Descartan consultores avalancha de importaciones de productos agrícolas
Foto: eduardo miranda / procesofoto
MÉXICO, D.F., 31 de diciembre (apro).- Además del maíz --el grano emblemático del país--, el frijol, el azúcar y la leche en polvo, también quedarán a la libre competencia a partir de este martes 1 de enero, pues las importaciones de esos productos podrán hacerse libres de arancel, de acuerdo CON lo estipulado en el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá.Según un análisis del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) –empresa que desde hace diez años da seguimiento a los mercados de granos del país y del mundo--, no es previsible una avalancha de importaciones de esos productos desde Estados Unidos ni De alguna otra parte del mundo.En el caso del frijol, dice Juan Carlos Anaya, director general de esa empresa, México es autosuficiente; entran importaciones en pequeñas cantidades --entre 20 mil y 30 mil toneladas al año--, pues el consumo se satisface con la producción nacional. De hecho, dice, las actuales cosechas se están colocando en buenos términos, con mejores precios.“Lo que preocupa con la apertura –explica--, es que los socios comerciales son muy productivos: nosotros traemos rendimientos de 700 kilos por hectárea, mientras que los norteamericanos traen 1.4 hasta 2 toneladas por hectárea. Aunque hay zonas como Sinaloa, que traen rendimientos también de 1.4, pero en los estados de Durango y Zacatecas, que son los estados más frijoleros, también tenemos el tema del minifundio y bajos rendimientos.” El otro asunto que debe preocupar, agrega, y en el que deben aplicarse mejor gobierno y productores, es el de las variedades de frijol, que no son ya totalmente las adecuadas, aunque se ha venido trabajando con variedades de nuevos frijoles como el Pinto Villa y el Pinto Saltillo, que ha sido muy bien aceptado por el mercado nacional y se está comercializando a buenos precios. “Aquí el reto en el frijol –dice Anaya-- es contar con más variedades de frijol que demanda el mercado, producir lo que el mercado quiere, lo que el ama de casa quiere; también la organización para reducir costos; poder asumir la parte de la comercialización. Y el gobierno tendrá que mantener los esquemas de apoyo para garantizarle al productor un ingreso adecuado para que este producto –segundo en importancia después del maíz-- se siga produciendo.”Otro problema que hay que analizar en el caso del frijol es que muchas veces nuestros productores quieren mejores precios y eso ha provocado que el consumo haya caído en forma importante. Dice el entrevistado: “Hace cuatro o cinco años consumíamos de 13 a15 kilos por persona y hoy el consumo per cápita es de solamente 8 kilos. Y se puede ver en las casas: ya no es tan frecuente su consumo. Los productores tienen que replantear qué es lo que queremos. Además de que se tiene que cuidar la calidad del producto: Nuestro frijol es mucho más chico que el de Estados Unidos; viene con piedras; no trae valor agregado.”Sin embargo, Juan Carlos Anaya dice que no puede augurarse una avalancha de importaciones de frijol. “Tenemos variedades como las que decía, o como el Negro Jamapa, que le compite al Negro Michigan. Lo que los productores tienen que mejorar es el tamaño, la estandarización de la calidad. Considero que el frijol, por el tamaño de los productores y la productividad, sí puede tener riesgos, porque los norteamericanos son mucho más productivos, y si aquellos siguen siendo productivos y el mercado nacional paga un buen precio, pues van a producir frijol para traerlo para acá. “El frijol es un producto sensible, pero no vemos un riesgo grande en el corto plazo. Pero si no hacemos nuestro trabajo y el mercado empieza a acceder a frijoles con mejor características, calidad, que no podamos dar acá, pues el ama de casa lo que buscará es un producto más barato y de mejor calidad”, agrega.
Azúcar, con excedentes
El director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, Juan Carlos Anaya, señala que el de azúcar es un caso distinto al de los granos.“Somos superavitarios, tenemos excedentes, lo que ha provocado que los precios se caigan. La Secretaría de Economía publicó ya el precio para la zafra que entra, que es igual que el año pasado, de casi 6 mil pesos. El problema es que los precios que se están pagando en el mercado nacional han venido a la baja, porque ha habido excedentes: produjimos la zafra pasada 5.3 millones de toneladas y el consumo nacional fue de 4.6 millones; el consumo también cayó. Y cayó porque se autorizaron importaciones que hicieron que se desplomaran los precios.“Esto está provocando que el precio que traemos ahorita --el precio que el gobierno puso al azúcar y a la caña de azúcar, al que están comercializando los ingenios-- no les va a permitir pagar esos precios establecidos en esta nueva zafra. Ahí podemos tener ciertos problemas de no pago al 100% del precio de la caña.“El gran problema con el azúcar --dice Juan Carlos Anaya--, es que si no ordenamos el mercado interno, es decir ordenamos lo que consumimos aquí, lo que consumen las empresas (exportadoras), lo que ya con el tratado que firmamos con EU de exportarles con el precio de ellos, y la demás azúcar exportarla en tiempo y que realmente la exportemos para estabilizar el precio, podemos tener una caída de precio, que de alguna manera le ayuda al consumidor, pero no a la cadena agroindustrial, porque vamos a tener una industria que si le pagara al cañero el precio, caerían en un problema de quiebra.” En esa lógica, dice, “lo que va a suceder es que vamos a tener una demanda de los productores cañeros para que la industria le pague el precio de la caña que estableció el gobierno, y la industria diciendo oyeme, si el mercado no me paga el precio, yo no te puedo pagar el precio establecido.”Otro hecho que podría suceder si no se tiene más cuidado en el caso del azúcar, es que Estados Unidos introduzca azúcar a México proveniente de otros países, aún más barata.“Aunque a Estados Unidos le podría preocupar lo mismo: que desde México se exporte azúcar de otros países. Aunque sabemos que el gobierno federal y los ingenios están platicando con sus contrapartes para que no caigamos en un juego de que yo te meto azúcar barata o nosotros les metemos azúcar barata”, explica.“Es un tema muy sensible si no cuidamos y ordenamos el mercado nacional, pero también, como tenemos excedentes, cumplamos con las exportaciones para que el precio baje”, dice.--¿Cómo es posible exportar o importar azúcar más barata, producida en otros países?--Los norteamericanos le pueden comprar, por ejemplo, a Colombia, a Guatemala o los demás de Centroamérica, con los que tienen firmados tratados de libre comercio, a los que les importan cantidades determinadas al año de azúcar y tienen cuotas con otros países de la OMC, y hacen asignaciones para cumplir ciertos mandatos de la OMC; ellos pueden meter azúcar barata; las llevan a Estados Unidos y éstos la bajan, por ejemplo, a México. Sacan una ganancia con la venta hacia México, y siguen siendo más competitivos que el precio del azúcar que se produce aquí.Actualmente el bulto de azúcar tiene un precio de entre 270 y 275 pesos “a bordo de ingenio”, aunque se llega a comercializar en algunos lugares entre 300 y 310 pesos; sin embargo, el excedente de 600 mil toneladas ha provocado que los precios “estén deprimidos”.“El asunto es que han bajado los precios, pero no muchas veces se ve reflejado en el precio al consumidor. Pero sí impacta a la cadena agroindustrial en el sentido de que como hay un precio que hay que pagar por la caña, a los precios que está el mercado, pues no da para pagarle al cañero su precio por la caña. Pero ahorita está a 270-275 pesos el bulto de azúcar estándar. El internacional, en el mercado mundial, anda sobre 250-280 dólares la tonelada, mientras nosotros andamos sobre 560 dólares, al doble del internacional.“Si quisiéramos exportar al mercado internacional tendríamos que vender a esos precios, entonces hay una pérdida, pero tenemos que hacerlo porque somos excedentarios, y es para regular la oferta y la demanda.“Por eso se establece el precio de la caña para azúcar: a qué mercados va este producto; cuánto se queda en el mercado nacional, cuánto para Estados Unidos, cuánto en el mercado Index –los que antes eran Pitex, exportaciones temporales para vender productos como chocolates-- y también para el mercado mundial”, explica. Anaya señala que de un excedente de 700 mil toneladas, se han exportado como 150 mil toneladas; pero nadie quiere vender más barato y lo que está pasando es que esos excedentes siguen desplomando el precio interno. Es un tema complejo, dice Juan Carlos Anaya. Gobierno, industria y cañeros tienen que ver cómo ordenar el mercado y obligar a que sí se exporten estas cotas al mercado internacional, porque de otra manera los precios seguirán deprimidos.
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