados en México?
LC.- Yo no tengo información de que Lucio Cabañas haya sido asesorado por un republicano español, ¿tú la tienes?
MC.-Luis Hernández Navarro –Coordinador de opinión de La Jornada- me escribió un e-mail como preámbulo de una entrevista que haremos sobre su libro Sentido contrario (2007) para Clarín.cl cito: “el doctor Antonio Palós, un exilado republicano, coronel, con estudios en la Unión Soviética, le proporcionó a Lucio Cabañas sus primeras armas; Palós emigró a Venezuela en 1974”…
LC.- Lucio Cabañas se desenvolvía en espacios propios de un círculo ilustrado del exilio y su punto de encuentro es el Movimiento de Liberación Nacional cuyo eje fue Lázaro Cárdenas, seguramente por ahí llegó el contacto, no lo sé. Pero lo interesante con Lucio es que se hizo en el camino. Yo cito a Adriana Meza Velarde que en una investigación de 8 años, lo que encontró en Lucio Cabañas fue una coincidencia histórica con el maoísmo, es decir, la estrategia de ‘hacerse pueblo’, el maoísmo lo veían como una coincidencia y no una influencia directa; precisamente por el origen campesino y por el trabajo en las normales para profesores rurales, a diferencia de Genaro Vázquez que él no se forma en una normal rural sino en la Escuela Nacional de maestros que tiene otra historia y lo hace conformar otro tipo de organización armada.
MC.-El asesinato de Lucio Cabañas es recreado en la novela de Carlos Montemayor, Guerra en el paraíso (1991). No hará falta formular una pregunta al respecto del asesino Rubén Figueroa Figueroa pionero y oligarca del transporte público del pacifico mexicano al DF; su hijo el ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer autor intelectual de la matanza de Aguas Blancas (1995) y el nieto Rubén Figueroa Smutny que en la pasada legislatura (2004-2007) presidió la Comisión de transporte público de la Cámara de Diputados…
LC.- Lo que tú estás diciendo resume muy bien el cacicazgo de familias en regiones tan pobres como el Estado de Guerrero y es uno de los factores de cómo la violencia institucional genera la violencia popular; la violencia institucional no es únicamente que se ejerza el uso de la fuerza policial o paramilitar, sino, violencia institucional es orillar a vivir en la marginación y en la pobreza a la población de las zonas rurales y conurbanas, es negarles los accesos básicos y todo porque este tipo de cacicazgos regionales –como la línea de la familia Figueroa- se han consolidado a través de la corrupción de los gobiernos en turno.
MC.- al año 2004 el EZLN lo llamó “20 y 10” ¿Crees que hubo un homenaje implícito en la suma de “20 y 10”, a 30 años del asesinato de Lucio Cabañas? si la guerrilla le respetó la vida al senador Rubén Figueroa cuando lo tenía secuestrado (1974) y el EZLN cumplió su palabra de entregar con vida al ex gobernador Absalón Castellanos luego del secuestro (1994) ¿En el EZLN hay una continuidad ética aprendida de Lucio Cabañas?
LC.- Se respeta la vida de Absalón y de Figueroa –efectivamente- pero hay que entender que son diferentes los dos casos, Rubén Figueroa tiene varios días secuestrado en la sierra con un grupo de Lucio Cabañas (del 30 de mayo al 8 de septiembre de 1974). Después de más de 3 meses de cautiverio, Figueroa niega que existieran instrucciones por parte de Lucio de respetarle la vida, Figueroa insistió en que la instrucción fue que se le matase. Y está la versión contraria en donde Lucio dijo que se le tenía que respetar la vida a Figueroa. Lucio lo cuidó muchísimo, particularmente en su guerrilla Lucio Cabañas habló del respeto de los derechos humanos. En el caso del EZLN a Absalón Castellanos -después de pasar 45 días de rehén- lo regresan con vida a la Cruz Roja Internacional en Chiapas, de la misma manera actuó Lucio, como gesto humanitario y para marcar una diferencia con ellos –Figueroa y Absalón- que no tuvieron como gobernadores al ejercer la violencia con impunidad.
MC.- En el prólogo de tu libro insistes en no utilizar fuentes y documentos militares (archivos públicos desde 2002), una vez en Cuernavaca yo comentaba con Javier Sicilia del peligro que representó al EZLN el libro de Carlos Tello Díaz (La rebelión de las Cañadas; 1995) ¿Qué lección te dejó el libro de Tello Díaz?
LC.- Mira, a mí me parece que debe haber una responsabilidad periodística, yo no pretendí hacer un libro policíaco ni un registro del aparato de inteligencia militar como Tello Díaz. En el caso de los documentos de la ‘Fiscalía Especial’ del gobierno de Fox, buena parte de esos documentos fueron obtenidos por medio de la tortura –en las décadas 60 y 70- y eso le da un sesgo poco fidedigno a la información, he visto material procesado a partir de esos archivos y no necesariamente es información real. Por un lado cuando iniciamos la investigación -con Alejandro Jiménez, Cristina Winkler, Edith Pérez Carbot y Juan Carlos Campuzano hace ya 10 años- quisimos acudir a las fuentes directas, porque queríamos registrar esta historia con una intención subjetiva y eso no quería decir que no fuera ética la investigación, porque en ningún momento se tergiversó la información. En el libro quedan los claroscuros; finalmente los dos únicos documentos oficiales que yo cito fueron proporcionados por los mismos familiares de los guerrilleros. Con los testimonios de los participantes y la información documental y hemerográfica cruzada ya no necesitaba más.
MC.- En Nicaragua está documentada la participación de combatientes internacionalistas ¿Tienes una línea de investigación sobre la participación de exiliados chilenos o argentinos en las guerrillas mexicanas?
LC.-No, ninguna, el caso en México es muy particular- después de Luis Echeverría ya teníamos casi todo el Siglo XX gobernado por el PRI- las guerrillas mexicanas no tuvieron ningún vínculo, a diferencia de las Sudamericanas donde sí hubo una interconexión por el contexto geográfico. En México sí admiraban por decir a los Tupamaros del Uruguay, sí se alimentaron del Manual del guerrillero del brasilero Carlos Marighela fue un documento básico, también de las tácticas militares del Che Guevara –Guerra de guerrillas-, pero no en este caso, la Liga Comunista 23 de septiembre fue la que más priorizó el estudio ideológico, ellos mismos crearon su propia filosofía y propaganda ideológica en su ‘Universidad Fábrica’. De manera individual menciono a un sudamericano, que más que venir en nombre de una organización, participó en la guerrilla a título personal, el venezolano Daniel Camejo Guanche y el salvadoreño Silvestre Marenco (pertenecieron a un grupo sofocado en su formación) pero antes de la época de los golpes de Estado en Sudamérica, son los días previos a la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS; Cuba, 1967). Hubo un peruano (en la Liga Comunista 23 de Septiembre) Miguel Morón Chiclayo, responsable de la clínica médica que se puso en una casa de seguridad por la zona de Aragón (DF), fue ejecutado en la cárcel de Lecumberri. Y una referencia aparte merece el guatemalteco José María Ortiz Vides que estuvo en la guerrilla de su país, estuvo en Vietnam y él es quien introduce a México el método de sabotaje por medio de explosivos, él enseña a Unión del Pueblo a utilizar los explosivos y quedan marcados al punto que el EPR todavía recurre al sabotaje, lo hemos visto –en 2007- contra los oleoductos de PEMEX.
MC.- ¿Qué piensas del doble estándar del gobierno de Luis Echeverría al recibir a los exiliados de Sudamérica, cuando al mismo tiempo mantenía una guerra sucia en México?
LC.- Me parece de una total hipocresía, porque Echeverría por un lado mostró una cara al exterior, pero al interior no quiso abrir los canales políticos, lo vimos el 2 de octubre de 1968 –cuando era Ministro del Interior- y ya como presidente de México el 10 de junio de 1971. Esos dos hechos hablan por sí mismos de lo que fue el PRI y Echeverría, con él quedó implantado que las instalaciones militares del país fueran utilizadas como cárceles clandestinas para los luchadores sociales o guerrilleros.
MC.- Finalmente, ¿Ya no es subversivo hablar de guerrilla y Revolución en los ‘mass media’? Te lo pregunto porque durante 2007 vimos en cartelera o DVD el documental sobre Lucio Cabañas de Gerardo Tort y la película ‘El violín’ de Francisco Vargas…
LC.- Es un triunfo de la memoria y de los movimientos sociales, aquí no hubo concesiones del gobierno.
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