jueves, julio 24, 2008

La Censura

Del Diario Libertad. Columna Asimetrías

Por Fausto Fernández Ponte

I

Al periodista Francisco Rodríguez le fue cancelado la semana pasada su programa en Radio Capital porque el concesionario de la estación cedió a presiones del gobierno para ello.

Esa, empero, es una versión tersa de lo ocurrido que disfraza con magritud una peculiaridad del poder en México: censurar cuando por imperativos éticos los propios periodistas no se censuran a sí mismos.

Don Paco --quien por su sensatez goza de respeto y reconocimiento de sus pares y público leyente y escuchante-- es ajeno a radicalismos en su verbo. Pero despertó la fiera de la intolerancia.

Por otra parte, el acoso persecutorio del gobierno a la revista Forum es un caso reciente de esa constante en la vida nacional y en las relaciones entre los medios difusores y el poder.

Y es que cientos, si no es que miles, de publicaciones han sido perseguidas --hostigadas y acosadas-- por el poder en el decurso de la historia de México. Esa persecución es hoy virulenta.

La persecución gubernamental trasciende las empresas difusoras y accede, documentadamente, a los periodistas. Al perseguir a Forum, el gobierno persigue no sólo a una obra, sino al autor de ésta.

II

O a los periodistas --pensadores, escritores, académicos-- que elaboran Forum, encabezados por Eduardo Ibarra Aguirre, cuyo mérito personal y profesional se emblematiza en su trayectoria misma.

Don Eduardo ha sido perseguido por años por el poder. El Ejército quiso punirlo extrajudicialmente, por haber publicado una valiente propuesta del general (hoy doctor) José Francisco Gallardo.

El ameritado mílite tuvo la "osadía" de proponer crear un ombudsman en las Fuerzas Armadas, dados que los derechos humanos de sus elementos son violados sistémicamente. Ello le valió ocho años de cércel.

Censurar manifestaciones de libre albedrío y pensamiento discrepante (e incluso disidente) de lo establecido por mayorías mediante alguna guisa de contrato social es una práctica corriente en México.

La práctica es de largo tiempo establecida, tal vez desde el antaño inmemorial --desde que se organizó la sociedad--, aun en las sociedades consideradas epicenamente democráticas.

Éste atributo --el de censurar-- es, pues, expresión vera de la naturaleza humana misma, ora organizada civilizadamente en comunidad --en sociedad, pues--, ora en lo individual.

III

Censurar permea transversalmente a todas las clases sociales y sus modalidades, aun en las familiares y, no se diga, en las gremiales; pero es más común en la sociedad política, la del poder.

Empero, censurar no deja de ser una práctica execrable en todos los entornos democráticos convencionales y en aquellas formas de organización antidemorcáticas y pseudodemocráticas.

Una de esas formas es la que prevalece en México. La censura a la manifestación de albedrío y pensamiento limita la difusión social de ideas, opiniones, hechos, sucedidos; al hacerlo, la castra.

El caso de la censura en México es dramático y causal de una mala fama mundial. No en vano somos el segundo país en el planeta con mayor número de periodistas desaparecidos, después de Irak.

En México, la simulación corre a la par de la censura. Simulamos libertades de expresión, pero las coartamos de hecho con los medios de control social; llegamos al extremo de reprimirlas por la fuerza.

Aquí, la censura se practica a veces con sofistería, pero ésta no oculta ni atenúa crudezas ni brutalidades. Censurar es instrumento de política, enser de la cultura del poder.

ffponte@gmail.comEsta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesita tener Javascript activado para poder verla

Glosario:

Medios de control social: en sociología, mecanismos que establecen las clases o grupos en el poder para mantener y reproducir los sistemas económicos de explotación (medios políticos, de represión, burocráticos, de difusión, etcétera).


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