El desempleo: una película para Calderón
Se inició el segundo semestre de este año y los efectos, en vísperas de estragos sociales, de la recesión o desaceleración económica estadounidense (este país la hace de locomotora de los capitalismos latinoamericanos y, a muy duras penas, la vía por donde transitan las economías de la Comunidad Europea empujadas por Alemania, Japón e Inglaterra con el amenazante catalizador de China e India).Y como el 80 por ciento, si no es que más, de nuestras exportaciones se van (se iban) al mercado estadounidense y muy poco al canadiense, al disminuir las compras por parte de nuestros ventajosos socios del TLC, nuestra dependiente economía está resintiendo el fenómeno.
Y nuestros males se agudizan y multiplican, sobre todo el desempleo y, no obstante el desplome del consumo, los precios siguen subiendo en lo que se encamina al estancamiento con inflación. Una de las raíces de la insoportable, dramática y angustiosa inseguridad que azota a la nación por donde quiera que apunta la rosa de los vientos, es el desempleo que echa a la calle a los jóvenes (incluso con estudios y posgrados), adultos y a quienes, con todas sus cualidades para seguir trabajando, son desechados por traspasar el umbral de la arbitraria clasificación de la “tercera edad”.Y si no hay empleo, con tendencias o no criminales, han de buscar obtener dinero a toda costa y han encontrado en el narcotráfico, secuestros y todos los delitos que dejan utilidad monetaria, una fuente para obtener mayores ingresos que los miserables salarios mínimos, la explotación en empresas y bancos de quienes en ellas laboran.Y, para colmo de males, arrasa al país, después de ser una inflación reptante, una alza de precios descarada porque el calderonismo carece de una política pública para gobernar en beneficio del pueblo. El PAN y Calderón son fanáticos del libre mercado y de administrar a favor de los ricos.Sólo nos queda, mientras las crisis política avanza y no sabemos dónde pueda desembocar, pedirle a Calderón y sus empleados que en el comercio de la piratería o en las tiendas compren el filme: Corazón marchito, con dirección y guión de Eduardo Lucatero. Si su argumento central es el tránsito de la amistad al amor, para mí fue una película donde la constante es cómo los personajes plantean la falta de empleo y los despidos laborales, problema social que marca la actuación de Ana Serradilla y Mauricio Ochmann.Haría bien Calderón (y todo su equipo enchufado al presupuesto; con Mouriño, rico empresario) en mirar el filme. Ojalá no se dejen llevar sólo por la historia romántica y reparen en cómo el desempleo es parte vertebral de la historia. Desempleo que puede ser el detonador de la crisis económica y su consecuencia son los cientos de miles de homicidios, ejecuciones y secuestros que tienen al país al borde de una guerra donde la sociedad civil está pagando los costos del terror. Y cuyo derramamiento de sangre atemoriza. Hay miedo colectivo. Y desesperación. La Nación está sufriendo.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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