Canadá: Litigio financiero contra Hezbollah
México, D.F., 18 de julio (apro).- La justicia de Canadá aceptó una demanda de cuatro ciudadanos de ese país contra un banco libanés por “financiar al terrorismo”.El pasado 7 de julio, cuatro canadienses que viven en Israel y cuyas casas fueron blanco de cohetes del grupo Hezbollah demandaron al Lebanese Canadian Bank (LCB) por mantener cuentas y permitir operaciones financieras de dos organizaciones cercanas a ese grupo chiíta.Sarah Yefet y Shoshana Sappir –madre e hija residentes en Safed–, así como el matrimonio Rochelle y Oz Shalmoni –con domicilio en Karmiel–, exigen 6 millones de dólares por daños y lesiones personales y a la propiedad, y por el trauma y shock nervioso sufridos durante el bombardeo. El expediente –marcado con el número 500-17-043962-086 y al cual Apro tuvo acceso– fue presentado ante la Corte Superior del Distrito de Montreal, en la provincia de Quebec.Safed y Karmiel son poblados israelíes localizados en Galilea, a unos 20 kilómetros de la frontera con Líbano. En julio y agosto de 2006, durante la guerra entre el ejército israelí y Hezbollah, integrantes de esta última organización lanzaron cohetes al área limítrofe. Dos de ellos cayeron cerca de las casas de los acusadores y las dañaron parcialmente; otro más destruyó la vivienda de los esposos Shalmoni.
La demanda relata las peripecias de ambas familias durante el bombardeo de Hezbollah.
Sarah y Shoshana –esta última con cinco meses de embarazo– estaban en su casa en Safed cuando el primero de varios cohetes de Hezbollah golpeó la vivienda. El primero cayó en el jardín, detrás del inmueble. Destruyó varias puertas y otras partes de la estructura de la propiedad. Shoshana tuvo dificultades para abandonar el lugar, mientras que Sarah se arrastró entre los escombros y logró subir a su hija a un auto para trasladarse primero a un refugio antibombas y luego al hospital.“A causa del trauma por el bombardeo, Shoshana empezó a sufrir contracciones y fue ingresada en el hospital. Su salud mental y física estaba dañada y el feto estuvo bajo una presión significativa. Ella permaneció en el hospital bajo intenso cuidado médico. El episodio traumático causó un riesgo sustancial para la salud del feto y para la propia Shoshana. El bebé nació prematuramente mediante una cesárea de emergencia”, se lee en el expediente.Mientras las dos mujeres permanecían en el nosocomio, otro misil arrasó completamente con su casa.En tanto, mientras los Shalmoni y sus tres hijos visitaban a unos parientes en Canadá, un cohete lanzado por guerrilleros de Hezbollah afectó su casa en Karmiel. La familia se vio obligada a permanecer en Canadá durante julio y agosto de 2006. Y como no pudieron regresar a Karmiel, especialmente por el riesgo de nuevos bombardeos, habitaron un pequeño apartamento en Tel Aviv, junto con otras 12 personas.De su lado, “Sarah y Shoshana sufrieron shocks nerviosos y daño psicológico a consecuencia de las bombas. Continúan padeciendo síntomas, incluyendo nerviosismo, falta de sueño, incapacidad de trabajar o concentrarse”, detalla el documento.
Una dura disputa
El Lebanese Canadian Bank tiene su sede en Beirut y cuenta con 32 oficinas en suelo libanés y otra más en Montreal. LCB, que está bajo la regulación de la Superintendencia de Instituciones Financieras, fue originalmente la filial libanesa del Royal Bank of Canada y en 1988 adoptó su nombre actual.El banco tiene activos superiores a 3 mil millones de dólares, depósitos por esa misma cifra e ingresos cercanos a los 30 millones de dólares.La demanda contra el banco señala que éste ha acogido cuentas y facilitado operaciones de la Compañía Yousser para el Financiamiento y la Inversión y de la Fundación Mártires, considerados brazos financieros de Hezbollah. El dinero manejado por ambas organizaciones ha servido a la guerrilla chiíta para preparar sus ataques contra Israel.“Desde 2004, LCB ha proveído de extensos servicios financieros y bancarios a Hezbollah. El banco ha permitido que la Compañía Yousser para el Financiamiento y la Inversión y la Fundación Mártires abran y mantengan cuentas, así como transferir libremente cuantiosas sumas de los fondos de Hezbollah y realizar transacciones financieras significativas dentro y fuera de Líbano mediante operaciones electrónicas, cartas y tarjetas de crédito y cheques entregados por LCB”, cita el texto legal.“Simplemente, los bancos deben ser más vigilantes para no permitir que conocidas compañías de fachada terrorista usen sus facilidades financieras si van a hacer negocios en Occidente. El terrorismo se ha unido al tráfico de drogas con los mayores crímenes internacionales y para los que las instituciones financieras pueden convertirse en un conducto y en facilitadores si no tienen mecanismos para prevenir que sean usados de esta forma”, dijo en entrevista electrónica con Apro Ed Morgan, profesor de la Facultad de Leyes de la Universidad de Toronto y quien representa a los demandantes.El académico es uno de los más respetados expertos en derecho en Canadá y estableció contacto con los acusadores a través de la abogada israelí Nitsana Darshan-Leitner, quien también litiga para los afectados y quien fundó en Israel el centro legal Shurat HaDin, especializado en asesoría a víctimas de terrorismo en varios países.Darshan-Leitner, quien integra el despacho Darshan-Leitner & Associates, ha encabezado desde hace más de una década una cruzada legal en contra de grupos terroristas en cortes de su país natal, Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea.El Lebanese Canadian Bank, en tanto, rechaza las acusaciones contenidas en la demanda. En un comunicado emitido el pasado 10 de julio, su presidente Georges Zard Abou Jaoude consideró los cargos como “infundados” y atribuyó la querella a “un plan dirigido al sector bancario libanés en un intento por desacreditarlo”.Según Abou Jaude, dicho plan incluiría la presentación “simultánea y coordinada” de demandas en cortes neoyorquinas en contra de otros bancos libaneses.“El Lebanese Canadian Bank no tiene nada que ver con ninguna actividad político-militar en Líbano o en otro lugar, incluyendo el financiamiento de tal actividad”, enfatizó la empresa.No obstante, Morgan –presidente del Congreso Judeo-Canadiense entre 2004 y 2007– descartó un posible complot. “Los acusadores en este caso son cuatro individuos que estaban llevando pacíficamente una vida familiar en el norte de Israel cuando los cohetes destruyeron sus casas y destrozaron su paz y tranquilidad. No están preocupados por el sector bancario libanés y no forman parte de ninguna ‘conspiración’ mundial. Están preocupados por corregir un mal sufrido y por buscar alguna recompensa legal por sus pérdidas”, declaró.El LCB enfrentaría un proceso legal similar en una corte de Nueva York, entablado por ciudadanos estadounidenses radicados en Israel.
Cerco financiero
En septiembre de 2006, el Departamento estadounidense del Tesoro catalogó como organización terrorista a la Compañía Yousser para el Financiamiento y la Inversión, a la que consideró “el banco no oficial de Hezbollah”.Y en julio de 2007 le aplicó la misma receta a la iraní Fundación Mártires, incluyendo a su filial en Estados Unidos, y a la que señaló de canalizar recursos para Hezbollah, Hamas y la Yihad Islámica.“Adicionalmente a sus responsabilidades captadoras de fondos, altos ejecutivos de la Fundación Mártires estuvieron directamente involucrados en las operaciones de Hezbollah contra Israel durante el conflicto de julio y agosto de 2006”, dijo el Departamento del Tesoro.Hezbollah fue clasificada el 11 de diciembre de 2002 como organización terrorista por el gobierno canadiense dentro de la sección 8305 del Código Criminal.La querella contra LCB considera que los bombardeos a las casas de Yefet/Sappir y Shalmoni fueron ataques terroristas, según lo dispuesto en el Código Criminal y la Ley de Inmigración.“Es de notorio conocimiento público en Líbano que Yousser y los Mártires son parte del brazo financiero de Hezbollah. La administración de LCB, sus ejecutivos y empleados tenían pleno conocimiento de ello y que los servicios financieros mencionados eran provistos a Hezbollah”, argumenta la demanda. El LCB aseguró que se defenderá “vigorosamente” de los señalamientos. . (21 de julio de 2008)
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